Archivo para abril, 2019

SIGNOS DE CANSANCIO

  (ENTRADA 593)

 

La semana libre se me ha pasado volando y al final no he logrado acabar el trabajo de la temporada. Probablemente lo consiga la semana que viene, aunque debo reconocer que ya comienzo a notar el agotamiento derivado de la enfermedad de mi padre. Mi hermano y yo llevamos turnándonos ya tres meses, y el hecho de que todavía nos pueda faltar otra operación provoca que el agotamiento haga mella en nosotros. Por otro lado los resultados de mi control no fueron malos, que era lo que yo esperaba, y eso me quitó una losa de encima.

Comencé la semana acabando varias cosas que tenía pendientes, como acudir al centro comercial a adquirir la tarjeta que había encargado, y recoger una película que me faltaba de mi padre. Durante la semana también me permití la alegría de comprarme alguna serie mítica de mi infancia como “El Coche Fantástico”, “El Equipo A”, “Cheers” o la de “Hostal Royal Manzanares”. Aunque adelanté bastante trabajo, otros quehaceres me impidieron acabarlo todo para disfrutar ya de algo libertad. Por la noche salí a tomar algo, aunque el ambiente estaba totalmente matado.

El martes tomé las carreras que había abandonado en Semana Santa, pero el tobillo todavía daba algo la lata y mis tiempos no eran todo lo buenos que deberían ser. Además llovió bastante al principio, aunque sigo cruzándome con un chaval delgado de pelo largo en coleta. La piscina no la visitó desde antes del ingreso de mi padre, porque todos los días acudo a comer con mi familia. Hacía bastante frio y encontré a mi padre bastante de bajón. Mi hermano se pasa pendiente del móvil durante las comidas, y la verdad es que eso hace que tenga que ser un servidor quien saque temas de conversación constantemente. Por otro lado no salí ni ese día ni el miércoles siguiente, en el que noté a mi padre algo más animado. Ese mismo día fue cuando pegué un avance mucho mayor en mi trabajo.

El jueves fue un buen día, porque los resultados de mis análisis fueron muy buenos, y además aproveché para pedir la necesaria colonoscopia, ya que tras la enfermedad de mi padre debemos empezar a controlar esto. Surgió un hueco el lunes, y aunque me daba bastante pereza, pensé que cuanto antes lo hiciera sería mejor, por lo que lo acepté. Pasé la mañana con mi padre, y después disfruté de una comida solo que me alegró bastante el día. Por la noche quedé con Juanito y fuimos a ver “Vengadores: Endgame”, que no decepcionó nada. Durante la película pudimos ver a un rubito cachas, con barbita y pelo corto muy guapo que los llamó mucho la atención.

Tras la película solo nos dio tiempo a una ronda doble en el bar, donde ya apenas quedaba nadie, y nos fuimos a dormir.

Ya de viernes fui de nuevo a comer con mi padre, y mi hermano logró ponerme de mala leche insinuando que el dieciocho del mes que viene tenía un posible triatlón, ante lo que le señalé que yo tenía Eurovisión y que además era mi sábado libre. Contestó mal y luego estuvo pendiente del móvil más que de la comida. La verdad es que la situación ya era agotadora. Había pensado en salir el sábado a pesar de ser mi turno, porque para eso tenemos ahora auxiliares y mi padre está mejor. Sin embargo, las instrucciones de la colonoscopia del viernes me lo impedían, y eso contribuyó a mi bajonazo total. Ya por la noche salí por última vez en viernes, y a sabiendas de que esa semana no podría ver a Juan Carlos. La noche fue más bien tranquila en compañía de Juan, y de Josito que se nos unió durante un rato. Giaco no fue por el bar, por lo que no pude verle. Ya al cierre nos retiramos.

Ya de sábado recogí mis cosas y me dirigí a casa para relevar a mi hermano. Tras la comida, a la cuidadora se le ocurrió pedir el doble de pasta por el miércoles y el jueves al ser festivos, y después de que ya le hubiéramos doblado el sueldo. Me pareció completamente una barbaridad fuera lugar, y lo que es peor… me dejó un tanto mosqueado por una actitud que consideré excesivamente ambiciosa. Se lo comenté a mi hermano y lo hablé con mi padre, que aceptaba a regañadientes. Yo me quedé dubitativo y, aprovechando el buen día, fui a centro comercial dando un bonito paseo. Proseguí la tarde con mi trabajo, deseando acabarlo cuanto antes.

