Archivo para marzo, 2023

PSICÓLOGO INVOLUNTARIO

  (ENTRADA 797)

 

No ha sido una mala semana, aunque tuve un pequeño susto que me hizo creer que podría haberme puesto malo. Afortunadamente esto no fue así. Sin embargo, me he dado cuenta como en ocasiones sigo sirviendo como psicólogo para gente a la que apenas conozco. Lo peor es que, aunque me encanta echar un cable y aconsejar a amigos, hay niveles que no puedo superar. Y es que hay gente que no entiende cuando es necesario buscar ayuda por parte de profesionales.

Psicólogo Involuntario 27-03-23

La semana comenzó con un día festivo, por lo que no tuve que ir a correr y pude concentrarme en limpiar la casa con total tranquilidad. Aunque vi conectado a mi vecino José, él no contactó conmigo, y me quedé tranquilo. El martes reanudé mis carreras, y de camino me encontré con Antonio, marido de Jesusito, y una amiga. Al volver de correr tenía una llamada perdida de mi antigua compañera de clase Ana. La ignoré pero me escribió por la noche y decidí hablar con ella para quitármelo de encima. Tal y como temía, Ana estaba rallada con la reunión escolar que teníamos dentro de unos meses, y seguía viviendo en los años en los que éramos unos críos. Seguía con sus historias de inseguridad y comparándose a sus compañeras, lo cual es lo peor que se puede hacer siendo un adulto. Hora y media de conversación no sirvió para nada, ya que Ana sigue viviendo en su mundo paralelo. No me quedó más remedio que recomendarle que pidiera ayuda de un especialista que lograra encauzar sus inseguridades. Lo que más me preocupó fue darme cuenta que al final de la conversación parecía estar borracha.

El miércoles fue tranquilo, aunque corrí con más dificultad de la habitual. Por la noche me desperté con treinta y ocho y medio de fiebre. Esto me hizo temer que había cogido un gripazo monumental. Sin embargo, la providencia quiso que no fuera así, y durante todo el jueves no tuve nada de fiebre. A pesar de esto estaba cansado, por lo que consideré que era mejor dejar de correr el resto de la semana. Como me encontraba mejor, me animé a ir al cine a ver la tercera película del año, que fue “Scream VI”.

Scream VI 27-03-23

Aunque estuvo entretenida, me pareció que era bastante inferior a la anterior. El viernes seguía sintiéndome bien, por lo que me tranquilicé pensando que la cosa no había sido tan mala como esperaba. Juan Carlos me llamó por la noche y estuvimos charlando un rato. Me comentó que su hermano estaba mejor, aunque la medicación le dejaba completamente arrastrado. Así que por primera estaban completamente desbordados. Yo le hice ver que por eso necesitaba salir más y desconectar cuando las cosas estaban más tranquilas, para poder tener fuerzas en los momentos difíciles. Tras hablar con él y cenar, salí a tomar algo. Me llevé una sorpresa desagradable en el bar garra, pues habían contratado al Cara Gorila de la época del bar perruno de recogevasos. Siempre me había parecido un sobrado monumental, y había provocado uno de mis cabreos en aquella época al intentar hacer parecer que fisgoneaba las cuentas o algo así. Después de tomar unas cervezas fui al bar grueso, que estaba bastante concurrido. Quiso la fortuna que Jonathan apareciera por allí con una amiga y un amigo. Pasó al lado mío y no me dijo nada, aunque no puedo asegurar que me hubiera visto o reconocido. Sin embargo, creo que tendría que haberlo hecho en varias ocasiones que fui al baño. Un poco harto, decidí retirarme a casa. Las cosas no fueron bien allí tampoco, ya que quedé con un chaval que acabó por venir para usar mi baño y marcharse.

