Archivo para diciembre, 2020

AQUEL ESPIRITÚ NAVIDEÑO

  (ENTRADA 680)

 

Las Navidades están destinadas a ser una montaña rusa de emociones a lo largo de nuestras vidas. Estos días me he preguntado si es posible recuperar el espíritu navideño de años atrás, y la respuesta es que no. Las cosas no son iguales y no lo serán por mucho que uno abrace la Navidad con alegría. Pero supongo que hay que seguir aferrado a ese espíritu, pues nadie en esta vida esta exento de perdidas. Así que esta semana hemos abrazado un nuevo estilo navideño, que probablemente nos acompañará en los años venideros.

La semana ha sido bastante estresante antes del puente de Navidad. El lunes recibí las bombillas, que esta vez sí han servido. Así que por lo menos he eliminado uno de los tres problemas vigentes en mi casa. En cuanto al mueble, opté por escribir a la tienda para expresar mi disgusto, pues ha pasado más de un mes desde que me lo instalaron incompleto y sin refuerzos, cuando el mueble tardó un mes en ser entregado. Tuve una respuesta asegurándome que contactarían conmigo la semana que viene para la entrega, así que espero que así sea. El tercer problema pendiente es que arreglen la avería de arriba, sobre la cual sigo sin saber absolutamente nada.

Pero el mayor problema ha supuesto mi paquete de cómics mensual, que se quedó atascado en aduanas cuando había entregado toda la documentación necesaria a la compañía, y tenía fecha de entrega el miércoles. Así que me pasé dos mañanas hablando por teléfono y reenviando documentación para ver si lograba desbloquear la situación de una vez por todas. Parece que ha sido así, porque me contestaron del departamento de aduanas de la compañía asegurando que ya lo habían despachado. Veremos si la semana que viene se soluciona también ese problema pendiente. Recibí otros paquetes de colecciones por otras compañías, aunque uno me lo enviaron a una papelería cerca de la piscina a la que solía ir. Afortunadamente, no tuve problema alguno en poder recogerlo. Así que me quedan dos elementos caseros, y dos paquetes por llegar.

Por su parte, Juan Carlos ha tenido el problema de partirse un diente, así que ha estado de dentistas durante la semana. A pesar de eso, no pierde su sentido del humor y parece que ya han encontrado la fuga que tenía en su casa de alquiler. Adelantándome a acontecimientos, el día de nochebuena mantuve un largo chateo con él por la noche, algo picante debido al consumo de alcohol estas fechas. También terminé por contarle que le había puesto el apodo de Ardilli, ante lo cual se rio bastante. Una sorpresa fue la llamada de Giaco el día de Navidad, aunque le encontré algo frío y distante. Era la primera vez que oía su voz desde febrero, y claro está, la situación fue algo peculiar debido a esto.

Retomando la nochebuena, la cena en casa de mi prima estuvo bien. Nos reunimos mi hermano, mi prima, su marido y sus dos hijas para cenar, y la verdad es que logramos pasar una agradable velada entre risas. También hablé con mis tíos, que me llamaron para felicitarme; y mantuvimos una video conferencia con mi primo Jorge, y mi prima Victoria y familia. Sobre la una regresé a casa en mi coche, pues teníamos toque de queda, y la verdad es que no hubo tráfico. Al llegar a casa tan temprano, tomé unas cervezas y vi la película “Que Bello Es Vivir”, que nunca había visto antes. La verdad es que estuvo bien, aunque me pareció algo sobrevalorada.

Al día siguiente fui a comer con mi hermano y la familia de mi prima otra vez. Tras la comida me quedé con mi sobrina viendo la película de Priscilla, con la que nos reímos bastante. Llegué a casa algo tarde así que picoteé algo de cena y decidí regalarme una sesión de cine en plan trilogía. Vi la película “Volver a Empezar”, que para vergüenza de un servidor no había visto nunca. Como era tristona me puse la comedia “Moros y Cristianos”, pero no era tan divertida como recordaba. Así que acabé con la petardada de “Perdona Bonita…” que sí me hizo reír.