El domingo amanecí cansado, pues había dormido fatal. Dormí dos horas más, tras lo cual acompañé a mi padre a misa, que curiosamente no fue dirigida por el párroco. De vuelta tomé una decisión, y le comuniqué a la cuidadora que ya le habíamos doblado el sueldo, que apenas había trabajo, y que le pagaríamos lo mismo. Pareció aceptarlo si problemas, aunque algo sorprendida pareció. Fuimos a comer con mi primo Pablo y su familia, y después acompañé a mi padre a votar sin problemas. Tras esto, visité mi barrio para poder votar también, ante una mesa de torpes que me tuvieron esperando y una paisana que intentó colarse. Tras votar regresé a casa para continuar con mi trabajo. A las ocho de la tarde me tocó empezar a tomar el laxante para mi preparación para la colonoscopia, aunque esa primera parte fue más que llevadera, y termine por acostarme poniendo fin a la semana.

 Saludos


JUAN CARLOS

  (ENTRADA 592)

 

La semana con mi padre ha sido mucho más llevadera. No solo me he llevado mi trabajo y mis hobbies, sino que además he notado como sigue mejorando. Además, no hemos tenido que acudir al hospital en ningún momento. Por otro lado, nos hemos embarcado en la Semana Santa, con lo que la ciudad ha estado mucho más tranquila. Finalmente, recibí la estantería que había encargado, y pude finalizar la reforma que tenía pendiente en mi casa. Por otro lado, el sábado fui presentado oficialmente a Ardilli… que en realidad se llama Juan Carlos.

La semana comenzó celebrando el regreso de la serie “Juego de Tronos”, que llevaba sin emitirse desde poco antes de que falleciera mi madre. Por supuesto, retomé las actividades de carreras, aunque siendo Semana Santa decidí correr exclusivamente del lunes al miércoles, y así dejar un tiempo para que mis tobillos se fueran recuperando. El mismo lunes arrojamos a reciclar sin querer los sellos de papá, pero al regresar de correr, no dudé en entrar en el contenedor de cartones y papel para poder recuperarlos. También llevamos a papá a cortarse el pelo por la tarde, y la verdad es que esto fue algo que le animó considerablemente.

El martes fui yo a cortarme el pelo, aunque tampoco quedé muy satisfecho, tras lo cual tuve que responder a un correo del Administrador de mi casa. Nuestro portero pedía el sábado libre, y tanto Raquel como yo decidimos concedérselo. Sin embargo, me pareció importante señalarle al Administrador que esas cosas debía avisarlas con tiempo, y que me parecía osado empezar a pedir cosas cuando todavía no llevaba un año con nosotros. Durante la semana he ido recopilando series y películas que tenía pendientes, y además mi padre me ha estado ayudando a domiciliar todo, algo que teníamos pendiente y me preocupaba en caso de que le ocurriera algo… que no le va a ocurrir.

Afortunadamente, el miércoles llegó mi estantería. A pesar de que había puesto la dirección de mi casa como destino, llegó a casa de mi padre. Al parecer habían llamado para verificar la dirección, y a la asistenta de mi padre le había dado por decir que todo fuera a casa de mi padre. Por lo menos pude aprovechar, y después de comer acudí a mi casa y monté la estantería, que liberó una gran cantidad de espacio que llevaba tiempo necesitando. De esta forma finalicé otra reforma pendiente de mi casa, que todavía requiere algunos detalles para quedar completa. Coloqué todas mis películas, y tras quedar muy satisfecho regresé con mi padre justo a tiempo para cenar.

Con el jueves llegaron los días festivos de Semana Santa y también comenzó a llover. Como los quioscos estaban cerrados, acudí al centro comercial para comparar la prensa y otras cosas que necesitaba. El párroco visitó a mi padre y se mostró tan simpático con nosotros. Nos estuvo contando peculiaridades de la parroquia, y los cambios que había tenido que acometer a su llegada. También nos señaló que podíamos usar el camino de acceso a la parroquia para llevar a mi padre, si así lo deseaba. La tarde estuvo tranquila y la pasé adelantado trabajo, acercándome cada vez más al final de toda la temporada.

De viernes regresé al centro comercial para comprar la prensa, y para recoger una solicitud para realizar mi tarjeta del centro comercial. Ya en casa la rellené tranquilamente con mi padre. La mañana la pasamos viendo retrasmisiones de procesiones que habían sobrevivido al mal tiempo. Tras comer fuera una vez más, me relajé y continué intentando avanzar en mi trabajo.

