Archivo para julio, 2021

PINTANDO LA CASA DE VERANO

  (ENTRADA 710)

 

La semana no se ha caracterizado por el buen tiempo, aunque he podido disfrutar de dos días de playa. Sin embargo, esto me ha permitido completar el proyecto de pintar por completo la casa de mi ciudad natal, que necesitaba un serio lavado desde hacía mucho tiempo.

PINTANDO LA CASA DE VERANO 25-07-21

La semana comenzó con algún problema. El lunes había sido un día productivo, ya que por fin me habían instalado el timbre, me había dado de baja en Telecable, y había avanzado mucho con la pintura, acabando mi propio dormitorio. Pero todo se torció cuando el internet que me habían instalado dos días atrás me dejó de funcionar, justo cuando parecía que iba a disfrutar del día perfecto. El martes tuve la suerte de que me enviaran al mismo técnico, que pudo adelantarse por la mañana. Resultó que una borde del tercero tenía su internet conectado a mi puerto, y al instalar el mío se había quedado sin conexión. Se nos puso borde desde la terraza, pero resultó que su técnico se había equivocado y me había desconectado a mí para conectar lo suyo. Todo quedó arreglado, y yo decidí escaparme a la playa para disfrutar del día bueno, lo cual fue la mejor decisión que pude haber tomado. Tras ese día de playa logré acabar de pintar el pasillo, acabando con algo más de la mitad de la casa.

Fue el miércoles cuando empecé a pintar la parte más difícil de la casa, el salón. Paré para ir a tomar algo al barrio de Pablo, donde pude ver a Bea, Santi y Natalia. Entendí la importancia de desconectar del trabajo de la pintura, y de vuelta a casa pasé por la nueva hamburguesería en coche, para hacer un pedido y regalarme una cena. El jueves logré terminar de pintar el salón y por la noche salí a tomar algo con Susie y la pandilla, excepto Ramón que no se apuntó. Fue el viernes cuando por fin acabé de pintar el cuarto de estar y el hall, con lo que acabé el proyecto de acabar la casa por completo. La verdad es que el resultado me dejó completamente satisfecho. Nada mejor que celebrarlo con amigos, por lo que quedé para cenar con Pablo, Bea, Santi y Natalia una deliciosa ventrisca. El camarero resultó muy majo, y mucho más un chaval de melena rizada rubia y de ojos claros. Lo único que no me gustó de la velada pue una breve confrontación con Pablo y Santi por temas políticos, aunque por lo demás, fue estupenda.

Llegado el fin de semana, el tiempo acompañó brevemente para poder visitar la playa una vez más. Por la tarde terminé de instalar las cosas que tenía pendientes y mi prima se acercó para ver la casa recién pintada y entregarme los cables y mandos de televisiones y reproductores que tenía pendientes. Finalmente, la casa quedó renovada por completo. Por la noche salí con la pandilla de Ramón y Susie, pero la noche tuvo su momento de tensión por culpa de Sandra, a quien no puedo aguantar. La encontré insoportable toda la noche, todavía más de lo que la recordaba. Ya de domingo fui a comer con Lucia y Chema al restaurante de la plazuela, donde pudimos ver a la dueña, quien había sufrido un esguince. Por la tarde estuve completamente tirado y decidí bajarme la aplicación gay para poder intentar ligar y entretenerme, ya que no tenía ocio nocturno. Me escribieron varias personas, pero todas resultaban ser tan poco originales como de costumbre, excepto un veinteañero llamado Julián con quien logré conectar. Vivía a cuarenta kilómetros y, aunque me aseguró que lo haríamos, no sé si llegaremos a quedar. Por lo menos por la noche tuvimos una conversación bastante picante que me gustó mucho. Y así acabó la semana de remodelaciones, aunque parece que el toque de queda nos amenaza de nuevo en esta mi tierra natal. Veremos que va ocurriendo.

 Saludos


PRIMER VERANO EN TRES AÑOS

  (ENTRADA 709)

 

Después de tres años, por fin ha dado comienzo una temporada de verano completa de la que poder disfrutar. Lamentablemente, la pandemia sigue presente y esto dificultará que el verano sea como los anteriores. Para empezar, me he encontrado con el ocio nocturno cerrado nada más llegar a mi tierra natal. Sin embargo, no me vendrá mal desconectar de la capital durante un mes y medio, después de tanto tiempo.