El sábado mi prima contactó para decirnos que tenía planes, pero que al día siguiente habría comida en su casa. Por la tarde, el chaval que vive a las afueras pasó para casa para mi sorpresa, y la verdad es que pasamos un buen rato. A pesar de que estaba agotado, me animé a salir a tomar algo al bar garra. No estuve mucho tiempo porque esa noche teníamos el cambio de hora, y perderíamos una de sueño. Tuve que hacer un poco de cola en el bar, aunque no demasiado tiempo afortunadamente. La verdad es que el bar estaba bastante lleno, y al Cara Gorila le dio por saludarme como si nunca hubiera pasado nada. Aunque por alguna razón pensaba que me llamaba Alfredo. También me tocó aguantar a un borracho que no consumía y pretendía que le diera un sorbo, aunque opté por ignorarle. A las dos fueron las tres, y decidí retirarme a descansar. Cuando me levanté el domingo tenía un mensaje de Vecino José, que me había enviado a las ocho y media de la mañana cuando volvía de juerga. Le respondí pero me comentó que ya estaba con un francés. Así que aproveché para ir a misa por la mañana y después a comer con mi prima. También fueron mi hermano y una sobrina de mi primo político, con su repelente hijo. La verdad es que la comida estuvo muy bien, y después regresé a casa. Eché una siesta que me ayudó a recuperarme y noté como tras el cambio de hora los días volvían a ser más largos. Después de cenar, José contactó conmigo y fui a su encuentro. Solo estuvimos hasta las doce y media, porque el tenía que madrugar al día siguiente. Así que como tenía tiempo y estaba despejado fui a tomar unas cervezas al bar caliente. Para mi sorpresa, Juanma se mostró muy majo conmigo, cosa que agradecí. El griego y el gordito que llamo Morimori estuvieron también muy majos. Al volver a casa, charlé un rato con un belga rubito que quería quedar conmigo al día siguiente, pero ya cansado opté por acostarme.

Saludos


CÓCTEL DE EMOCIONES

  (ENTRADA 796)

 

Me he encontrado con una semana repleta de situaciones inesperadas, algunos momentos geniales y otros que me han dejado apesadumbrado. Ha sido una de esas semanas extrañas en las que no han dejado de ocurrir cosas. He aprendido que uno no debe caer en la monotonía, y debe aparcar los conflictos para dar testimonio de buena fe. 

CÓCTEL DE EMOCIONES 20-03-23

Volver a retomar las carreras tras el resfriado me costó más de lo que esperaba, y aunque me he recuperado me han quedado restos en forma de sinusitis. Intenté llamar a Juan Carlos, pero el pobre está bastante agobiado con el cuidado de sus padres, y porque su hermano había tenido que ser ingresado. Afortunadamente le dieron el alta a lo largo de la semana. La noche del lunes tuvo lugar un apagón de todo nuestro edificio, y pasé un hora y pico en compañía de mi vecino Alex intentando arreglar el problema. También nos ayudó un vecino alemán al que no conocíamos y que era un rubiazo impresionante. Al final resultó que era una avería de la compañía eléctrica y la luz volvió al edificio. Por lo menos me sirvió para retomar algo de contacto con Alex, que la verdad es que me sigue cayendo bien.

El martes me quedaba pendiente quedar con mi amigo David de Charleston, quien no me escribió durante el día. A pesar de que no me apetecía nada, decidí darle un toque y quedamos en la plaza cercana para tomar una cerveza. David era un chico de un corazón de oro en mi época de Charleston, y estuvo bien retomar el contacto con él. Intentamos ir al restaurante de carnes, que antes era mi italiano, pero nos encontramos con que estaba completamente lleno.  Así que al final cenamos en un restaurante que prepara platos de avocado al lado de mi casa, y la verdad es que me sorprendió gratamente. Estar con David me puso especialmente nostálgico, añorando mucho mis años de libertad en Charleston. Sin embargo, agradecí haberme empujado a quedar con David. Al día siguiente tuve que hablar con mi hermano, que se puso bastante borde, acerca de la plaza de aparcamiento que tenemos y sobre la cual no hemos recibido el cambio de titularidad.

El jueves tuve que salir a hacer varios recados y tuve un reencuentro de lo más incomodo con Gustavo. Hacía unos siete años que no lo veía y le encontré muy estropeado y pidiendo dinero, como siempre. Era la primera vez que venia a la capital en muchos años, y se había encontrado el tema muy cambiado. Me dio bastante pena, pero hay ocasiones en las que la gente se busca ella sola sus problemas. Llegado el viernes me animé a ir al cine a ver la película “Shazam: La Furia de los Dioses”. La verdad es que para ser el estreno el cine estaba medio vacío. La película estuvo bastante bien sin ser gran cosa, pero por lo menos me lo pasé bien.

Shazam, la Furia de los Dioses 20-03-23

A la salida me dirigí al bar garra para tomar algo. Todavía quedaba gente aunque yo había llegado algo tarde. Después me acerqué al bar grueso, donde Agu me contó que el marido de Elvira había sufrido un infarto y ya llevaba varios días en la uci del hospital. Nunca había conectado mucho con él, pero debo reconocer que lo sentí mucho por Elvira.

