Archivo para julio, 2023

JUVENTUD PERDIDA

  (ENTRADA 815)

 

No sé si es por la inminente llegada de los cincuenta, pero últimamente me siento mayor, como si hubiera perdido mi juventud sin darme cuenta. No me hunde, pero me sume en un estado de melancolía que no puedo evitar. El hecho de que en la playa haya más chicos atractivos que otros años no ayuda, pero supongo que es algo que no queda más remedio que aceptar.

El lunes salí a correr con un gran vendaval provocado por el mal tiempo, por lo que no se pudo ir a la playa. Por la tarde me encontré con mi vecina de enfrente, quien se mostró muy simpática al preguntarme por los problemas de la fuga de agua. También chateé con un tío al que le gustaba el tema de roles, y que prometía ser muy divertido. Por la noche me acerqué a la ruta de los vinos, donde la conversación se concentró en el tema de las elecciones. Ramón estuvo particularmente insoportable, incapaz de aceptar que se había equivocado. Por lo menos el martes mejoró el tiempo y pude ir a la playa. Me sorprendió encontrarla prácticamente vacía, con tan solo el chico de la sombrilla, como siempre esperando a su pareja. Acudieron un bailarín espectacular que había visto en la app, acompañado por su pareja de color. La verdad es que hacían una pareja muy sexy, y me dio rabia que el bailarín me bloqueara en la app. Regresé de la playa para quedar con el tío de los roles y llevarme una gran decepción. Era un tío con sobrepeso que no tenía nada que ver con las fotos que me había mandado. La verdad es que el encuentro me provocó un poco de bajón.

Al día siguiente volví a la playa, donde había más gente gracias al buen tiempo. Me encontré al chico de la sombrilla y al del bañador negro. Sin embargo, el hecho de ver más hombres atractivos no me animó demasiado. Esto no mejoró cuando apareció el alto culón y le siguió a las rocas, para que ambos regresaran juntos tiempo después. Desde ese momento decidí bautizarlo como el Depredador de la playa, que siempre acaba acosando y consiguiendo a los pocos chicos atractivos que allí acuden. Cerca de mi había un grupo de amigos que me llamó la atención por ser bastante divertido. Uno llegó pretendiendo ser Úrsula y exigiendo a un amigo que cantara como la sirenita para robarle la voz. Tras la playa recibí un mensaje de Natalia para ir a un chigre de nuestra juventud junto a Santi, Pablo y Bea. Desde allí fuimos al antiguo “Sol y Sombra”. Era un restaurante al que iba mucho con mis padres, y ahora estaba invadido por chavales. La hija de Javi y Cristina, Natalia, estaba allí celebrando su veintitrés cumpleaños con sus amigos. En su grupo había un chico de gorra negra y muy bronceado por el sol, que debo reconocer me volvió loco. Tras esto, cené algo rápido y fui al bar osuno. Aunque Miranda estaba allí, no pasó nada una vez más. Esto, más el día de playa me dio un poco de bajón, pero Diego contactó conmigo para mi sorpresa y pasamos un buen rato muy agradable.

El jueves el tiempo engañó al estar nublado por la mañana y anunciar lluvias. Fui a comer enfrente de casa y me frustró ver como quedaba un día excelente mientras comía. Por la noche fui a tomar algo a la ruta de vinos, aunque Antonio me puso de bastante mal humor al intentar picar a Ramón, a quien regalé monedas coloreadas de los Monumentos. Decidí pasar por el bar osuno, pero estaba bastante matado y acabé por retirarme. El viernes corrí fatal, algo que me molestó porque el día anterior había logrado marcar un treinta y cuatro. Contactaron conmigo para avisar que me llamarían para concretar un día para entregarme el sofá, y me fui a la playa. Aunque el día era estupendo estaba bastante vacía, y solo vi al Depredador que acabó acechando al bailarín y pareja, y saludó al bajito cachitas cuando se iba. Por la noche me acerqué a la ruta de vinos, donde me reencontré con Tomás e Isabel y le entregué a Ramón las monedas restantes. Llevaba mi camisa leñadora, pero resultó una pérdida de tiempo porque estaba matado y ni siquiera Miranda había ido. El amigo de Cojo estaba de charla con tío apuesto bastante alto, quien creó acudía mucho al bar caliente de la capital porque le gustaban mayores. Al final acabé retirándome a dormir, porque no había nada y Victor ya había cerrado.