PRIMER VERANO EN TRES AÑOS 19-07-21

El lunes me preparé para salir en coche a mi ciudad natal, aunque por la mañana tuve tiempo para quedar con Luis. La verdad es que mis encuentros con él dejan poco que desear y me hacen pensar en dejar de vernos. Tras dicho encuentro me despedí y partí a mi ciudad natal en un viaje bastante agradable, hasta que entré en mi tierra y me recibió el diluvio universal. A mi llegada a casa, empecé una limpieza general más que necesaria, ya que la casa había estado cerrada un año entero. Trasladé la cama de mis padres a mi habitación, y cambié el destartalado armario de mi madre por el mueble que tenía mi padre en su habitación. Llevé mi cama a esa habitación, que de esta forma se convirtió en habitación de invitados. Tuve un percance con la lavadora al cargarla totalmente, y cuando llamé al técnico, descubrí que no me lo enviaban hasta dentro de ocho días. Afortunadamente, el problema de la lavadora quedó resuelto. También intenté arreglar el problema del timbre, y acabé por descubrir que la comunidad los había cambiado todos durante mi ausencia. El portero tomó mis datos, y la administración quedó en llamarme la semana siguiente para instalármelo. Contacté con Bea la asistenta para recuperar las llaves de casa, pero comenzó a darme largas, cosa que me deja un tanto incómodo. Así que se puede decir que el comienzo del verano fue de lo más accidentado. Por lo menos había hecho mal tiempo toda la semana, con lo que no perdí nada.

Pasé a saludar a los dueños del restaurante del barrio pescador y a los de la plazuela, y por supuesto a visitar el columbario de mis padres, a los que dediqué unas oraciones. Fue el jueves cuando pude salir a correr y quedé con Ramón, Susie, Antonio, Pilar y Charo para tomar algo. De camino me encontré con Natalia y Santi, con quienes estuve charlando un buen rato. Justo a mi llegada habían cerrado el ocio nocturno, con lo que tuvimos que conformarnos con terraceo. No había caído en quien era Charo hasta que la volví a ver, y me alivió que fuera una tía que me caía francamente bien. Sin embargo, encontré que el grupo estaba francamente paranoico. Solo iban al bar de la terraza y nunca a interiores. Habían dejado de ir a Pali, que era el bar que más me gustaba, porque no tenía terraza. Ramón no había vuelto a ir por el bar osuno, y así como de pronto te argumentaba en contra de la histeria, mostraba signos evidentes de sufrirla. Así que estuvimos en la terraza hasta el cierre.

El viernes fui a la playa por primera vez, y me encontré con el acceso prácticamente cubierto por la maleza. Apenas había gais en la playa pero bastante hetero textil, cosa que no me gustó. Solo me di un chapuzón, porque el agua estaba muy fría, y empecé a leer “The Stand” de Stephen King. Solo estuve dos horas para no quemarme. Por la tarde me llamó Pablo para quedar, y la verdad es que me molestó que a Bea le diera pereza salir. Parece mentira que haga un año que no los vea y que sepan lo difícil que ha sido todo para mí. Estuvimos tomando algo cerca de la zona donde solíamos ver las cabalgatas de Reyes, y también me sorprendió verle bastante conservador en lo relativo al tema del virus. Ese mismo día comencé a pintar la casa tras descubrir la existencia de una tienda de pinturas muy completa cerca de casa, a donde acudí en coche para recoger el bote de pintura gigante. Durante el fin de semana logré pintar y acabé con la habitación de mis padres. También lijé el techo cuarteado de mi cuarto de baño y por fin lo dejé bien pintado.

El sábado vinieron a instalarme la fibra óptica, para lo cual el portero me dejó abierto el acceso a patio, después de que mi tía Begoña me indicara que la conexión estaba allí. El técnico que vino resulto ser muy majo y tuvo que lanzar el cable de conexión desde nuestro undécimo piso hasta el patio. Al bajar nos encontramos la puerta cerrada por alguien. El técnico perdió la paciencia, pero se calmó al verme tan estresado. El portero volvió para abrir la puerta, y finalmente concluyó la instalación de Internet. Por la noche salí a tomar algo con la pandilla, pero no me gustó la tensión que se generó cuando una pandilla de colegas de la dueña del bar comenzó a dar el cante por una despedida de soltero. Para mi sorpresa, la dueña pasó de las normas, cuando suele llamar la atención a mis colegas en ocasiones. Por lo menos pude ver a Isabel y Tomás, y conocí a la sobrina comunista de Ramón, quien me pareció muy maja.

