Archivo para marzo, 2021

ATISBO DE NORMALIDAD

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Ayer fue el primer aniversario del fallecimiento de mi padre. Es curioso como ha sido un fin de semana bastante animado, comparado con la tristeza tan inmensa que nos invadió hace un año. Por lo menos, un año después he sido capaz de probar un mero atisbo de una normalidad que ya creía olvidada.

ATISBO DE NORMALIDAD 29-03-21

Durante la semana me enteré de que mi madrina por fin podía acudir a recibir la primera dosis de su vacuna, algo que me alegró mucho. Mi amiga Susie tiene a sus padres malos por el Covid, pero parece que lo llevan relativamente bien, sin necesidad de ingresar. Yo por mi parte por fin pude acabar con todo el trabajo de esta temporada. Me faltan algunas cosillas pendientes antes de poder retomar la consola, pero el haber acabado el trabajo me deja bastante relajado. He seguido con mis carreras, y uno de los días me encontré con miradas bastante descaradas por parte de un chaval en la plaza donde paró para estirar después del esfuerzo. Sin más remedio, salí a comprar unos pantalones, acudiendo al centro comercial cerca de mi casa. La verdad sentí raro no yendo al de cerca de casa de mis padres, pero supongo que esa es una era que ya ha llegado a su fin. La cuestión es que me había quedado con un solo par de pantalones restantes, algo que me ha obligado a realizar una seria compra de reemplazo. Llegado el fin de semana me enteré de que mi hermano había vuelto a sufrir un trombo. Estaba todo controlado, pero tendría que someterse a una serie de pruebas para ver si tiene que anticoagularse de por vida. Yo espero que no, y que simplemente se deba a otro de esos casos post Covid, algo que también le señaló su médico. Para mi sorpresa también me enteré de que su amigo había dejado el hospital al que habíamos acudido con mi padre. Para redondear la mala suerte de mi hermano, su pueblo quedaría confinado a partir de la semana siguiente.

El sábado quedé finalmente para tomar algo por la tarde con Juanito. La verdad es que nos encontramos con colas en todos los locales, por lo que terminamos por entrar en una taberna a tomar algo. Estuvimos allí un buen rato, y la verdad es que me sentí raro por primera vez dentro de un local. Sobre todo porque todos se conocían y pudimos ver una camaradería de la que ya no disfrutamos. El que nos hayamos quedado sin nuestro local de siempre es toda una putada. Nos retiramos a casa, yo ya un poco perjudicado al no haber cenado todavía. Terminé acostándome algo tarde, y encima con el cambio de hora. Por lo menos los días ahora serán más largos, algo que siempre me ha gustado.

El domingo fue el aniversario de la muerte de mi padre, y el comienzo de la Semana Santa de este año. Acudimos a comer con mi prima y familia, donde nos pusimos al día de los últimos eventos. Después de la comida acudí a recoger una serie al centro comercial de mi barrio, y después regresé para acudir a la misa que había encargado por mi padre. Al final acepté a leer la Pasión con el parroco, más que nada porque sé que es algo que le haría ilusión a mi padre… aunque tuve la mala suerte de que me pusieran la versión errónea. Mi tía de Madrid y una vecina que era amiga de mis padres acudieron, algo que también agradecí bastante. Tras la misa fui a una terraza a tomar algo con mi prima y su marido, y la verdad es que lo disfruté bastante. Al final, había salido dos días del fin de semana por primera vez desde hace más de un año.

Como nota discordante, Giaco me disgustó al escribirme para que quitara una foto de su boda que había colgado en redes sociales como recuerdo. Para no haber oído hablar nada de él en meses, me molestó que fuera para uno de sus momentos “soy una estrella que debe ser anónima”. Pero por lo menos, y aunque fuera solo por un tiempo muy breve, pude tener un atisbo de normalidad. Solo queda seguir caminando.

 Saludos


PASEOS NOCTURNOS

  (ENTRADA 692)

 

Últimamente las semanas son plena y simple rutina. Uno podría pensar que esto es algo negativo pero, considerando que los anteriores meses han estado plagados de incidentes, yo agradezco la tranquilidad. Como dato a resaltar mencionaría una fiesta ilegal de unos vecinos, un reencuentro con Juan, y un paseo nocturno que disfruté considerablemente.