El sábado llegó el esperado relevo, y tras comer con mi padre y mi hermano, regresé a casa. Acudí a un centro comercial a sacarme tarjeta de socio para las películas,  y conseguir las películas de James Bond para papá, y una de ellas la tuve que encargar. De regreso a casa coloqué todo el material en la nueva estantería, e intenté dormir un poco y fui a cenar al italiano. Salí al bar habitual, donde Juan no estaba al haber ido al pueblo por Semana Santa. Giaco estaba allí, y estuve charlando un rato con él, hasta que apareció Ardilli a quien finalmente, y tras un año y tres meses, fui presentado. Su nombre es Juan Carlos, y resultó muy majo, pero después de la presentación no volvimos a hablar. El fallo de Giaco es que desapareció, y conociéndolo mejor que yo, podría haber ayudado como enlace para mantener algunas charlas. Hubo algún cruce, alguna sonrisa al vernos, pero nada más y, cuando fui al baño, descubrí que ya se había marchado con todo su grupo. El bar quedó vacío a las dos, y aunque la rusa y su amigo tocayo pasaron por allí, decidí ir a la discoteca de al lado, ya que no había cola. Me encontré con Giaco allí, y finalmente conocí a su novio. Tras esto me crucé brevemente con Juan Carlos en la sala de abajo, y me sonrió, pero acabé por marcharme al tener que ir a misa con papá al día siguiente. Habrá que ver cómo evolucionan las cosas. Giaco me aseguró que era un chico tímido, pero yo percibí poco interés.

El domingo llegué para ir a misa con mi padre, aunque me encontré con que mi hermano había ido a correr. Mi padre se animó y para nuestra sorpresa fue andando a misa, y volvió después llevándolo muy bien. Tras comer tocó mega limpieza de mi casa, y utilicé el taladro para asentar mis dos torres de CDs en una nueva ubicación. Por la noche me reuní con Juan, que ya había vuelto de vacaciones, en el bar habitual. Allí estuvimos con Clark Kent, que nos narró sus neuras con un novio de una semana, y el ex celoso que lo insultaba a él. Hay que ver que movidas se monta la gente de forma innecesaria. Juan me trajo aceite de su tierra, y tras estar tomando algo nos retiramos. No sin antes hablar de forma directa con el Camel que solía andar por allí todos los días. Así que veremos como va la cosa.

 Saludos


PRÓXIMAS RESTAURACIONES

  (ENTRADA 591)

 

Aunque es una recuperación lenta, es evidente que mi padre va sintiéndose mejor día. En está semana que me ha tocado libre, ha llevado mejor sus visitas al hospital mucho mejor. Sin embargo, han considerado que para acabar de ayudarle a recuperarse es mejor operarle para arreglar el estrechamiento de la válvula. Habrá que hacer unas pruebas para ver si es posible llevar a cabo dicho procedimiento.

Como bien he dicho, esta fue mi semana libre, aunque me tocaron varios madrugones para consultas varias. Al principio de la semana mi padre estaba débil y quejoso, aunque pude ver su mejoría a lo largo de la semana. De lunes yo tuve que ir a recoger mis pastillas, y acudí en coche para descubrir que mi hospital también estaba invadido por los famosos gorrillas. Mi padre siguió comiendo fuera toda la semana, algo que agradecí enormemente, aunque el que se ha librado de ir a encargar y recoger comida toda la semana haya sido mi hermano. Por lo menos ya pudieron verle en todos los restaurantes que frecuentábamos, aunque tenemos que seguir haciendo paripé ante los vecinos que todavía no saben nada de lo que ha ocurrido. El martes comencé una restauración diferente y nada importante, pero que me ha tenido de lo más entretenido. He estado adquiriendo distintas series en packs que llegan a ocupar una quinta parte de sus predecesoras. También aproveché y encargué una estantería bastante más grande, que me permitirá tener todas esas series, más todo mi antiguo material bien expuesto.

