Archivo para septiembre, 2023

RECUPERANDO RUTINAS

  (ENTRADA 823)

 

Después de una semana de descontrol, he logrado volver a una relativa tranquilidad y retorno al deporte. He salido a correr todos los días de la semana, aunque evidentemente mis tiempos se tienen mejorar. También se han resuelto cosas de mi casa de mi ciudad natal, aunque otras quedan pendientes. Lo más importante es que me he obligado a salir para tomar algo y mezclarme entre la gente. Así que en general he logrado volver a las rutinas.

Por fin nos han hecho la nueva conexión a las bajantes en mi ciudad natal, y aunque al principio parecía que iban a tener que romper algún azulejo, no han tenido que hacerlo. Eso sí, sigo peleando para que cierren el maldito agujero que me hicieron para nada. Ya he llamado en dos ocasiones a la administración, que no parece capaces de gestionarlo. Realmente solo queda hacer eso y que me instalen el tendal. En la capital he vuelto a retomar mis carreras, que noto que llevo a cabo con más facilidad. De hecho he logrado correr los cinco días de entre semana y cuatro de los días he logrado un tiempo de treinta y seis. También he retomado las pesas, pues quiero recuperar brazos, y la verdad es que no lo he llevado mal.

Por lo demás ha estado todo tranquilo, y me he concentrado en avanzar en mi trabajo, que es lo que realmente necesito. La excepción fue el jueves, día en que Javi Fist me dio un toque e invitó a visitar la casa en la que se acabara instalando. Como era por la noche decidí ir en coche, pero se me olvido registrar el número de la calle y acabé en el otro extremo. Así que recorrí la calle andando y llegué a su casa, que todavía esta por amueblar. Debo decir que el apartamento me encantó, sobre todo por su dormitorio lleno de ventanas comunicado por el salón, y la excelente cocina que tenía. Lo único malo con Javi es que pasamos poco tiempo juntos, porque solo estuvimos un par de horas, pero por lo menos sirvió de relax sin necesidad de pasarse.

Llegado el viernes me animé a darle un toque a Andre, porque Alex se había ido fuera a solventar algunos asuntos. Realmente creo que se había ido de finde a gastarse el dinero, porque estos chavales no son capaces de ahorrar. Por lo menos pasé un rato agradable con Andre, aunque creo que era innecesario. Después me animé a salir a tomar algo, y el encargado del bar de la garra ya estaba de vuelta en el bar. Eso sí, pude confirmar que habían subido la cerveza un euro. Pasé por el bar grueso, donde me encontré con Asturboy. Me hizo ilusión que se acordara de mi y me comentó que ya no vivía en la capital. Ya cansado me retiré a casa, y para haber tomado solo cuatro cervezas, me encontré excesivamente perjudicado.

De sábado fui a comer a casa de mi prima, donde también fue mi hermano. Le llevé varias películas para que llevara a mi ciudad natal, ya que quería deshacerme de mi pequeña estantería. De hecho ya me había deshecho de la mesa y sillas de mi terraza, con el objetivo de librarme de cosas innecesarias. Después de comer fui a llenar el depósito de gasolina y logré descansar un poco a pesar de que había una gran fiesta en casa, la cual sospechaba que venía por parte de los vecinos argentinos. Por la noche volví a salir, pero estuve más controlado tomando mis tres cervezas sin prisas ni problemas. Ya de domingo estuve tranquilo y por la tarde logré quedar con un chaval que estaba dando un paseo por el parque. Fui a tomar algo al bar caliente, donde tuve un encuentro con Juanito. Aunque nos dimos un par de besos el cogió su bebida y se fue a otra zona del bar. Lamentablemente no había nadie más conocido en el bar, así que tomé un par de cervezas y me retiré. Intenté usar la app sin suerte, pero parece que la parejita de vecinos que tengo suele flirtear conmigo.

Saludos


DESCONTROL SEXUAL

  (ENTRADA 822)

 

Después de pasar por un constipado, una diarrea y un estrés considerable, me ha tocado un semana de triunfos. Sin embargo, me he dado cuenta de lo fácil que es descontrolar cuando uno pasa por un ataque de ansiedad. Afortunadamente, soy de los que reaccionan y saben poner freno.

No hay forma de que me cierren en agujero de la pared en mi ciudad natal. El lunes hablé con la administración y me aseguraron que contactarían con mi tía. Sin embargo, mi prima me comunicó el fin de semana que habían contactado con ella, por lo que tendré que seguir peleando con el tema. Alex me dio un toque para desearme una buena semana, pero me parece que mucho fue de boquilla. Después de la masacre que había llevado a cabo con mi mesa, la pinté y ajusté. La verdad es que ahora da mucho más el pego y puedo trabajar con mucha más comodidad. También me decidí a pintar los marcos de la puerta de la cocina, que tampoco me quedaron nada mal.