Ya de domingo continué con la pintura y logré acabar con la habitación de mi hermano y con la mitad del pasillo que llevaba a mi habitación. Ese día no salí porque al día siguiente tenía que el internet viejo de baja y por fin me vendrían a arreglar el timbre de casa. Y así fue la primera semana de mi primer verano en tres años.

 Saludos


ÚLTIMA SEMANA DE ESTRÉS

  (ENTRADA 708)

 

Debido al accidente de mi hermano, no ha quedado más remedio que postponer el viaje de vacaciones a mi ciudad natal. La última semana antes del ansiado descanso ha sido bastante estresante, con consultas hospitalarias para la clavícula de mi hermano, que por fin se operó el jueves. La recuperación parecía que iba a llevar más tiempo, pero al final ha tenido lugar, permitiendo irme de vacaciones.

El lunes acudí al hospital donde hubieran operado a mi padre, ya que mi hermano tenía consulta allí. Relevé a mi prima, que lo había llevado en coche, y lo llevé de vuelta a casa para comer algo. Le pidieron otro tac y tuvimos que regresar por la tarde, momento en el que nos confirmaron que tendría que operarse por tercera vez el jueves. Así que durante la semana continué con el deporte, y la verdad es que percibí una mejoría evidente, que además me animó bastante. La mayor sorpresa me la llevé al recibir una llamada de Juan Carlos, con el que estuve charlando un buen rato como si nunca hubiera ocurrido nada. Se llevó una sorpresa al descubrir que operaban de nuevo a mi hermano de una fractura de clavícula. La verdad es que me alegró saber que sus padres seguían bien, aunque esta vez no me engancharé tanto, porque está claro que la situación es imposible con él.

El día de la operación, mi prima me comunicó que se habían llevado a mi hermano a quirófano a las diez y veinte, y yo salí para el hospital para llegar a las once y media. A la una me llamaron a la habitación para comunicarme que la operación había ido muy bien, y que lo tendrían en observación durante un par de horas. Así que me embarqué en un paseo para llegar al centro comercial de la Imagen, donde pude comerme un bocata y desconectar un rato. De regreso en la habitación estuve leyendo un rato hasta que mi hermano llegó sin ningún dolor o molestia, pues le habían dado un chute de morfina. La verdad es que no tuvo nada que ver con los ataques de dolor que había tenido que soportar la última vez. Mi prima llegó de visita y yo aproveché para dar un paseo por los alrededores. La verdad es que la zona me pareció espantosa, más que nada por no contar con ningún bar para tomar una caña. Todo eran urbanizaciones, con la excepción de un pequeño parque que llevaba a una especie de zona para skaters, que estaba hecha una pena y solo tenía aguas fecales. Eso sí, me sorprendió ver una gran cantidad de conejos por el parque. Como mi hermano se encontraba bien, mi prima me convenció para que durmiera en casa. Yo fui a tomar un par de cervezas, pero el bar estaba matado y solo había un grupito de borrachines, con un tío bailando solo.

El viernes le dieron el alta a mi hermano, y mi prima fue a recogerlo porque trabajaba cerca. Lamentablemente, al final había pasado una noche de dolores, y cuando fui a comer a casa de prima todavía se encontraba mal. Para que tuviera con que entretenerse, decidí regalarle el castillo de Harry Potter. Esa noche quedé con Juanito y Rodri y finalmente vimos “La Viuda Negra”, que nos sorprendió gratamente porque me la esperaba más aburrida.