El sábado estuvo nublado todo el día y fui a comer enfrente. Allí había cuatro tíos comiendo, uno de ellos con rizos y bastante guapete. Por la noche acudí al bar osuno, que celebraba la fiesta del verano. El bar estaba hasta arriba, pero había poco material que me gustara. Charlé un poco con Cojo, Antonio y Roberto, que había regresado de la capital. Pudimos ver al chaval rizoso con su nuevo “novio” tres veces su edad, y Ramón pasó un rato a tomar algo, pero se retiró temprano. La cerveza estaba bastante caliente, y se terminó bastante rápido. Ya sobre las tres decidí volver a casa. Al día siguiente teníamos buen tiempo y me dirigí a la playa a pesar del festival aéreo. No encontré demasiado atasco y llegué pronto para encontrar al chico de la sombrilla y su pareja. El mar estaba revuelto y con marea alta, pero había algún chico guapo para alegrar la pestaña. También pudimos ver algunos aviones del festival volando bajo por la playa. La verdad es que pasé un día muy agradable de playa, y el chico de la sombrilla y su pareja pasaron por delante de mi coche a la hora de marcharse. Ya por la noche me animé a ir al bar osuno, y de camino me encontré con Rubio y Muermo, con quienes estuve charlando y riendo un poco sobre la situación actual. Para mi sorpresa, Álvaro estaba en el bar porque Victor tenía un viaje al día siguiente. Así que la verdad es que me aburrí bastante, porque el twink DJ nunca charla conmigo, y me da que es algo sobrado. Ya cansado me retiré para descansar, un poco meditativo.

Saludos


ROMPIENDO MALDICIONES

  (ENTRADA 814)

 

Tengo que reconocer que la semana ha ido mejorando a medida que ha avanzado, dándome alguna sorpresa que me ha animado después de una serie de bajonazos. Así que se puede decir que rompí ciertas maldiciones.

Aprovechando el mal tiempo del lunes, compré una imprimación para poder pintar la pared recompuesta. Esta vez la pintura se logró fijar gracias a eso, aunque no quedó del todo bien por la chapuza del albañil. Tras llevar a cabo una limpieza profunda de la casa, me animé a reunirme con la pandilla de la ruta de vinos para tomar algo. Después me dio un toque un tío de la App llamado José, con el que ya había hablado. Sin embargo, tuvo una especie de taquicardia y se marchó para seguir conectao. Eso me llevó a pensar que quizás no le había gustado, y de hecho no he vuelto a saber de él, aunque me interesé por su estado. El principio de la semana se caracterizó por el mal tiempo, por lo que salí a comer a mis restaurantes habituales. El miércoles me animé a tomar algo en el bar osuno, que no estaba muy animado. Ya de jueves me lancé y compré un sofá nuevo que me servirán en diez días, aunque me sentí mal por haber gastado tanta pasta. Tras tomar algo con la pandilla de los vinos me acerqué a tomar algo al bar osuno. Allí estaba una pareja de la capital que me pareció bastante engreída al hablar del ambiente y compararlo con mi ciudad natal. Esa misma noche acabé quedando con la Javiera para mi sorpresa. Aunque el encuentro no estuvo mal, también se retiró al poco tiempo para seguir conectado, por lo que comencé a preocuparme por mi eficiencia.