El miércoles mi padre no tuvo que acudir a ver el cardiólogo, que le había movido la consulta al día siguiente. La verdad es que nos venía mejor, hay que así no teníamos hora y media de espera entre extracciones la consulta. Me tocó madrugón para acudir a casa de mi padre, y junto con él y mi hermano fuimos a extracciones y después a que le hicieran una placa, aunque se nos coló una urgencia. Regresé en autobús a casa, ya que como me tocaban extracciones al día siguiente, no me quedé a comer con ellos aquel día. En el autobús pude ver a un chaval de lo más guapo, muy parecido a Pierre, un actor porno bastante conocido. Comí aquel día en el italiano y también aproveché para comenzar a adelantar trabajo, algo necesario porque me había quedado bastante estancado. El jueves por la mañana acudí a extracciones, tras lo cual partí rápidamente a reunirme con mi padre y mi hermano en cardiología. Para gran sorpresa por mi parte, me encontré allí con el administrador de mi casa, que parece ser lleva dieciséis años realizando chequeos debido a sus problemas de corazón. Fue entonces cuando el cardiólogo decidió que para mayor recuperación se repararía el estrechamiento de válvula que mi padre tenía, lo cual tiene pinta de tener lugar a mediados o finales de mayo, según sean los resultados de las pruebas. Tal y como yo siempre había sospechado, le prohibieron el alcohol y el exceso de sal. Después tuvimos cita con el oncólogo, que no observó nada raro en el último Tac, y solicitó otro para seguir controlando que no hubiera recaída alguna. Ya por la noche, y sin hospitales a la vista durante una temporada, me animé a salir y me encontré con Juanito. Pude saludar a Ab, que apareció por allí, aunque no pasó nada de nada. Solo estaba Nica en el bar, ya que el resto estaba ausente por vacaciones o enfermedades. También estaba por allí un cliente antiguo modelo, que en una ocasión me había empujado, todo borracho. Al parecer ocurría bastante a menudo y tuvieron que invitarlo a salir.

De sábado continué adelantando mi trabajo y volví a salir por el bar. Allí estuve con Giaco, que estuvo majo y se interesó de nuevo por mi padre, y con Juanito. El bar volvió a estar bastante lleno, y tuve un breve encuentro con Paul, que parece ser se nos ha prometido. Tras una noche bastante divertida, me retiré con la perspectiva de una nueva semana en casa de mi padre.

Así que el sábado recogí mis cosas y fui para casa de mi padre. Tras la comida aproveché para llevar mi coche a lavar de una vez por todas. Mis intentos de que saliera también a cenar cayeron en balde, lo cual puede ser bastante frustrante en ocasiones. Por lo menos ya no tendría que ir a encargar la comida durante la semana. Al día siguiente fue Domingo de Ramos, lo cual marcaba el comienzo de la Semana Santa. Por la mañana fui a correr, y por fin hice los diez kilómetros que hacía años que no hacía. Así que me quité ese último reto, así como el de hacerlo en un domingo. Después fui a misa y llevé el ramo de mi padre para que fuera bendecido. La ceremonia fue bastante larga, como es costumbre, y después fuimos a comer. Encontré que la semana sería más llevadera, pues mi padre iba mejorando considerablemente. El resto de la tarde lo continué trabajando, todavía con la esperanza de que antes del verano, todos podamos haber recuperado nuestras vidas.

 Saludos


SUPERANDO RETOS

  (ENTRADA 590)

 

La semana en la que me ha tocado cuidar de mi padre en su casa ha probado ser mucho más tranquila que en el hospital. Si bien me preocupaba la responsabilidad de que pasara algo, sin personal sanitario, la situación ha probado ser mucho más llevadera de lo esperado. También, ha habido claras mejorías y buenas noticias, que esperamos aumentar con el tiempo. Por otro lado, también es una semana que ha servido para superar distintos retos que tenía pendientes.

La ayuda de las cuidadoras contratadas por mi hermano ha sido un alivio, y al mismo tiempo la presencia de las jóvenes ha vuelto a dar algo de vida a la casa. Mi padre ha ido mejorando, aunque eso también ha supuesto su habitual mal humor cuando no se hace lo que el quiere. La primera mitad de la semana la sonda no dio problema alguno, si bien tenía alguna fuga por perisonda, no salió hematuria en ningún momento. La verdad es que la situación se presentaba bastante esperanzadora. Sin embargo, sigo pensando que tenía que haber estado saliendo a comer fuera, aunque le lleváramos en coche, y que no se esforzaba físicamente todo de lo que era capaz. El párroco acudió a visitarle el lunes y le dio de comulgar, algo que a mi padre le emocionó muchísimo, siendo un ferviente y practicante creyente. El martes fue el cumpleaños de papá, que cumplió setenta y cinco años, afortunadamente en casa. Las chicas que nos ayudan, Melina y Feli, han probado ser encantadoras y de lo más dispuestas a ayudar, aunque tampoco mi padre daba demasiado trabajo.