Las cosas no mejoraron y al día siguiente descubrí que el marido de Elvira había fallecido después de estar ingresado todo el mes. La verdad es que me quedé bastante de piedra, y no pude evitar pensar en las anteriores tres parejas que había conocido y que habían acabado con un viudo. Aunque estaba de bastante bajón, tuve la suerte de que José contactara conmigo y acudí a su casa, donde la verdad es que lo pasamos francamente bien. Me retiré a las dos y me encontré con Agu en la puerta del bar, que ya estaba vacío. Estuve charlando un rato con él y me tomé la última cerveza, aunque tuve que aguantar al Genio de la Lampara, que como es costumbre usaba la tragedia del fallecimiento como problema personal. Apenas pude dormir durante la noche, porque estaba francamente cansado y espabilado. Ya el domingo le envié a Elvira un mensaje de pésame lo más sincero posible, y me respondió con un corazón. Ese mismo día me enteré que el lunes iba a ser festivo, justo antes de quedar con Andre. Pasamos una buena tarde y después me fui al bar de la garra a tomar algo. Emilio estaba en la puerta y me saludó con un par de besos. Aunque el barrio estaba bastante desolado, el bar estaba animadillo y pude tomarme unas cervezas. Emilio me invitó a una, cosa que agradecí, y pude ver al alto habitual, moreno de pelo rizado, con una camiseta sin mangas muy ochentera. Ya cansado me retiré, aunque estuve desvelado hasta las cinco de la mañana. Así culminó una semana llena de emociones.

Saludos


RESFRIADOS INOPORTUNOS

  (ENTRADA 795)

 

Después de desesperarme, y de largas esperas, el Vecino Fogoso acabó contactando conmigo de nuevo. La verdad es que ese ha sido el punto álgido de la semana, que a su vez se ha visto estropeada por un resfriado de lo más inoportuno.

RESFRIADOS INOPORTUNOS 13-03-23

El lunes me despertó mi hermano para pedirme el coche, tal y como tenía programado hacer y me lo devolvió a la hora de comer. Me dio tiempo a salir a correr y la verdad es que me puso bastante de los nervios al tardar en traerlo, y no contestar a mis mensajes. Llegué a pensar que le podía haber pasado algo, pero afortunadamente todo quedó en un susto. Procedí a hacer una de las dos limpiezas a fondo anuales que hago, mucho más rigurosas que las semanales, moviendo muebles para asegurar que todo quedaba bien limpio. También me di la baja de imagenium para reducir considerablemente mi factura telefónica. Sin embargo, la cosa se complicó por la noche con una  fuerte diarrea, y me fastidió ver que mi Vecino Fogoso, al que empezaré a llamar por su nombre José, estaba conectado pero pasaba de mí.

El martes fui a correr y, aunque me sentía mejor, pasé por la farmacia para que me dieran algo que me ayudara a recuperarme. La sorpresa me la llevé cuando David, un amigo de la época universitaria de Charleston me dio un toque para quedar. La verdad es que me había avisado que lo haría meses atrás, pero se me había olvidado por completo. Aunque me daba bastante pereza quedar, pensé que al final lo agradecería y decidimos cenar el jueves. El miércoles había muchas manifestaciones por el día de la mujer, así que decidí no salir a correr. También notaba la garganta algo pastosa, pero decidí no preocuparme demasiado por eso. Al día siguiente descubrí que estaba equivocado, pues había pillado un soberano trancazo. Con un frenadol me sentí recuperado, pero fue entonces cuando a mi Vecino José le dio por contactar conmigo para quedar. Postpuse la cena con David para el martes, y acudí al encuentro de José, con quien pasé cinco horas absolutamente geniales.

Lamentablemente, el viernes me levanté completamente hecho polvo y con algo de febrícula, sumiéndome en un resfriado que me impidió salir por la noche. Por un lado me jorobó porque me dejó sin correr tres días de la semana, y por otro por no poder salir. Pero al mismo tiempo agradecí quedarme en casa sin estrés y hasta me tomé unas copas de vino viendo mis películas de temática gay favoritas “Trick” y “Trilogía de Nueva York”. El sábado no fui a comer con mi prima, ya que todavía estaba en fase de recuperación, y tampoco salí. Aproveché para volver a ver la película “Corrupción de una Familia” con Angela Lansbury, y la volví a disfrutar mucho. Así que fue un fin de semana un tanto sentimental, aunque solitario al mismo tiempo.

Fue el domingo cuando ya me noté prácticamente recuperado, aunque también me sintiera algo cansado. Logré acabar todo el trabajo de esta temporada, con lo que solo me queda acabar de ver la serie “Arrow” para escribir un análisis, y después podré volver al mundo de la consola y los videojuegos.