Fue el martes cuando mis vecinos de enfrente celebraban una fiesta con cantos a voces, más específicamente canciones de la Jurado tales como “Como una Ola”. Yo ya estaba a punto de llamar a la policía porque era la una de la madrugada, pero por una vez se me debió adelantar alguien. La policía estuvo aporreando la puerta durante quince minutos en los que los vecinos permanecían callados por si colaba y se marchaban, pero se vieron obligados a abrir. Tampoco parecían dispuestos a identificarse por lo que decía la policía, lo cual yo entendí observando la escena de la mirilla. Los canticos eran de mujeres, y en ese piso vive una pareja que además parecía estar ausente… así que dos más dos. Lo bueno de la situación fue que por lo menos el piso estará tranquilito durante una larga temporada. El conserje me confirmó que los inquilinos estaban fuera, y que al parecer le habían dejado la casa a un amigo. Lo que desconocía era que el amigo había invitado a “amigas”. Vamos, que la cosa aburrida no ha estado en mi casa.

Por lo demás la semana ha sido tranquila, y ya casi he logrado finalizar todo mi trabajo del año, quedándome solo una semana y media de material. La pared ya no me ha dado problemas, aunque me queda instalar el rodapié, y me he puesto a rememorar la serie de “True Blood”. Luis hizo un amago de quedar pero al final se echó atrás. Las carreras han ido bien, aunque esta semana solo he tenido que salir cuatro días a correr, porque teníamos el puente. Los tres primeros días tuvimos un clima espectacular, aunque la cosa volvió a torcerse de nuevo. Estos tres días me han servido para darme cuenta de que tengo que volver a aparcar la cerveza durante una larga temporada, pues beber en soledad tampoco me esta sirviendo de mucho que digamos. Por otro lado me he dado cuenta de la necesidad de recuperar vestuario, más específicamente pantalones, pues se me han roto dos ya.

El sábado quedé con Juan para comer y aunque tuvimos sol el día estaba más fresco. Fuimos a comer algo y me animé con unos riñones que no me entusiasmaron, quizás porque me esperaba algo más parecido a unos que comíamos en un asador al que iba con mis padres. Tras hablar de la situación de nuestra comunidad, con elecciones inminentes, logré despertarle el gusanillo de salir a tomar algo por la tarde del próximo sábado, aunque habrá que ver como acaba la cosa. El resto del fin de semana fue tranquilo por mi tarde, pero destacaría el paseo que pude dar el domingo por la noche. La verdad es que me animó bastante porque el parque estaba prácticamente desierto, y la noche era cerrada. Lo encontré un paseo de lo más relajante y me ayudó a regresar a casa bastante reactivado. Me dio envidia ver a una pareja dando un paseo de la manita, e incluso a un tío saltándose la zona acordonada con la esperanza, me imagino, de hacer algo de cruising. A veces la escasez de una multitud abarrotando un parque te ayuda más a concentrar la atención en los detalles de un paseo. Reconozco que la juventud me despierta mucha envidia.

 Saludos


LUCHANDO CONTRA LA PARED

  (ENTRADA 691)

 

Bueno, pues la verdad es que siempre queda algún retoque cuando uno se pone en plan de completar reparaciones en la vivienda. La semana se ha caracterizado por mi lucha final contra una pared, evidentemente la de los problemas. Al final ha resultado ser un problema de condensaciones porque no hay tuberías detrás de la pared. Así que, negándome a ser derrotado por una pared, me dispuse a ganar la batalla final y arreglar la pared.

La verdad es que nuestra vida se ha reducido a un completo aburrimiento cuando uno piensa que lo más emocionante a lo que me he enfrentado esta semana ha sido una pared. En un lado más positivo, doce de los catorce pedidos me llegaron durante la semana, con lo cual el experimento para obtener mis cómics por la Bahía no solo puede convertirse en mi método definitivo, sino además en un método mucho más barato. Las carreras también fueron muy bien durante la semana, y por lo menos me gusta ver al peculiar rubio de rizos cuando regreso del parque, aunque no nos hayamos cruzado ni una mirada. Aunque debo señalar que mi interés romántico es nulo, es simplemente una alegría para la vista. La verdad es que hay que agarrarse a estas cosas, porque la semana también marcó el aniversario del confinamiento al que se vio sometido nuestro país, que además supuso la cuenta atrás hacia el fallecimiento de mi padre. Así que este es un mes difícil.

