Archivo para diciembre, 2023

LUCHANDO POR UN RÉCORD

  (ENTRADA 836)

 

Contra todo pronóstico, me he encontrado luchando por batir el récord anual, justo cuando lo había dado por perdido. Es curioso porque un reencuentro que tuvo lugar el lunes me hizo pensar que ya no podría ser. Sin embargo, me llevé una gran sorpresa y me encontré motivándome, y haciendo tiempos excepcionales.

Y es que el lunes contactó conmigo Antonio el brasileño y pasamos todo el día y la noche juntos, lo cual no estuvo mal pero creo que fue un error. Apenas logré dormir el martes, aunque pude acercarme al dentista para que terminara de blanquearme el diente de mi accidente. También hice una limpieza básica de la casa, sin tampoco entrar muy a fondo. Sin embargo, por la noche me puse malo y entré en una racha de vómitos. Hacía mucho que no vomitaba, y además de esa forma. A pesar de todo, el miércoles siguiente estaba recuperado, aunque débil, y decidí salir a correr. Me costó un esfuerzo e hice el peor tiempo de la historia, un cuarenta y uno. Totalmente destrozado, pasé el día lo más tranquilamente posible adelantando algo de trabajo.

El jueves volví a correr y ya logré hacer un treinta y seis, estaba visiblemente mejor, y decidí no ponerme demasiada presión. Según viera iría saliendo a correr o no. Me acerqué a la tienda de cómics, y pasé el resto del día tranquilo. El viernes volví a salir a correr, y me llevé una gran sorpresa al lograr una marca de treinta y cuatro, aunque quizás el café que me tomé tuviera algo que ver con eso. Me animé a ir al cine para ver “Aquaman y el Reino Perdido”, la cual me pareció que estaba bastante bien a pesar de las críticas que había tenido.

Tras esto, decidí pasar por el bar de garra, donde había bastante gente para un viernes, aunque me dio la sensación de que muchísima gente se había ido por el puente para pasar la Navidad con sus familias. Emilio estuvo muy majo y me invitó a una cerveza y todo. Había un rubiales guapillo con jersey blanco de cuello alto, pero me pareció bastante sobradillo. También me pareció llevarme las miradas de un tío morenito que estaba con unos amigos, pero no acabó en nada.

El sábado me animé y volví a ir a correr, logrando conseguir otro treinta y cuatro para mi sorpresa. Eso sí, me daba la sensación de que quería volver a toser algo. A pesar de esto, por la noche me animé a salir, y el barrio estaba completamente desierto. En el bar de la garra había muy poca gente y en breve nos quedamos solamente cuatro personas, así que me retiré tras haber tomado solamente dos cervezas. El domingo era nochebuena y salí a correr de nuevo, logrando hacer un treinta y cuatro clavado. No hice un treinta y tres por un misero segundo. La verdad es que daba gusto ir al parque sin apenas gente por las calles. Juan Carlos me llamó por la tarde para desearme felices fiestas, y Santi también lo hizo para avisarme que ya había hablado con el tío de las reformas. Así que estas fiestas, hablaría con él finalmente para poner en marcha el arreglo de los suelos. Ya por la noche acudí a misa y después fui a casa de mi prima, donde estaba mi hermano y sus perris, Jorge y Usía. La verdad es que la cena estuvo muy bien y de vuelta José el Casado, que había contactado conmigo, no pudo venir porque no había transporte público. Así que vi “Volver a Empezar”, que se esta convirtiendo en tradición navideña e intenté dormir, aunque estuve totalmente desvelado. Ya solo quedaba volver al norte el martes.

Saludos


TRALLAZO MUSCULAR

  (ENTRADA 835)

 

Aunque he logrado recuperarme del gripazo y de la terrible tos que lo acompañaba, las cosas quisieron complicarse un poco al final. Y es que en uno de los últimos ataques de tos sufrí un estallido muscular que me dejó muy fastidiado. A pesar de esto logré correr toda la semana.

Y es que no podía fallar ninguno de los días de diario, si quería romper mi record anual corriendo. Salí a correr el lunes, e hice un tiempo de treinta y siete que era esperado. Notaba presión en la caja torácica, pero eso me parecía normal. Aproveché para responder a mi sobrina Marina y avisarla de que no acudiría a su boda. También hablé con mi amigo Santi para poner en marcha el arreglo de los suelos en la casa de mi ciudad natal. Así que por lo menos me quité estas cosas pendientes de encima. El martes salí a correr, y me di cuenta de que probablemente sufría algo de costocondritis, debido a los ataques de tos que había sufrido. De hecho tarde casi medio minuto más. A pesar de esto, salí a hacer la compra y todo fue bastante mejor.