El encuentro provocó que apenas durmiera, por lo que el viernes no fui a correr y salí directo a la playa, donde disfruté de otro día perfecto con unos baños espectaculares. Hubo redada policial de perros y me vi un grupo de tíos con alguno muy atractivo, especialmente uno con bañador negro. De regreso me empujé a volver a salir a correr por la tarde, y logré hacer mis seis kilómetros a pesar de tener el muro hasta arriba de gente y apenas poder con mi alma. Por la noche fui a tomar algo a la ruta de vinos, donde estaban los amigos de Susie más tradicionales. Tardamos en partir al bar osuno, y Ramón se empeñó en ir en autobús mientras yo fui andando y llegué antes. Allí estaba el chico Miranda, y me pareció que me miraba otra vez, aunque siempre iba por el cuarto oscuro que no me gusta nada. El bar se vacío muy rápido, por lo que tuve retirarme a los tres cuartos de hora de llegar. Ya de sábado fui a pasar el día en la playa, donde comencé a ver a algunos conocidos después de casi un mes. El chico de la sombrilla estaba allí con su pareja y, lamentablemente, también estaba el baboso, a quien pillé en las rocas en plena faena asquerosa. Aunque pude disfrutar de unos buenos baños, no fue tan genial como el día anterior. Por la noche fui al bar osuno que estaba bastante flojo para ser sábado. Charlé un rato con Rubio y Muermo, pero lamentablemente siempre se retiran temprano. Apareció un chico moreno de camisa blanca guapísimo, pero se retiró pronto al ver el percal. Lo mismo pasó con una pareja atractiva, uno de los cuales llevaba un peto.

Ya de vuelta en casa me costó dormirme. A las ocho acabé quedando con un chaval guapísimo llamado Diego, y la verdad es que lo pasé formidable. Fui a la playa, pero las previsiones fallaron y tuvimos la tarde nublada. El baboso estaba allí, así como sombrilla y pareja, que se retiraron pronto. Me alegró ver al rubio, tan buenorro como siempre, hasta que acabé volviendo a casa. Allí acabé quedando con otro chaval llamado Raúl, con quien también lo pasé genial. Además, con esto pareció que rompía una maldición prolongada en mi ciudad natal. Tras el desastre electoral fui a tomar algo al bar osuno, donde había poca gente pendiente de los resultados. Regresé a casa bajo la lluvia, charlando con mi hermano y descubriendo que por fin se había suavizado políticamente. Así que la semana fue una especie de arranque, de cuyo final no me pude quejar.

Saludos


AGUAS CRISTALINAS

  (ENTRADA 813)

 

Parece que después del breve episodio de fiebre las cosas regresaron a la normalidad sin problemas. Aunque anunciaban que la semana iba a sufrir mal tiempo a partir del miércoles, esto resultó no ser verdad. Al final, tanto el jueves como el viernes resultaron ser días de playa extraordinarios. El agua del mar estaba cristalina y permitía ver todo de maravilla. Lástima que no funcioné del mismo modo con la gente.

La semana comenzó bien porque por fin recibí los papeles para mi voto por correo. Aunque tuve que estar una media hora de espera en correos, pude emitir mi voto y me quité esa gestión de encima. Volví a correr sin que me supusiera un gran esfuerzo y logré hacer dos treinta y cuatro de tiempo a pesar del calor que hizo a lo largo de la semana. El mismo lunes fui a la playa en un día de tiempo perfecto, y la verdad es que para mi sorpresa la playa se puso hasta arriba de gente. El martes no había tanta gente, aunque debo reconocer que el tiempo no acompañó todo el día. Eso sí, me sigue sorprendiendo no ver a algunos de los habituales. Especialmente, hecho de menos al rubio buenorro con el que me había cruzado hacía ya una semana mientras corría. Durante el principio de la semana me encontré con mi tía Begoña, y mis tíos Javier y Ana en la calle, con lo que pude saludarles. También le comenté a mi hermano mi encuentro con el tío Carlos y la tía Loli, a quienes había encontrado bastante mejorados. El miércoles fue el único día en el que acertaron con el tiempo, ya que llegó a llover. A pesar de charlar con varias personas por la App, he seguido sin poder quedar con nadie,