Regresando a los inicios de nuestros turnos para cuidar de nuestro padre, que empezaron el ya alejado diecinueve de enero, terminé de escanear todas las fotografías de los álbumes, y finalicé el álbum de fotos digital, dando una copia a mi padre y otra a mi hermano. Tras esto me embarqué en la misión de limpiar todos los montantes de las cuatro habitaciones de la casa de mi padre y el trastero. Este último fue todo un reto, debido a las humedades que sufría y la cantidad de maletas podridas con papeles cuarteados. La verdad es que ese proceso de limpieza de la casa me dejó completamente exhausto, saliendo a llevar material a reciclar cada dos por tres. Por otro lado, continué con mis habituales carreras por el Parque del Canal, y me sentí un poco mejor con el paso de los días. Encargar las comidas supuso un coñazo al principio, pero con el paso del tiempo me fui acostumbrando a acudir a los distintos restaurantes a realizar los necesarios pedidos y llevarlos a casa.

El miércoles tuvimos cita con el urólogo y tuvimos la suerte de que le retiraran la sonda a papá, está vez sin problemas, aunque sin tener todavía control sobre el esfínter. El jueves tuvimos consulta con la internista, que le encontró en muy buen estado de salud. De la que salíamos a la consulta, paré para que el portero, César, le pudiera saludar, y así evitar futuras visitas molestas. Mi hermano se agarró un cabreo momentáneo, porque logré explicarle con razonamiento lo ocurrido. Sin embargo, no pude evitar tener la sensación de que mi padre no estaba todo lo entusiasmado que debería estar ante estos logros. Sobre todo, me seguía molestando que no pusiera de su parte para mejorar. De hecho, el jueves por la noche tuve bronca con él, porque manipuló a Feli para que le pusiera más vino del que tenía permitido. Independientemente de ese conflicto, el viernes llegó sin mayores problemas, aunque el tiempo fue empeorando de forma inevitable. Fue ese el día en que terminé con la limpieza del trastero, y también logré convencer a papá para que empezar a comer fuera.

El sábado tuvimos esa comida familiar a la que acudieron las familias de mis primos Pablo y Lucia. Papá lo llevó bastante bien, y tras la comida pude regresar a mi casa al ser relevado por mi hermano. La verdad es que en esa ocasión no hice limpieza alguna, limitándome a pegarme una buena siesta. Puse un poco de orden en mis cosas después, y cambié el cuadro de Superman del cuarto de baño por una preciosa fotografía del puerto de mi ciudad natal. Tras cenar algo en el italiano, me animé a salir a tomar algo bastante descansado. Tuve reencuentro con José que había estado de vacaciones, y Giaco se mostró muy amable conmigo. De hecho estuvo charlando con Ardilli, y me aseguró que había preguntado si yo era su amigo y que me había estado mirando… sin embargo seguía sin parecerme que fuera el momento de presentaciones. Juan llegó y estuvimos de charla, pero debo reconocer que Luis me empieza a irritar, porque logró llevarse a Giaco al otro lado del bar para gorronear a Nia. Llegado el cierre me retiré a descansar.

De domingo me levanté para ir a correr solo una milla. De esta forma logré cumplimentar los retos de correr una semana entera, y correr una milla y un kilómetro en domingo. Había habido media maratón y me crucé con varias personas que la habían finalizado. Tras esto fui a misa en mi barrio, donde cantó un coro muy bueno, y acudí a hacer unas necesarias compras. Comí con mi padre y mi hermano, y después regresé a casa para trabajar un poco. Quedé con mi amigo Juan para ir al cine, aunque al pobre se le olvidó llegar a la hora, al pensar que era una hora antes. De todas formas dio tiempo de sobra, y pudimos ver “¡Shazam!”, que me pareció muy divertida.

Tras la película fuimos a tomar algo muy brevemente al bar, que no estaba demasiado concurrido. Tras eso regresé a casa y finalizó una semana en las que mi padre había cumplido el reto de librarse de la sonda, yo los de limpiar montantes y trastero, y también el de correr todos los días de la semana, y dos requisitos de domingo que me faltaban. Solo espero que mi padre vaya recuperando sus fuerzas, y pronto podamos retomar nuestras vidas. Ese es el último paso que queda por dar.

 Saludos


UN ALTA INCOMPLETA

  (ENTRADA 589)

 

Treinta y ocho días después de ingresar, por fin llegó el día en el que se le dio el alta a mi padre. Sin embargo no ha sido un alta completa, como esperábamos, ya que todavía tendrá que estar con la sonda vesical por lo menos diez días. Aunque hemos tenido que aprender a hacer lavados de la sonda, en caso de que se atasque, esto siempre deja cierto grado de intranquilidad. Y es que esto ha ocurrido un año y medio después del fallecimiento de mi madre, a quien tantos problemas le dio la sonda.