Lo peor fue el miércoles porque, aunque hice un tiempo de treinta y seis, después sufrí un fuerte ataque de tos que provocó que sufriera el trallazo muscular en la espalda. Si tosía el dolor era prácticamente horrible. El jueves logré ir a correr bastante bien, pero mi tiempo empeoró. Mi hermano Marcos me recomendó la medicación que le habían dado para lesiones dolorosas en deportes, pero eso no lo arregló. Lo que si me alivió un poco fue el ibuprofeno. Aunque por la mañana me sentía mejor, fue un error salir a correr porque mi espalda se resintió seriamente. A pesar de esto, fue andando de un paseo para ir a ver la película “Wonka”, que me sorprendió muy gratamente.

El sábado por la mañana sentí la espalda resentida, y tal como soy, comencé a comerme el tarro de forma innecesaria. No fui a comer a casa de mi prima porque el menú no me resultaba muy apetecible. A pesar de que me dolía la espalda, salí a tomar algo al bar de la garra. Afortunadamente no había cola y me encontré con Juan Toledo y Emilio, con quienes estuve de charla y riéndome un rato. Además, había un grupo muy divertido celebrando un cumpleaños disfrazado de superhéroes. Aunque estaba bastante machacado de la espalda, tomé unas cervezas y regresé a casa. Me levanté temprano y bastante mejor, por lo que fui a misa de mediodía y luego a casa de mi prima, porque ponía fabada. Allí fueron también mi hermano Marcos, y de nuevo la sobrina de Chema y su novio. La verdad es que al ser una comida multitudinaria, estuvo bastante entretenida y me fui sintiendo mejor a lo largo del día. Mi hermano me recomendó que empezará caminando un poco, y decidí aceptar que completar el récord anual no sería posible. Quedé con André por la tarde, y la verdad es que no le había visto desde septiembre. Debo reconocer que aunque estuvimos de buen rollo, el encuentro no fue todo lo esperado. Sin embargo, me ayudó a desconectar un poco y no obsesionarme. La verdad es que tengo ganas de que este año de mala suerte llegue a su fin.

Saludos


UN AÑO SIN JUAN

  (ENTRADA 834)

 

Aunque ha sido una putada caer enfermo justo cuando había empezado a recuperar la forma, debo reconocer que no me ha venido mal tomarme las cosas con tranquilidad durante la semana del puente más largo del año. De todas formas no pensaba salir, ya que los bares se ponen imposibles con colas interminables debido a la reunión anual de osos. Lo que no me puedo creer todavía, es que haya pasado ya un año desde que mi amistad con Juan se fuera al traste.

El lunes fue el día que peor me sentí con diferencia. Ya había empezado a tener fiebre el domingo anterior, pero el lunes llegué a tener treinta y ocho y medio de fiebre. Las sudadas por la noche fueron de órdago, pero me encontré con la sorpresa de que el martes me encontraba muchísimo mejor. De hecho pude hacer la limpieza que no había podido hacer el día anterior, lo cual me animó bastante. Pensé que ya había logrado recuperarme, pero por la noche todavía me puse con treinta y ocho de fiebre. El miércoles me levanté tosiendo más, pero no necesité tomar nada desde las ocho y media de la mañana, y solo tuve febrícula. Como era festivo por la Constitución, fui a comer a casa de mi prima Lucia. Mi hermano también fue a comer allí, y la verdad es que me vino bien desconectar un poco de todo. Ese mismo día decidí tomarme una pastilla para poder dormir de un tirón, y esto demostró ser una buena decisión. El jueves era el día laboral del puente, pero pude estar todo el día sin tomar nada, ya que no pasaba de treinta y siete con uno. Era un día de mucha lluvia, pero fui a casa de Lucia a comer lasaña. Lo peor es que cuando me pongo enfermo me obsesiono y así lo hice con los dolores musculares provocados por la tos, pensando que eran resultado de una recaída por mi epididimitis, lo cual por supuesto no fue así. A pesar de la lluvia fui a comprar mi dosis de cómics a la tienda, que estaba hasta arriba de gente por el puente. Por la noche me llamó un usuario del garaje porque se había encontrado una cartera en el garaje. Al mirar el DNI vi que el propietario vivía enfrente y acudí a devolvérsela, dejándole muy aliviado por recuperarla. Durante la semana me tomé descansos para ver películas como “Elemental”, que me puso a llorar como una magdalena, “King’s Man: La Primera Misión”, que me defraudó bastante. Alex también me escribió y envió fotos con su familia, y debo reconocer que me alegró ver que efectivamente estaba muy feliz al poder volver a verlos.

