Archivo para abril, 2021

CENTOLLOS Y ORICIOS

  (ENTRADA 697)

 

La verdad es que considerando la situación actual, no se pueden esperar novedades todos los días. Sin embargo, mi prima se vio obligada a subir a nuestra ciudad natal, y nos trajo centollos y oricios para disfrutar de una comida norteña que no hemos tenido desde hace mínimo tres años. Los oricios son erizos de mar, una de mis comidas favoritas que hacía demasiado tiempo que no podía disfrutar. Y es que hay ocasiones en las que estas pequeñas cosas valen mucho.

CENTOLLO Y ORICIOS 26-04-21

Parece que a la hora de correr, las piernas me han dado un poco la brasa, sin que eso me impida correr la distancia completa habitual. Sin embargo, reconozco que mis tiempos han decaído bastante. Así que para ayudar a las piernas, he comenzado a utilizar medias de compresión una vez más. En el aspecto del ocio, acabé el juego de “Assassin’s Creed: Rogue”, que la verdad es que me ha decepcionado bastante. También he conseguido algunas películas de animación bastante chulas, y he aprovechado para ver “Falcon y el Soldado de Invierno”, que me ha decepcionado bastante. Luis me dio un toque para que me acercara a su casa, donde estaba con un colega, pero no me convenció demasiado el plan.

Todo indica que la semana que viene comenzará el enésimo intento de recuperar el jardín de nuestra casa, una vez más con el tiempo justo para su apertura. También tuve un nuevo incidente al ver a una paisana mayor sin mascarilla en el portal ante la impasividad del portero que alegó que el marido había ido a buscarla. Así que tuve que ponerme en contacto con el administrador de nuevo para que le leyera la cartilla. En casa también he observado que se han instalado un par de niñatos en la letra D, que no entiendo como pagan el alquiler de un piso así. Seguimos teniendo el problema del perro aullador, y el local de abajo cada parece más un taller que otra cosa. Tampoco me han llamado para la vacuna, algo que me jode porque ya ve que llaman a conocidos que me llevan más bien pocos años.

Sin embargo reconozco disfrutar de nuestras salidas los jueves y los domingos. Tanto Juan como un servidor podemos ir a tomar unas cervezas, y como Juanito ha causado sensación al camarero, por lo menos tenemos alguien con quien charlar. Eso sí, los viernes y los sábados sigue siendo imposible salir por las colas que se forman en los bares. Curiosamente esta semana me escribió José, el camarero del bar al que íbamos habitualmente, y me confirmó que se había quedado en el paro, con lo que ya es oficial que hemos perdido nuestro bar. Le señalé que tendríamos que quedar algún día para no perder el contacto. Juan y yo tampoco vimos a nadie conocido en el bar esa semana, y me da que el pobre se va a llevar una gran decepción, pues ha puesto gran expectativa en ver Eurovisión en el bar este año.

El fin de semana me animé a dar un paseo de diez kilómetros, que la verdad es que me dejó con agujetas considerables. Mi prima fue a nuestra ciudad natal al entierro de su tío, y la verdad es que no se me ocurrió avisarla antes para que llevara algunos tomos. Eso sí, pasaron por casa y confirmaron que seguimos sin timbre de la puerta, que no sabemos si nos los arrancaron o que ha podido pasar. Por lo menos mi prima vino con unos centollos y unos oricios que pudimos disfrutar en una buena comilona. Eso sí, esa tarde acabé sopa y me levanté con el tiempo justo para ir a tomar algo de nuevo con Juanito. Y así seguimos caminando sin que pase nada emocionante.

Saludos


DONDE DIJE DIGO…

  (ENTRADA 696)

 

Mi amigo Juan es una de las personas más buenas que conozco. Le gusta ayudar a los demás, es afable, y desde luego mejor persona que un servidor. Sin embargo me hace gracia como en ocasiones le surge un niño caprichoso y tozudo que lleva dentro Después de meses sin querer salir por las tardes, porque duerme y tal, ha pasado a salir todo el fin de semana después de la experiencia de animarse un par de veces. Si es que, donde dije digo… 

DONDE DIJE DIGO... 19-04-21

La semana comenzó con un poco de insomnio, que provocó que me tuviera que arrastrar a través del lunes para acabar con la limpieza. Sin embargo, ese mismo lunes quedé con Luis a pesar del cansancio, e incluso me animé a dar un largo paseo por el parque. Eso sí, las carreras me costaron más durante la semana, y los tiempos no fueron precisamente buenos. También terminé de recibir los tebeos encargados, pero tuve que escribir para solicitar dos no incluidos en el pedido. El clima empeoró un poco, pero por lo menos disfruté bastante de los paseos. La mejor noticia fue descubrir que mi madrina, de noventa y un años, ya estaba completamente vacunada contra el Covid.