Mi semana libre ha pasado bastante rápido. Fui a correr cuatro días, aunque debo reconocer que sentí más dificultad de la habitual. Las interrupciones de dichas rutinas son clave en este sentido, aunque por lo menos fui capaz de retomar dicha actividad. También tuve la oportunidad de utilizar mis nuevos cascos inalámbricos, los cuales funcionan sin problema alguno. Durante la semana también fui a recoger mis tres nuevos pares de pantalones, que me quedaron a la perfección. De esta forma logré terminar la renovación de gran parte de mi vestuario. Aunque salí todos los días de la semana, debo reconocer que todas las noches fueron más bien aburridas, ya que José libraba y tampoco había nadie interesante o conocido al que pudiera ver hasta el jueves, día que salí con Juan. Con él compartí mi preocupación acerca del alta de mi padre con el problema de la sonda. Juan como siempre fue un apoyo para mí, aunque hay ocasiones en las que no entiende que no hay otra opción que quemarse ante determinadas situaciones. También pude ver brevemente a Oscar Daniel, en su tónica habitual, y a Pedro y Josito.

Mi padre fue evolucionando a lo largo de la semana, y el martes fue cuando por fin le quitaron las cansinas bolsas de lavado. Eso sí, le dejaron de nuevo con la sonda vesical simple. Aunque la orina salía generalmente bien, el miércoles fue cuando nos dijeron que tendría que hacer uso de la misma durante die días por lo menos. Lo peor es que nos comentaron que no se le podía pinzar en ningún momento, pues había que evitar presión en la vejiga. No voy a mentir diciendo que no me llevé un chasco considerable. Estos últimos días, mi padre ya comenzaba a mostrar signos de mal humor y cansancio. La doctora le autorizó una copa de vino al día, y no sé si esto fue un error Mi primo Jorge estuvo de visita el jueves, y parece ser que mi padre aprovechó la ausencia de mi hermano para pedirle una copa de vino extra a traición. Cuando se decidió que recibiera el alta, lo retrasó personalmente hasta el viernes, precisamente por la preocupación que sentía ante el regreso a casa.

El viernes fue el día del alta, y el primer gran reto de mi padre. La verdad es que las cosas fueron bastante mejor de lo que esperaba, ya que le pudimos vestir sin mayor problema y, a pesar de sus nervios, fue capaz de llegar hasta el coche sin problemas. Una vez en casa mi hermano le hizo un lavado aunque no pareció funcionar a la perfección. Logramos convencerle para ir a comer, y la verdad es que estuvimos algo nerviosos hasta que la orina comenzó a bajar a la bolsa de la orina. De regreso en casa sus pulsaciones estaban en 110, pero no tardaron en bajar a 99 cuando pudo descansar. Ese es el reto que tendrá mi padre, volver a recuperar su forma habitual. Mi hermano le volvió a hacer otro lavado, y fue entonces cuando la orina volvió a circular a ritmos normales. Yo regresé a casa para disfrutar de mi último día de libertad, y decidí bajar todo el camino dando un paseo, algo que la verdad es que agradecí.

El sábado me tocó el temido relevo, y pronto descubrí que efectivamente, el alta nos esclavizaba mucho más. Papá no quería salir a comer fuera, y parece que lo tendremos anquilosado en casa una buena temporada. También me sorprendió que Lily nos pidiera el doble de lo que cobraba cuando trabajaba para mamá, aunque a mi hermano le pareció razonable. Supongo que al tener trabajando a su hermana y su amiga, ha hecho una comparativa de precios que antes no podía hacer. También pude escaparme por la tarde para ir a correr, y acudí con enorme esfuerzo al Parque del Canal. Por la tarde fui a misa y aproveché para avisar al Párroco de que mi padre ya estaba en casa. La noche fue algo movida, con bastantes perisondas, pero en general noté que la cosa era más llevadera.

El domingo nos recibió con lluvia, a pesar de lo cual fui a correr al parque. Después recogí la comida en Mallorca, donde el servicio es lento para exasperarse, y pasé el resto del día con mi padre. A pesar de esto pude retomar el proyecto de escanear antiguas fotografías. Mi prima y mi sobrina acudieron a visitar a mi padre por la noche, y poco a poco fui asumiendo la larga semana que me tocaba, esperando que hubiese mejoría pronto.

 Saludos