La buena racha comenzó cuando Javier, el chico fisting, decidió contactar conmigo el martes. La verdad es que pasamos una noche estupenda, hasta que tuvo que retirarse. Por lo menos intercambiamos números de teléfono y espero que nos veamos más a menudo. El miércoles fue el único día de la semana que me animé a salir a correr. Me frustró mucho volver a hacer un treinta y ocho de tiempo, pero por lo menos pude hacerlo de una tirada. Ese día conocí a un chaval llamado Matías, con el que pasé toda la noche. Acabé tan acelerado que no pude ni dormir, y el día siguiente lo pasé bastante excitado. Me visitó un chaval que resultó ser excesivamente soso, seguido de un tío que me acabó dejando tirado. Por lo menos pasé la tarde del jueves con un tío bastante legal y majo, aunque tuve que hacer todo el trabajo. Como resultado de esto, el viernes estaba completamente arrastrado, y bastante arrepentido de tanta tontería. Me animé a salir a la calle y fui a comprarle un regalo de cumpleaños a mi hermano, que nos había invitado a comer. Por lo menos, pude pasar una tarde de viernes tranquila en casa para poder recuperarme.

El sábado fui a la comida de cumpleaños de mi hermano, donde fue mi prima y familia, así como mi primo Pablo. Éste fue quien dio el shock al anunciarnos que se había separado, y yo no pude evitar recordar nuestros encuentros cuando solo éramos chavales. Por la noche me animé a salir, pero en el bar de la garra no estaban los camareros habituales, y me fastidió que hubieran subido el precio de la cerveza. Por lo menos me encontré a Pedro de mi ciudad, con quien estuve de charla. Después acudí al bar grueso, que estaba hasta la bandera. Agus acudió a servirme al ver que me estaban ignorando, y volví a ver a Pedro allí. Solo tomé una cerveza porque me sentía completamente fuera de lugar. Intenté ir al bar caliente, pero había cola, por lo que me retiré a casa temprano. Fue entonces cuando contacté con un chaval llamado Juanjo que era espectacular y además simpatiquísimo. Pasamos una noche formidable, pero resultó que vivía en Bruselas, por lo que perdí la oportunidad de tener un contacto formidable.

El domingo me di cuenta de los excesos de la semana, y los racionalicé por la mala racha postvacacional que había pasado. Me animé a salir a caminar, pero el centro estaba cortado por la vuelta ciclista y tuve que regresar a casa. Me animé a retomar mi trabajo y fui sintiéndome mejor a lo largo de la noche. Decidí no salir a tomar algo, y así recuperarme por completo. Javier volvió a escribirme para quedar al día siguiente, y le puse alguna escusa para no seguir forzando mi descontrol y poder retomar la tranquilidad durante la semana.

Saludos


DIARREA SEMANAL

  (ENTRADA 821)

 

Bien parece que me ha caído una maldición desde mi regreso a la capital, aunque por otro lado eso me ha hecho darme cuenta de que necesito regresar a vivir a mi ciudad natal. Y es que esta semana me atacó una diarrea que me ha dejado baldado hasta el domingo. Supongo que tarde o temprano cambiaran las cosas.

La semana comenzó con el descubrimiento de que seguían picando en la casa de mi ciudad natal, porque seguía habiendo fuga de agua. Como yo no tenía humedades ni fuga de agua, di orden de que no se picaba más en mi casa. Finalmente, tenía un mensaje de disculpa de Sergio, por lo que quedé con él para por la tarde. Contacté con Alex, porque no me había dicho nada del tema que no nos habían dado. Me dijo que ya lo tenía y vino a entregármelo, pero me molestó que no hubiera salido de él el decírmelo. Encima, le regalé un bote de aromas cuando él no me ha regalado nunca nada. El encuentro con Sergio volvió a ser breve, y la verdad es que me cabreó bastante, pero me retiré resignado. El martes contactó conmigo un chaval llamado Víctor, que era una monada. Lamentablemente, después del encuentro me bloqueó. Salí a correr, pero hice un tiempo pésimo de treinta y ocho. Aunque el miércoles logré hacer un tiempo de treinta y siete, las cosas encajaron cuando por la tarde tuve síntomas de diarrea. A pesar de esto, pude ir a correr al día siguiente para lograr un tiempo similar. Esa tarde pasé por la tienda de cómics, donde me atendió el chico sonriente, y por la tarde fue cuando la diarrea me dio fuerte. Por lo menos, Jorge de mi ciudad natal me escribió, lo que me alegró porque no se había olvidado de mí tras nuestro encuentro.