Mi prima se marchaba con la familia a esquiar, mientras que Juan había quedado con su ahijada. Debido a esto me enfrentaba a un fin de semana de soledad, pues sigo sin un bar de confianza al que poder ir solo por la tarde. Así que esa fue la razón por la que me dispuse a enfrentarme a la pared, de la cual surgían todavía ligeras manchas y la pintura se cuarteaba. Lo primero que hice fue picar y ver que no había un capa de yeso muy gruesa hasta el ladrillo, y que no había fuga de agua alguna. La pared estaba en un rincón frío, y el problema era de condensación. Tras asesorarme, busqué una pintura protectora, la cubrí con una nueva capa de yeso, para echar otra capa encima. Finalmente me recomendaron una pintura antihumedad estupenda, que utilicé para la capa final. El resultado fue mucho mejor, y además había retirado el rodapié para ponerlo al sol y limpiarlo adecuadamente. La verdad es que el resultado fue mucho mejor, aunque habrá que esperar a ver si de verdad funciona.

Curiosamente, el sábado fui a comprar algo de material y me crucé con Juan cuando daba un paseo con su ahijada. Adelanté algo mi trabajo, que con suerte habré logrado acabar antes de que acabe el mes. Las conversaciones con el Cubano han sido más rutinarias, como es normal y era de esperar. Por lo demás, terminé de leer la colección de “Excalibur” y empecé con la de “X-Force”. Me puse al día y pude ver las series de “WandaVision” y “Watchmen”, las cuales me gustaron bastante. Mi hermano se reunió con su contacto y parece le harán una contraoferta de trabajo, así que todavía cabe la posibilidad de que se vaya a Italia.

El domingo me animé a dar un paseo por el parque al anochecer, aunque fuera para ver algo de gente. La verdad es que el parque tiene su encanto al anochecer, aunque me sorprendió la cantidad de jóvenes haciendo botellón. Es curioso como uno puede sentirse muy solo rodeado de mucha gente. Y así acabó otra fascinante semana de mi vida.

 Saludos


UN MARZO DISTINTO

  (ENTRADA 690)

 

Comienza un mes que hace un año supuso toda una pesadilla para nosotros. Yo había estado ingresado con mi padre los trece primeros días, para pasar directamente del alta al confinamiento, y finalmente perderlo el día veintiocho. No es que estemos en una situación muy prometedora, pero está claro que las cosas están mucho mejor que hace un año, aunque estemos a medio camino.

Con el comienzo de un nuevo mes, me tocó realizar una de esas limpiezas profundas de la casa, que afronté de bastante buen humor para mi sorpresa. También aproveché a retocar la pintura de una pared que no había quedado muy allá. Por otro lado tocaba pedido de cómics, y después de tanto estrés con la compañía de américa opte por usar la bahía internauta para comprar cómics en Alemania, que me llegaron el mismo viernes de la semana. Me lancé a recopilar más cómics pendientes, lo cual originó catorce pedidos de los cuales dos me llegaron ya el viernes. Al lograr acabar con la serie de mi adorada Jessica Fletcher, procedí a comenzar a ver cosas que tenía pendientes, como la continuación de la serie de “El Joven Papa”, titulada “El Nuevo Papa”, la cual me decepcionó considerablemente.

Mi hermano viajó Italia para hablar sobre las condiciones del trabajo que le habían ofrecido, y regresó poco convencido. Por otro lado también ha vuelto a retomar la bicicleta, algo que me tiene bastante estresado, por si hubiera algún problema de caídas otra vez. Yo he seguido con el deporte, y debo reconocer que esta semana me quedé gratamente sorprendido por los tiempos que estuve haciendo. Sin embargo hay que tener en cuenta que no es mi recorrido habitual, porque el parque sigue cerrado parcialmente. En la calle de mi casa han abierto una tienda de muebles psicodélicos en la esquina, y hay un rubiales de pelo rizado de lo más interesante.

Llegado el fin de semana tocó acudir a la primera película del año en compañía de Juanito. En lugar de quedar para comer, decidimos quedar por la tarde para tomar una cerveza en uno de los muchos desolados bares de la capital, donde estuvimos charlando un rato. Tras esto acudimos a uno de los cines más pequeños en los que he estado en toda mi vida, pues la película tenía una distribución muy limitada. De hecho tuvimos que dejar una butaca libre entre ambos, y Juanito se mostró cabezota como de costumbre. Delante de nosotros se sentó una pareja gay considerablemente atractiva con constantes muestras de cariño a lo largo de toda la película. La verdad es que me dio mucha envidia. Vimos la película “Raya y el Último Dragón”, que la verdad estuvo bastante bien.