Fue el jueves cuando tuve el que probablemente sería el mejor día de verano del año. Hacía sol acompañado de una brisa que ayudaba a aguantar en la playa sin problemas. Además, había bandera verde, y encontré el agua cristalina y transparente. Gracias a esto pude darme un par de baños viendo el fondo rocoso con peces nadando. Añadido a esto, observé a un cachas bajito y muy guapo que se situaba en una parte alejada de la playa. Le vi más de cerca cuando pasó a saludar a una pareja mayor, uno de ellos bastante fibrado. Aguante en la playa hasta que la sombra cubrió la arena. De regreso en casa pasé a comprarme un tomo del Capitán Marvel y después fui a un merendero nuevo a tomar algo con Pablo, Bea y los críos. Pablo había planeado lo del merendero, plan que se había cancelado brevemente porque Bea no quería ir. Debió de haber bronca al respecto, porque al final si fuimos y cenamos muy bien.

El viernes fue otro día perfecto de playa, aunque hizo más calor por la ausencia de viento. Apareció un tío algo de grandes nalgas que había visto el año pasado y que se trasladó cerca del cachitas del día anterior para intentar ligarlo. La pareja mayor cerca de mi comenzó a comentar toda la jugada, para diversión de un servidor. Al final el cachitas se marchó sin que pasara nada, y más adelante el alto. Lo que comienza a afectarme es la evidencia de que se me ha pasado el arroz, y que ya no llamó la atención de los chicos que me gustan. No puedo evitar acordarme de lo ocurrido con José, y como me hizo ver que los chicos guapos que quieren estar conmigo… lo hacen porque quieren estar con cualquiera. A pesar de esto, me pegué tres baños espectaculares y regresé a casa pensando que ya había pasado por los mejores días de playa del verano, Debo reconocer que perdí los nervios con un conductor que iba a veinte por hora provocando una caravana de la leche al bajar de vuelta a la ciudad. Por la noche me acerqué a tomar algo a la ruta de los vinos, donde estaba la pareja de la autoescuela acompañando a Susie, Antonio, Pilar y Ramón. Al parecer Pali había vuelto a abrir su bar y todos fueron a visitarlo, mientras Ramón y yo fuimos al bar osuno a tomar algo. Estaba bastante animado para ser viernes, y allí estaba el guapo parecido a Miranda, acompañado de tres amigos. Estos se fueron y le dejaron solo, pero Miranda optó por irse al cuarto oscuro brevemente y luego se marchó. Aunque me pareció que miraba en mi dirección brevemente, no me atreví a abordarle y el cuarto oscuro nunca ha sido algo que me haya animado. También vimos brevemente a la Wikie, con quien estuvimos charlando brevemente y, cuando Ramón se marchó, charlé con el Cojo y su colega Antonio, que acababa de llegar a la ciudad.

El sábado pasé la tarde intentando poner masilla en la pared para que quedara mejor, pero acabó resultando ser una chapuza peor. Fui directamente al bar osuno, que estaba hasta la bandera. Allí me encontré con el petardo gracioso de la capital, que era parte del grupo del Cojo y Antonio. Charlé un rato con ellos y me fijé en un chico guapete que estaba en el grupo de las mudas. Una vez más, a pesar del contacto visual, no hubo forma de conseguir nada. Ramón llegó una hora después, y también pude saludar a Ramón y Odón. Esta pareja me explicó que ya casi no salían. La verdad es que la noche estuvo animada, y había más gente atractiva de lo habitual, lo que me hace pensar que el verano puede resultar más animado. Lamentablemente, Miranda no estaba por allí. El bar se vacío pronto una vez más, por lo que opté por marcharme finalmente.