Sin embargo, el resto del fin de semana estuvo marcado por la diarrea. El viernes estuve fatal y el sábado no notaba mejoría, cuando Lucia me recomendó otro medicamento para cortarla. La verdad es que fue lo que comenzó a cortar la cosa, aunque todavía tuve problemas todo el sábado. Fue el domingo cuando empecé a sentirme mejor y me animé a ir a comer a casa de mi prima. Mi hermano estaba allí y se trajo a los perros, y la verdad es que me alegró verlos. Nos despedimos de Sara, pues se marchaba a hacer un master a otra ciudad del país. También estuvieron allí la sobrina de Chema y su novio, que me pareció bastante majete. Aunque todo el día estuve bien, tuve una pequeña recaída por la noche. Quizás se debiera al estré de ponerme a cortar la mesa de una vez por todas para no tener que estar sentado incomodo. Sin embargo, me animé a tomar un par de cervezas en el bar caliente, donde no encontré a nadie conocido, aunque había un hombre de pelo canoso bastante interesante. Para no forzar la máquina me retiré a casa, esperando recuperarme del todo y que acabara la maldición de este comienzo de temporada.

Saludos


COMIENZA LA 17ª TEMPORADA

  (ENTRADA 820)

 

Si he de ser sincero, este ha sido el peor inicio de temporada desde que empecé a escribir mis vivencias, con diferencia. El final del verano no solo ha supuesto un bajonazo mucho más intenso que en años anteriores, sino que las cosas se han torcido desde que he vuelto de una forma monumental.

El último día de verano en mi ciudad natal tuvo cosas buenas. José Casado vino a casa por la mañana y la verdad es que lo pasamos francamente bien. Hacía un día lluvioso y cuando salí a correr me crucé con el Rubio de la playa, descamisado y corriendo bajo la lluvia. La verdad es que es impresionantemente guapo. Por la tarde fui con mi prima y familia a ver a mi tía y madrina Teté y mi prima Mónica. Las encontré de buen humor, y la verdad que da gusto ver a mi madrina con una mente tan lúcida a su edad. Tras esto acudí a la ruta de vinos, donde me despedí de Antonio, Susie, Pilar y Ramón. Debo admitir que me retiré a casa bastante más deprimido de lo habitual. A la mañana siguiente llamé a mi tía Begoña para despedirme y encomendarme la casa y partí de regreso a la capital en un viaje sin complicaciones de clima, que además realicé de un tirón. Me encontré la casa en perfecto estado y, aunque Alberto estaba de vacaciones, la suplente me ayudó a dar al agua de nuevo sin problemas. Me acerqué al centro comercial a ver si encontraba la película de “Guardianes de la Galaxia” en edición metálica, pero no hubo suerte. Por la noche no pude evitar contactar con Andre después de limpiar, para pasar un buen rato.

Las cosas se torcieron al día siguiente. Mi tía Begoña me llamó porque había humedades en el décimo y noveno, por lo que tendrían que picar en mi casa al día siguiente. El portero se quedó con las llaves, pero las devolvió en un alarde de falta de empatía cuando el seguro no llamó al día siguiente. Finalmente, mi prima Lucia me echó un clave y acompañó a los del seguro, que picaron para descubrir que nuestra bajante no tenía perdida alguna. Lucia descubrió que Cuca se había negado a permitir que picaran abajo y, cuando finalmente lo hicieron sin más remedio, descubrieron la famosa fuga. Desafortunadamente, no me taparon el agujero después. Todo este trajín provocó que acabara enfermo con fiebre debido a la ansiedad. Me fastidió porque había retomado mis carreras en el Retiro, aunque el jueves había corrido con tiempo pésimo de treinta y siete. Por lo demás, charlé con Juan Carlos, que también había tenido una movida con el pintor, y José Casado me comentó que había ido a la playa nudista y la sauna, para triunfar con el recepcionista. Intenté arreglar el filtro del aire, pero acabé cargándomelo, y me encontré con Astrakus de la que iba a la ferretería a por uno nuevo.

A pesar del estrés y la fiebre pude llevar a cabo mi quedada de una noche con Alex, que la verdad fue genial. Hubo un par de cosas que no me molaron, pero debo reconocer que el chaval se entregó. No tuve problemas para dormir después, y al día siguiente pasé por los bares para tomar algo. Estuve en el bar de la garra, donde Emilio me saludó con cariño, y me encontré con Emilio y Juan Toledo. Después fui al bar grueso, donde me encontré con Agu y un gordito me intentó ligar junto a su novio, que tenía morbo pero parecía ir bastante de sobrado. Como el bar estaba vacío me escapé de ellos y fui al bar caliente, donde encontré a Josito y los Javis. Ya después me retiré a dormir, y a las nueve de la mañana me conecté para contactar con Sergio. Acabé yendo a su casa y, aunque al principio lo pasamos muy bien, cuando se suponía que íbamos a seguir, decidió quedarse enganchado del móvil durante tres horas y acabé marchándome con un cabreo monumental. Mis intentos de quedar con alguien para liberar frustraciones fueron una perdida de tiempo, y acabé bloqueando a gente que me faltó el respeto de forma innecesaria. Bastante harto, fui hasta el bar caliente donde tomé algo con Josito, aunque estaba agotado y el bar demasiado lleno. Por lo menos vi que uno me escaneaba. Cansado, me retiré y por lo menos Esteban el rápido se acercó a pasar un rato conmigo. Así acabo un desastre de inicio temporada que me dejó completamente devastado.

Saludos