Esa noche no pude evitar ponerme algo triste, ya que hizo un año que había dejado de ir al bar osuno y había puesto fin a mi relación de amistad con Juan. Me parecía inverosímil que éste no hubiera hecho nada por arreglar las cosas, y la soledad que esto había conllevado me había afectado mucho. Sin embargo, era algo que llevaba tiempo cocinándose, y en el fondo creo que fue lo mejor que me había podido pasar. El viernes era el santo de mi fallecida madre, y el día que mi familia tradicionalmente ponía las decoraciones navideñas. Antes fui a comer pote a casa de mi prima, y ese día fue cuando noté que empezaba a estar mucho mejor del estómago. De regreso a casa puse la corona que mi madre había hecho en la puerta y el Misterio que me había regalado. Ya de sábado estaba bien, pero con el tórax machacado por la tos. Volví a comer a casa de mi prima, donde tuvimos pure de verduras y pescado. Seguí avanzando en mi trabajo, y ya no necesitaba echarme en el sofá a ver una película. Como tenía dolores musculares me tomé un paracetamol y una pastilla de dormir.

El domingo estaba mucho mejor, y me levanté con tiempo para ir a misa por la mañana. Fui a comer a casa de mi prima, donde fue mi hermano y una sobrina de mi primo político con su novio e hijo. La comida estuvo muy bien y después fui a llenar el depósito del coche aprovechando que no había demasiado tráfico porque se había puesto a llover. Ya el resto de la tarde la pasé tranquilo, con la esperanza de que pudiera volver a correr sin percances al día siguiente.

Saludos


Y AL FINAL… GRIPE

  (ENTRADA 833)

 

Ya desesperado, creo que estoy incubando una gripe. La semana había empezado muy bien, había salido a correr todos los días de la semana, y había ido controlando la tos que me agobiaba, pero al final el domingo comencé a sentirme peor.

Aunque el lunes tuve un amago de diarrea, logré salir a correr y de hecho hice un bien tiempo. Aproveché para limpiar la casa, y charlé con Juan Carlos, quien sí me señaló que tosía bastante. Sin embargo, el martes estaba mucho mejor, y volví a correr y salí a hacer la compra. El miércoles parecía que me costaba más correr, pero logré hacer el mismo tiempo. El jueves tuve una mala noticia, y es que la madre de mi tía Ana había fallecido, ante lo que le envié un mensaje de condolencias. Estuve a punto de conseguir un treinta y cinco en mi carrera, por solo dos segundos. La verdad es que fue una pena que no lo lograra. Por la tarde fui al dentista, donde por fin me pusieron el tratamiento de blanqueamiento del diente. Como me encontraba mucho mejor, me tomé un par de cervezas en casa mientras veía unas películas de zombies que había descargado. El viernes también salí a correr sin problemas, aunque quizás tosiera un poco más. Me acerqué al cajero y pude ver una gran cola en el parlamento, pues celebraba día de puertas abiertas.

Me animé a salir un rato por la noche, pues llevaba dos semanas sin rodearme de gente, y ya lo necesitaba. Como siempre estuve solo contra mi pared, pero luego me animé a ir al bar grueso, donde Agus me informó que por fin iban a abrir el otro bar para el puente osuno que se aproximaba. Ya cansado me fui a dormir, y el sábado me levanté muy bien, aunque la tos volvió a agobiarme por la tarde y estaba cansado. Ahí es donde cometí el error de salir, porque aunque no lo llevé mal y fui a los dos bares, llegué hecho polvo. Por lo menos pude dormir sin problemas, pero ya el domingo me noté peor y comprobé que tenía treinta y ocho de fiebre, y la tos volvía en toso su apogeo. Así que descansé y me fui a dormir con la esperanza de que esto se acabe de una vez por todas.

Saludos