El domingo fue un día tranquilo. Aunque amaneció con sol, se nubló y me acerqué a comer enfrente de casa, donde había una mesa grande de comensales ordinarios que me puso bastante de los nervios. El resto de la tarde la pasé lo más tranquilo posible, pero con la sensación de que el verano me iba a quemar bastante. Solo espero estar equivocado.

Saludos


FIEBRE VERANIEGA

  (ENTRADA 812)

 

La segunda semana quedó marcada por el mal tiempo y por un episodio de fiebre que comenzó el martes y duró hasta el jueves por la tarde. Ya pensaba que había tenido la mala suerte de pillar gripe en verano, per afortunadamente todo quedó en un episodio corto sin tos ni mucosidad.

De hecho, la semana había empezado bastante bien. El lunes había salido a correr y después había ido a la playa, que no estaba demasiado animada. Me llamó la atención ver a una pareja de jovencitos enamoriscaos en la playa, lo cual me dio bastante envidia. Por la tarde chateé brevemente con Pedro el portugués y le envié un mensaje a Alex, quien me pareció algo distante. Afortunadamente, el me escribió al final de la semana de forma afectuosa. El martes salí a correr y me crucé con el rubio buenorro de la playa, corriendo descamisado. Después de comer en frente de mi casa, comencé a sentirme mal. Como solo tenía febrícula, me animé a ir a tomar algo con Pablo y Esteban. Después de tomar unas cervezas fuimos a cenar una ventresca de bonito que estuvo espectacular. Sin embargo, me sentó peor el miércoles y la fiebre me subió a 38’3. Así que me quedé en casa y reanudé el juego de Horizon que había dejado en pausa. También disfruté de una serie sobre Bette Davis y Joan Crawford. El jueves todavía me subió la fiebre por la tarde, pero tras tomar cinco calipos, me sentí mejor y recuperé por completo.

El viernes estaba recuperado y no tuve siquiera febrícula. Aunque no me atreví a salir a correr, me animé a ir a la playa. Anunciaban un tiempo espectacular, pero acabó nublado y con dos breves tormentas, por lo que opté por retirarme a casa. Descubrí que Azar estaba en la ciudad, aunque no coincidí con él en la aplicación. Aparentemente recuperado, salí a tomar algo en la ruta de los vinos, donde por fin pude encontrarme con Susie. Tras charlar un rato con todos, Ramón y yo fuimos al bar osuno, que estaba más animado que la semana pasada. Charlé un rato con el Cojo que había conocido durante las Navidades. Pasó por allí un chaval guapete que Ramón me aseguró que había trabajado en la disco. Sin embargo, terminé por marcharme porque el pesado de Estrellita Castro había llegado y amenazaba con molestar.

El sábado pude confirmar que ya estaba perfectamente. Pasé la tarde tranquilamente en casa, e incluso bailoteé un rato tras escuchar una canción titulada “Heart to Break”. Llegué a la una al bar osuno, que estaba animado, aunque no tanto como la semana pasada. Ramón ya había llegado y estuvimos de charla. Aunque Caín me saludó al llegar, pasó bastante olímpicamente de mí. Solo me fijé en un chaval guapísimo que llevaba una camiseta de tirantes blanco y que me recordaba a Ricky Velez. Aunque me pareció que miraba en mi dirección, estaba rodeado de víboras y terminó por marcharse del bar. Al margen de esto, no ocurrió nada emocionante, y Álvaro empezó a recoger pronto. Ya de domingo, también pasé la tarde tranquilo hasta que me retiré a dormir. Por lo menos, había logrado recuperarme y todo había acabado siendo un breve episodio de fiebre.

Saludos


QUEDADAS Y BLOQUEOS

  (ENTRADA 811)

 

Es curioso como después de tanto esperar para poder regresar a mi ciudad natal, no he logrado sentirme del todo en casa. Añadido a esto, me he enfrentado a una quedada bastante desastrosa, y a ser rechazado con tres bloqueos a lo largo de cada día del fin de semana.