A la salida ya no nos daba tiempo a nada por el toque de queda, así que nos retiramos a nuestras respectivas casas. Charle algo con el cubano, aunque tras nuestro primer contacto, las cosas se han tornado mucho más tranquilas.

Como dormí mal y me desperté antes de tiempo, decidí acudir a misa a nuestra antigua parroquia. La verdad es que el Parroco me recibió con mucho cariño, y me confirmó la misa por el aniversario de la muerte de mi padre el último domingo del mes. Lo que inquietó fue su petición de que cooperara para leer la pasión, posibilidad que dejé abierta. Tras la misa pasé a tomar algo por la cantina a la que íbamos, donde fueron muy amables y me invitaron a una cerveza. Comimos con mi prima, que nos comunicó que irían a esquiar el fin de semana siguiente. De la que regresaba a casa se puso a llover, por lo que pasé una tarde tranquila antes de irme a dormir. Y así ha comenzado a marzo, recordando la pesadilla en la que nos encontrábamos un año atrás, con un final incluso peor. Quizás este marzo compensé tanta tristeza en cierta medida.

 Saludos


RETORNO AL PARQUE

  (ENTRADA 689)

 

Siempre he mantenido que cuando compré en mi casa, lo hice buscando ciertas comodidades a la hora de desplazarme. Sin embargo lo que no me podía imaginar era que mi decisión me iba a aportar algo muy positivo con lo que no había contado. Esto fue el enorme parque en el centro de la capital, que se ha vuelto esencial para hacer deporte y para mis largos paseos durante la pandemia. El caso es que el parque había cerrado desde el comienzo del temporal Filomena, y esta semana por fin volvió a abrir sus puertas, cuarenta y tres días después.

Así que encaré la semana con entusiasmo, porque ya no necesitaba correr por el perímetro exterior al parque, que además cuenta con una acera de lo más estrecha. Sin embargo, el parque abría parcialmente por lo que tuve que diseñar un itinerario alternativo al habitual para poder correr los seis kilómetros habituales. Como además las cuestas y bajadas eran diferentes a las habituales, también tuve que acostumbrar mis ritmos respetivamente. Pero lo más importante era que por fin podía volver a correr dentro del parque, lo cual supuso un soplo de aire fresco para mis rutinas. Echaba mucho de menos el parque.

Las crisis en casa parecen haber llegado a su fin, pero seguimos con temas referentes a la comunidad. Tuvimos una reunión con el letrado para analizar una posible por el enorme gasto que realizamos sobre el jardín, que nunca disfrutamos y que nos ha dejado con una charca. Ese mismo día tuvimos que llamar a la policía, porque un camión había aparcado en el vado del garaje, y al levantar la puerta, esta se había empotrado contra el camión. El portero tuvo un enfrentamiento con uno de los conductores, que no llegó a más. Eso sí la policía llegó justo después de que el camión lograra desencajarse de la puerta y marcharse. Una de las cosas que comenté con Alex es el hecho de que el cliente está cada vez más desprotegido ante unos servicios pagados que resultan ser completamente deficientes.

Durante la semana había continuado charlando con el cubano, aunque me echaba algo para atrás sus constantes alusiones a asuntos políticos. Decidí quedar con Luis, que regresó a la capital, en un encuentro que para mi no fue nada memorable. Ya de fin de semana me regalé unas cervezas, y el sábado quedé con Juanito. Estuvimos comiendo y comentando el cierre de nuestro bar y el declive del ambiente. Yo le comenté mi deseo de volver a salir a tomar algo por las tardes, pero a él no le apetecía ese plan, pues solo quería salir por las noches. Así que no pudo ser, y tras la comida regresé a casa solo en un día de lo más soleado. Todos los bares del barrio tenían cola para entrar en su apertura de la tarde, y la verdad es que me dio muchísima rabia no tener nadie con quien salir. Ya en casa seguí con mi trabajo y logré acabar la serie de “Se Ha Escrito Un Crimen”, después de un total de doce temporadas. Así que he acabado con mi proyecto de series para los escritos del año.

El domingo me levanté tarde y después de comer me animé a salir a dar un paseo por el parque. Estaba repleto de gente y la verdad es que me sentí algo fuera de lugar al pasear solo entre tanta gente, y ver alguna que otra pareja cogida de la mano. Así que regresé a casa y de esta forma finalizó el mes de febrero, lo que nos lleva al mes de los aniversarios difíciles.

 Saludos