Llegado el jueves Juanito me dio un toque, aunque ya percibo que intenta retrasar la hora para quedar. No se da cuenta de que cuanto más tarde se quede, menos gente vamos a encontrar. Así que fuimos al nuevo bar osuno, que estaba prácticamente vacío. Por lo menos estaba el camarero de siempre, que fue bastante amable y llegó a invitarnos a un chupito, algo muy de agradecer. Con el fin de semana, Juanito terminó por salir todos los días. Es curioso, pero siempre pasa lo mismo con él, se niega a hacer algo por tozudez, y luego se da cuenta de que tenía que haberlo hecho antes. El viernes me dio un toque para volver al bar, pero lo hizo al estar ya en la puerta. La verdad es que me dio el toque cuando solo quedaba hora y media para el cierre y no había ni cenado, por lo que no me animé a salir. El sábado volvió a darme otro toque, pero en esa ocasión había cola, y si hay algo que tengo claro es que ya no vuelvo a hacer colas para gastar mi dinero. Curiosamente me comentó que había coincidido con Orlando y su pareja Manuel, que como siempre iban finos de alcohol. En fin que con el aforo lleno tampoco me animé. El domingo si accedí a ir a tomar algo con él, aunque me dio el toque cuando ya estaba dentro del local. Tuvimos que ir al fondo, y nos encontramos con la Franchesca, a la que saludamos. La verdad es que esta bien tomar algo en el bar, pero la verdad es que no había un solo chico guapo.

Por lo demás, me enteré de que con un poco de suerte deberían de llamarme pronto para vacunarme, aunque poca confianza tengo yo en el sistema. También quedé a comer con mi prima y familia, y en esta ocasión se nos unió mi hermano, que ya no estaba confinado.

Es curioso como cuando uno comienza a recuperar cierto grado de vida social, las semanas comienzan a transcurrir más rápidamente. Pero la verdad es que hay veces que Juan me sorprendo, pasando de altruista elogiable a niño caprichoso. Por lo menos ya puede decir que ha salido todo un fin de semana seguido. Supongo que queda tener paciencia, y seguir avanzando pasito a pasito.

 Saludos


RACHA DE BUENA SUERTE

  (ENTRADA 695)

 

Pues la verdad es que a pesar de que abril viene acompañado de “aguas mil”, parece que esta semana me ha acompañado una racha de buena suerte. Por fin he logrado hacerme con mis pantalones, acabé mis tramites hospitalarios, salí un par de días a tomar algo con Juanito, logré cortar mi rodapié, y he empezado un juego que pinta bastante bien. Ahí veces que las cosas quieren salir bien.

RACHA DE BUENA SUERTE 12-04-21

El tiempo ha decidido no acompañarnos esta semana, aunque tampoco ha llovido tanto como nos habían anunciado. De hecho he salido a correr los cinco días de la semana, y no me ha llovido ninguno de ellos. La rutina de ocio en casa ha sido más llevadera, y tras acabar “Resident Evil 3” he vuelto al mundo que tanto me gusta con el juego de “Assassin’s Creed: Rogue”. He añadido además una nueva rutina al atardecer, y es un paseo por el parque para mantenerme más activo, ya que si algo aprendí de los problemas de salud que tuvo mi padre es el peligró que supone el sedentarismo. Pude escuchar los horribles megáfonos que han puesto para anunciar cierres y medidas de seguridad, que la verdad me hicieron sentir un poco como si estuviera en un campo de concentración. Pero al margen de eso los paseos están bien. Acudí al hospital a entregar pruebas de la citología, que ya me tocaba, y para mi sorpresa me entregaron pastis para tres meses. También pude recoger mis pantalones, con lo que por fin he logrado recuperar mi vestuario, después de que se me rompieran dos pantalones y otro acabara arruinado.