Una de las cosas que he vuelto a hacer, es correr durante la semana. Solamente fallé el miércoles. Aunque el primer día hice un tiempo bastante malo, no tardé en superarlo a lo largo de la semana. Eso sí, me encontré con que el estanque de los patos del parque había sido drenado y vallado. Sin embargo, esto no ha afectado demasiado a mi recorrido de seis kilómetros. A lo largo de la semana fui mejorando mis tiempos y llegué a hacer un treinta y tres. El lunes también me acerqué al columbario familiar para poder visitar a mis fallecidos padres, y finalmente quedé con Ramón, Antonio, Pilar, y Charo para tomar unos vinos de bienvenida. Susie todavía no había regresado de sus vacaciones. También me dio tiempo para realizar una exhaustiva limpieza de mi casa, y a lo largo de la semana pinté las zonas dañadas por las fugas de agua.

Caín me dio un toque el martes y quedamos en mi casa para poder pasarlo bien. Sin embargo, acabó empeñándose en llevar a cabo un trío. Aunque el chaval que vino parecía majo, se llamaba Frank, me pareció más un autómata completamente colocado. Es curioso porque Caín terminó por marchare y me quedé con Frank solo. Sin embargo, no lo disfruté del todo, y acabé durmiendo poco para tener que asistir a una parrillada organizada por Santi y Natalia. Aguaté bastante bien, y por lo menos pude aprovechar para ver a Pablo, Bea y Graciela. También tuve que aguantar a una familiar bastante pesada, que no dejaba de hablar. Durante la parrillada me enteré de que el día siguiente era festivo, y llegué a casa para quedar con un cachas mayor con quien no funcioné demasiado bien debido a mi cansancio. El jueves fui a comer al restaurante al lado de casa y por la noche fui al cine para ver “Indiana Jones y el Dial del Destino”, con la cual me llevé una enorme decepción.

Ya de viernes fui a la playa y por la noche volví a reunirme con la pandilla de los vinos. Estaba el imbécil de la academia de conducir, que logró ponerme de bastante mal humor, y Marga, con quien Ramón había tenido algún roce. Fuimos al bar osuno, para encontrarlo bastante matado. Allí me reencontré con el Cojo que había conocido durante las Navidades, y con quien estuve charlando un rato. También tuve que aguantar a Estrellita Castro, para descubrir que supuestamente era hetero. Ya cansado me retiré a descansar. De sábado me desperté y parecía que iba a quedar con un tío bastante morboso, pero al final me bloqueó cuando ya le había dado mi dirección. A pesar del chasco fui a comer al restaurante de la plazuela, donde la pareja que lo lleva me saludó con cariño. Por la noche, solo Ramón se animó a salir a tomar un vino, y fuimos al bar osuno. Aunque el bar estaba lleno, no estaba tan animado como el fin de semana anterior. Pedro pasó por el bar y le presenté a Ramón. Añadido a esto, Rubio y Muermo aparecieron en el bar para tomar algo brevemente, y me alegró poder verlos. Me sorprendió descubrir que Rubio se había recuperado de un tumor benigno en la cabeza, del cual se había recuperado afortunadamente tras un periodo de ingreso. Ya cerca de las tres, el bar estaba medio vacío, por lo que opté por marcharme a dormir.

El domingo contacté con un cachas rubio que me había escrito el fin de semana pasado. Sin embargo, tras darle mi dirección y él asegurarme que venía, también me bloqueó dejándome rallado. Pasé el día tranquilo y me acerqué a casa de mi prima para recoger unos libros que me habían traído aprovechando que venían el fin de semana. Por la noche me escribió otro cachas deportista, pero enseguida le dio por bloquearme por algún motivo desconocido, aunque por lo menos charlé con un chaval con el que esperaba quedar. Así que la primera semana estuvo lejos de ser memorable.

Saludos