El fin de semana fue tristón y melancólico, como suele ocurrir después de nochevieja y navidad. Apenas salí a dar un paseo porque estaba todo lleno de gente que se acercaba al centro, y estuve tranquilo adelantando trabajo. Así pasó el primer tercio de las fiestas navideñas, con el fin de año y los Reyes pendientes. Sin embargo, la semana terminó con un aspecto positivo, y es que ha comenzado la campaña de vacunación del Covid, nueve meses y medio después de que nuestras vidas se vieran alteradas. Esperemos que no tardemos demasiado en ver el final de esta trágica racha.

 Saludos


TRILOGÍA ANNUAL

  (ENTRADA 679)

 

Es que esta semana nos ha dado por ir al cine, y nos hemos dado cuenta de que hemos ido a ver un total de tres películas en lo que ha sido este año. Una de ellas fue antes del confinamiento, y las otras dos después del mismo. De esta forma nuestra actividad cinematográfica del año se ha limitado a una trilogía.

La semana ha sido especialmente grave para Juan Carlos, que esta liado con los temas del seguro de su casa en alquiler. Por lo menos parece que sus padres vuelven a haber alcanzado cierta estabilidad. Estuvimos hablando sobre lo coñazo que son los del seguro, y como intentan siempre escaquearse de sus responsabilidad. Cada vez hablamos más a menudo y la verdad es que lo agradezco muchísimo. Por mi parte, nos enfrentamos de nuevo al problema del jardín. Nuestra compañía nos ha dejado y el jardín está sin acabar. Así que estuve hablando con Raquel y me temo que tendremos que llevar el tema a juicio, porque no han cumplido. Los de aduanas volvieron a darme la brasa con el tema de la autorización de despacho, pero esta vez por correo. Así que la mande por tercera vez ya. Mi hermano acudió a consulta por la clavícula, y parece que está prácticamente perfecta salvo una pequeña grieta que acabará por desaparecer. Así que le han dicho que si no vuelve a tener molestias no vuelva por allí. Parece que en enero retomara la natación finalmente, aunque yo espero que se mantenga alejado de la bicicleta. Correr ha sido algo molesto, ya que se me volvía a dormir la pierna y tenía algo de molestia lumbar, así que descansé durante el fin de semana y aplique algo de hielo para desinflamar la zona.

Juan me recordó lo del disco de Eurovisión, así que se lo encargué y regalé el jueves. Como respuesta me llevó a tomar algo y cenar al sitio donde habíamos ido cuando me regaló la muñeca y el gorro ruso. Estuvo bien, aunque nos molestó que un colega del camarero estuviera en la barra cuando no se puede estar. Fue entonces cuando nos encontramos con un anuncio de la película “Wonder Woman 1984” en la marquesina de un autobús. Saqué entradas y fui con él al día siguiente a la última sesión de las ocho y media, por culpa del toque de queda. La verdad es que echaba de menos ir al cine, y nos reímos mucho con nuestra tercera película del año. Eso sí, nos pareció que la trama era un completo y total desastre.

A la salida tuvimos que ir hasta la marquesina, porque en el cine no había ningún cartel de la película, para que Juan pudiera hacer su foto de rigor. Ya después apenas tuvimos tiempo para regresar a casa antes de que el toque de queda nos transformara en calabazas.

Así que el fin de semana fue uno de tranquilidad tras pasar una semana en la que sigo con los tres problemas, la estantería incompleta, las bombillas de la lampara del dormitorio, y que reparen la gotera de arriba. Veremos como sigue todo después de que nos adentremos en la Navidad.