Saludos


PLANTES Y DESPLANTES

  (ENTRADA 794)

 

Pues, sin que las cosas hayan sido terribles, debo reconocer que la semana me ha parecido una mala racha que me ha dado algo de bajón. Lo más destacable ha sido reconectar con Vecino Fogoso, pero todavía ha quedado en el aire que vayamos a quedar. Mi cita con Jonathan también se canceló y hubo otra que tampoco salió demasiado bien. Supongo que es cuestión de plantes y desplantes.

one man waiting dinning in silhouettes on white background

Mientras realizaba mi limpieza habitual de los lunes, aproveché para retirar algunos libros y guardarlos para cuando fuera a mi ciudad natal. Esto me permitió reorganizar las cosas y lograr hacer algo más de sitio. Es algo que quiero ir haciendo poco y sin prisa, porque me permitirá desahogar bastante el espacio que tengo ocupado. Las carreras de la semana fueron muy bien, aunque hizo un frío tremendo hasta el viernes. Por lo menos hice tiempos de treinta y cinco y me sentí bastante en forma. El miércoles salí a realizar unas compras, y acabé dando un paseo bastante largo, recorriendo casi toda la vía principal al lado de mi casa. Aproveché para pasar por el cajero, y tuve que pegarme otro pateo porque el de mi barrio no funcionaba como era costumbre. Ese mismo día confirmé para verme con Jonathan al día siguiente, sin embargo el jueves se me torcieron todos los planes y arrastré la mala suerte hasta el fin de semana.

Las cosas empezaron cuando recibí una medicación genérica de azulitas, aunque había encargado una marca especifica. Me molestaron mucho las excusas y que les importara un bledo mi disgusto. Por otro lado, recibí un tomo de Súper López que me faltaba para completar la colección, pero me vino con la base del lomo rota, lo que me provocó un buen disgusto. Para colmo, Jonathan me canceló una cita que teníamos, alegando su mudanza. El problema es que lo hizo hora y media antes de quedar, como si mi tiempo no valiera nada. Cuando se tuercen las cosas, es inevitable sentir un bajonazo considerable. Lo intenté resolver de la forma equivocada, quedando con un chico despampanantemente perfecto llamado Àngels, pero le vi más pendientemente de sí mismo que de mí. Esto me dejó con un bajonazo considerable a la hora de encarar el fin de semana.

El viernes me escribió mi prima para decirme que estarían fuera ese fin de semana. Pero la verdad es que poder quedarme en casa el fin de semana no me sirvió de mucho lamentablemente. Aunque estaba de bajón, me animé a salir el viernes. Me di cuenta que mi Vecino Fogoso volvía a tener su perfil activado en una de las apps, aunque no en la que más uso y por la cual le conocí. Pasé por el bar garra, y para mi sorpresa el portero me saludó con una gran sonrisa que francamente agradecí. Sin embargo, un  petardo se puso a intentar entrarme con una pose en plan que guay soy, y opté por marcharme. Después fui al bar grueso, donde me animé a escribir a Fogoso. Éste me contó que había borrado su perfil en la app, y cuando le mandé mi número para contactar, me envió un mensaje para que guardara su número de teléfono. Me dijo que estaba bien que hubiera contactado con él porque quería quedar, y me daría un toque estos días. Evidentemente estaba ocupado en ese momento, pero retomar el contacto me animó mucho.

Fue algo breve, porque no contactó conmigo en todo el fin de semana. El sábado acudí al bar garra, donde tuve que hacer un poco de cola para entrar. El bar estaba bastante lleno, y pude ver brevemente a los amigos de José Lengua. Después me fui al bar grueso, donde me reencontré con Orlando y su pareja. La verdad es que esto me animó muchísimo la noche y por lo menos tuve alguien con quien charlar durante la noche. Me encontré también con Fran de Huevo acompañado del Genio de la Lámpara. Me confirmó que ya no trabajaba en la tienda de ropa, y me fije que se estaba dejando crecer el pelo. Ya cansado me retiré a casa y la verdad es tampoco tuve suerte para quedar con nadie.

El domingo me desvelé y pasé el día bastante agotado. No fui capaz de dormir una siesta ni aún tomando una pastilla para ello. Tenía la esperanza de que Fogoso contactara conmigo, pero no lo hizo. Esto me dejó con un bajón considerable, y ni siquiera me apeteció salir a tomar algo porque Pedro estaba en su tierra. Así que consideraría esta semana como una mala racha que espero pase pronto.

Saludos