El jueves me sorprendió Juan, con quien acudí a tomar algo al bar osuno. El camarero ya se acordaba de nosotros, y el bar estaba más apagado de lo habitual, pero por lo menos pudimos tomar algo y desconectar. Ya de viernes volví a contactar con mi colega cubano, y de hecho hicimos una videollamada de lo más interesante. El sábado opté por tomarme las cosas con calma, porque además tuvimos una tormenta épica. Eso sí, empezó a llover cuando acababa de regresar a casa de mi paseo habitual. El domingo acudí a comer con mi prima y familia, y después recopilé la información necesaria para realizar la declaración de la renta, de lo cual se encargó mi hermano. Eso sí, no me gustó que me señalara que su coche había formado parte de la compra del mío, hace ya nueve años. El marido de mi prima también me ayudó a cortar lo que sobraba del rodapié de la pared, el cual ya he podido dejar colocado a falta de poder dejarlo clavado. Una vez más quedé con Juanito y fuimos a tomar algo de nuevo al bar. Allí estaba nuestro camarero, que cada vez flirteaba más con Juanito, pero lo mejor es que nos encontramos con Diego, que había salido a tomar algo el día antes de su vacuna. Hacía mucho que no le veíamos. Esta vez no iba acompañado de su amigo Felipe, sino de un nuevo ligue rumano que tenía hasta metido en casa con su madre. En fin, el paisano es muy majo y hasta nos invitó una cerveza. Para romper un poco la racha de buena suerte, estaba también una petarda borracha de nuestra época por el rímel, que por lo menos solo me reconoció a la hora de marcharse.

Y así finalizó una semana en la que la que pareció que la suerte me daba un respiro y me regalaba gratas sorpresas, sin que fueran tampoco cosas excepcionales.

 Saludos


BARES, QUE LUGARES…

  (ENTRADA 694)

 

Como quien no quien no quiere la cosa ya hemos llegado a la Semana Santa, entrando de lleno en el mes de abril. Como seguimos encerrados, no hemos podido salir de la capital, y ha tocado algún que otro encuentro, paseos varios y quedar para tomar algo.

BARES QUE LUGARES... 05-04-21

Los tres primeros días de la semana he salido a correr, y la verdad es que me sorprendió ver que realizaba muy buenos tiempos dentro ya de la franja de treinta y cuatro. El puente decidí descansar, ya que el primer día de abril abrían por fin el parque por completo, y sospeché que estaría todo lleno hasta arriba. Así que me limité a acabar unas actualizaciones que tenía pendiente de mi blog, y tras acabar estrené la consola que no tocaba desde agosto. El primer juego que utilicé fue el de “Capitán Tsubasa”, que me decepcionó bastante, aunque tengo otros que me reservé a principios de temporada.

El viernes acudí a comer con mi prima, aunque la verdad es que no soy un gran fan de la sopa de pescado. De todas formas, ya ha llegado un punto en el que me animó a quedar, pues tengo que escapar de esta vida de ermitaño, que estaba resultando excesiva porque Juan no puede quedar siempre. Curiosamente era el cumpleaños de mi padre, y coincidió con el Vía Crucis. Dos años atrás había disfrutado mucho viéndolo junto a él. Debo reconocer que al verlo sin él se me saltaron las lágrimas. El sábado me animé a acercarme al parque, que ya estaba abierto en su totalidad. También habían finalizado el paseo que sube desde la puerta principal hasta el estaque de las barcas. La verdad es que daba gusto verlo. También disfruté del paseo de seis kilómetros porque no había demasiada gente y la tarde se fue nublado. No sé que tienen los días nublados que cuando son esporádicos me encantan. La verdad es que me vino muy bien, y además me regalé una pizza después.

Ya de domingo me levanté cansado porque había dormido bastante mal. Por lo menos eso me permitió ir a misa de doce, y después acudí a comer con mi prima otra vez, que esta vez hizo un arroz buenísimo. Tras intentar dormir algo por la tarde, sin demasiada suerte, quedé con Juan. Inicialmente íbamos a quedar con Juan Toledo y Emilio, pero no dieron señales de vida. Acabamos en el bar de Osos, al que no habíamos acudido desde agosto. La verdad es que fue agradable tomar unas cervezas en un bar y nos encontramos con Paul, que estuvo de charla con nosotros un rato. También charlamos con un melenas amigo de Juan que me pareció bastante majo. Así hemos logrado volver a pisar un bar por primera vez en casi ocho meses, aunque percibimos que si queríamos repetir tendríamos que salir en domingo, pues los sábados había colas en todos los lados. Así ha acabado la semana y el primer trimestre del año.

 Saludos