 Saludos


GOTERAS: TERCERA PARTE

  (ENTRADA 678)

 

Hay ocasiones en las que parece que te cae una maldición encima, en tu propia casa, y ese esta pareciendo ser mi caso. Tras el error con mi estantería que se comba, el problema pendiente de mis bombillas, y mi lampara estropeada, he vuelto a tener goteras por tercera vez desde que vivo en mi casa.

La primera gotera fue en el baño, con saco de yeso oculto en el doble techo como sorpresa y reincidencia a los tres meses de dicha gotera. Luego le tocó a la cocina, cuando una reparación de la lavadora del piso de arriba no quedó muy bien y todo el agua me vino a mí. Y ahora le ha tocado de nuevo al baño, exactamente en la misma zona. Cada gotera ha venido también acompañada de inquilinos nuevos, pero ha habido suerte y me ha tocado una mexicana muy agradable esta vez. Lo curioso es que esta vez no se puso en contacto con el propietario, sino con una agencia que el mismo ha controlado. Así que me llamó una mujer para quedar y comprobar de donde salía el agua. Yo estuve abajo mirando, y parece que es por uno de los tubos del hidromasaje. Otra conversación con la inquilina me dio a entender que lo iban a reparar ellos a lo chapuza, ya que sospecho que no deben de tener ni seguro. Sin embargo no he vuelto a saber del tema, y la verdad es que no hay nada peor que propietarios rácanos de viviendas alquiladas. Ya la primera vez me costó esfuerzo y un enfrentamiento que quitara el faldón de la bañera. Veremos que pasa, porque a fecha de hoy todavía no se nada al respecto. Por lo menos no cae agua y la inquilina es agradable, además de ser también la que tiene el local de abajo.

Curiosamente hablé con Juan Carlos, a quien también le ha surgido un problema en su casa, que tiene alquiler, con su cisterna. El día del santo de mi fallecida madre, siempre ha servido de fecha de comienzo de la Navidad para nuestra familia. Después de misa fui a dar una vuelta con Juanito a la Plaza Mayor para ver si conseguía unos Reyes Magos para acompañar a mi Misterio, pero había tal cola que desistimos. Fuimos a comprar unos décimos de lotería y tuvimos suerte, porque solo había tres personas en la cola. Tras esto pasamos por la librería de la cuesta antes de llegar al parque, donde comprobé por fin que no tenían la colección de Agatha Christie completa. Dimos un paseo por el parque y nos sentamos a tomar una cerveza, pero hacía tal frío que tuvimos que acabarla pronto. Por la tarde coloqué mi decoración navideña y avisé a mi hermano, prima y Juan Carlos que tenía un décimo para ellos.

Por lo demás, aproveché para recoger un disco de Eurovisión del Fnac, organizar el paquete que por fin recibí, y acudir al hospital a por mis pastis. De paso me acerqué a conseguir el material para la citología, y a pesar de estar cerrada la sección y encontrarme con una enfermera borde, logré hacerme con el material y quitarme esa tarea de encima. Finalmente, abrieron un super al lado de mi casa, aunque faltan algunos de los productos que normalmente compro. Sin embargo, será muy cómodo cuando tenga que comprar algo por emergencia.

La semana fue corta por el puente de la constitución, y de nuevo llegó el fin de semana. Me limité a dar unos paseos y volver a ponerme al día con mi trabajo, que había abandonado por mis sesiones de pintura. He estado hablando casi a diario con Juan Carlos, y a veces creo o quiero creer que esto empieza a tomar alguna clase de rumbo. La verdad es que mis charlas con él son lo único que queda. En cuanto a la lectura, he retomado la colección X-Factor. También he vaciado la balda combada, no vaya a ser que haya algún accidente.

Solo espero que los tres proyectos que ahora me quedan se puedan resolver antes del año nuevo.

 Saludos


PINTAR SIN PARAR

  (ENTRADA 677)

 

Hay veces en que no aclarar todo lo posible las cosas puede dar lugar a un disgusto innecesario, y ese ha sido el caso esta semana. Por otro lado, he continuado con mi aventura con la pintura, en la que el mueble no quedó tan mal como esperaba, y en la que me animé a pintar mi mesita y sillas del balcón, que en esta ocasión me quedaron bastante bien.