VIUDA NEGRA

Pasamos por el bar, pero no había casi nadie y fue una noche floja. Así que me retiré pronto y al día siguiente fui a comer de nuevo a casa de mi prima. Mi hermano se encontraba muy bien, y eso me confirmó que podría marcharme el lunes después de todo. Esa noche volví a salir y el bar estaba completamente hasta arriba. Estuve un rato con Josito y luego llegó Juanito. Rodri pasó bastante tiempo con nosotros, pero no me moló que fuera amigo de unas cuquis gilipollas que solían ir por el Rimmel. Al día siguiente regresé a casa de mi prima, y mi hermano seguía encontrándose muy bien, con lo cual me pude ir mucho más tranquilo. Por la noche volví a salir con Juanito y Josito para ver ganar a Italia, aunque el bar volvía a estar bastante vacío. Me despedí de todos por las vacaciones, y acompañé a Elvira y su camarero de camino al búho. Ambos se quedaron bastante sorprendidos al ver donde vivía. Y así llegó el final de la cuenta atrás de tres años de mala racha y bastante sufrimiento. Solo queda disfrutar de un merecido verano.

 Saludos


TERCERA CLAVÍCULA

  (ENTRADA 707)

 

Esta iba a ser mi última semana en la capital antes de marcharme de vacaciones. Sin embargo, a veces la vida vuelve a darte un disgusto, y te rompe todos los planes a tres días de se lleven a cabo.  Mi hermano se ha roto una clavícula por tercera vez entrenando en bicicleta. De esta forma volvieron los ataques de ansiedad, las lágrimas y la frustración, al ver que se retrasan mis primeras vacaciones en tres años.

CLAVÍCULA TERCERA 05-07-21

Lo peor es que la semana iba viento en popa y había terminado varias cosas pendientes. Había acabado el repaso a las colecciones de equipos relacionados con los X-Men, y acudido a una segunda sesión con el fisio para dejar a punto las piernas antes del verano. También quedamos con la empresa de los socorristas para dejar ciertos temas claros. Me molestó que los socorristas se hubieran marchado alegando cierta presión, cuando simplemente se les había descubierto cerrando antes de la hora. Añadido a esto, me tomaron por sorpresa las inesperadas fiestas del Orgullo, que ni sabía se iban a celebrar. La verdad es que como estaba ya bastante cansado, opté por salir a tomar algo todos los días de la semana. Uno de esos días me entró el raruno bizco que le había entrado a Juan, y conocí a Alejandro, el gordito que frecuenta nuestro nuevo bar osuno. Ya el jueves se notaron las aglomeraciones en el barrio, y tuve que mostrar mi identificación para poder volver a mi casa. Por lo menos vamos llevándonos cada vez mejor con el dueño del bar y con Francisca, que ya nos tiene como clientes preferentes. También tuve la oportunidad de charlar un rato con el portero del bar de al lado, un joven cachas, alto, rubiales y francamente guapo que se ha aparecido en algún que otro sueño, que por otro lado es lo único que le queda a un servidor.

El mismo sábado salía dar un paseo de diez kilómetros, me regalé un par de hamburguesas. Mientras me relajaba durante la tarde, recibí la llamada de mi hermano, que se acaba de pegar una nueva leche en bicicleta. Ni siquiera pude acudir a su rescate, porque el barrio estaba completamente cercado por las fiestas del Orgullo. Afortunadamente mi prima no se había ido de la capital y acudimos juntos a las urgencias del hospital al que lo habían mandado, que resultó ser el mío. Tuvimos que esperar casi tres horas y cuando salió reveló que no estaba clara la necesidad de operar, ante lo cual se quedó en casa de mi prima y yo regresé al barrio, donde me dio tiempo a tomar unas cervezas con Juan para intentar bajar un poco el estrés. Tuve que meterle dentro del bar, porque le había dado una de sus neuras sobre entrar en directo como Francisca nos había indicado. Tuvimos poco tiempo y terminamos por retirarnos a nuestras respectivas casas.

Apenas pude dormir por los ataques de ansiedad generados por la situación, pero fui a comer a casa de mi prima. Mi hermano estaba mejor, ante lo cual regresé a casa para intentar dormir un poco de siesta. Aunque me reuní a tomar algo con Juanito y Josito, estábamos bastante cansados y regresé a casa. Al día siguiente había que ir al hospital, el cual mi hermano había elegido a las afueras de la capital. De esta forma acabé la semana completamente deprimido, sin que el Orgullo me hubiera aportado nada este año, y con mis ansiadas vacaciones postpuestas hasta nuevo aviso.

 Saludos