Y es el que mueble no estaba tan mal como el día en que lo había pintado, y cuando lo rellené con el material que necesitaba colocar, ya ni se notaban las áreas que se percibían como más chapuceras. Así que me animé con los muebles de mi balcón, que no estaban ni pintados ni barnizados. La mesa fue la primera, y después hice cada silla, para lo cual desatornillé las baldas que también pinté para quedaran más blancas todavía. El resultado final es el que se ve arriba, y aunque algún retoque habrá que dar, en términos generales quedó todo muy bien, y yo bastante entusiasmado. También pude recuperar el primer volumen de Deadpool, algo que le alegró bastante el comienzo de la semana. Eso sí, me puse de mala leche cuando la compañía de reparto me llamó para pedir autorización de despacho, cuando ya les había hecho una indefinida el mes pasado. También me hizo con las trilogías de “El Señor de los Anillos” y “El Hobbit” en 4K, en unos estuches de lata de lo más chulos. Me atendió un tío bastante majo, que me ayudó a encargar un disco de Eurovisión que habían hecho este año y que no tenía.

La confusión final fue cuando mi tía nos llamó para que no contáramos con ir a su casa en Navidad. Fue un mensaje de móvil bastante frío, y que nos dejó a mí y a mi hermano bastante tocados. Desde la muerte de mi madre habíamos ido siempre a su casa por Navidad, y el año pasado habíamos salido todos malos, incluido mi muy vulnerable padre, porque sus hijos lo habían estado. Pero lo peor es que no teníamos planeado ir a nuestra ciudad natal estas Navidades, pues dadas las circunstancias nos parecía absurdo. Al final descubrimos que no iban ni los hijos, pero yo personalmente no pude entender que no se explicaran bien las cosas y mediante una conversación telefónica para asegurar las cosas. Fui a comer con mi prima el sábado, y la verdad es que también me quedé de piedra cuando me sugirió la posibilidad de que fueran a nuestra ciudad natal por Navidad, ante lo cual nos dejarían solos. Le hice ver que nos dejarían solos este año, y que además en teoría no podrían hacerlo. Pero habrá que ver que deciden hacer al final.

Juan Carlos tuvo una semana ajetreada de pruebas con sus padres. Su padre estuvo una noche ingresado, pero volvió a casa al día siguiente. Su madre también tuvo que ir a consulta por unos sangrados, pero por lo menos las cosas están bastante estables ahora mismo. Nuestras conversaciones son cada vez más frecuentes, y yo las disfruto mucho. Hay ocasiones en las que se me vuelve a abrir la esperanza de que acabemos juntos, aunque es algo en lo que prefiero no pensar. Eso sí, hubo un día que me puso de los nervios. Fue justo cuando recibí las bombillas que necesitaba para la lámpara, que al final no sirvieron por tener dos milímetros más del ancho máximo. Me puse de los nervios y llegué a bajar a la tienda de lámparas y bombillas, donde fueron algo desagradables. Pues no se sabe por qué, Juan Carlos empezó a meterse con mis estanterías y tuve que cortar la conversación, porque me estaba poniendo de los nervios. Eso sí, debió darse cuenta porque me llamó al día siguiente para disculparse, aunque tampoco era necesario. Finalmente encontré otras bombillas que podrían servir y decidí encargarlas.

El fin de semana estuve con el estomago algo revuelto por tomar un caldo en mal estado, y darme cuenta a posteriori. Apenas di un breve paseo y decidí descansar. Eso sí, esta semana me quité las medias compresoras para correr, y logré hacer tiempos de treinta y cuatro minutos, lo cual fue todo un logro. Solo esperemos poder recuperar algo de tranquilidad, y dejar estas Navidades atrás cuanto antes.

 Saludos