Archivo para junio, 2018

ESPERANZA PARA EL BAR

  (ENTRADA 549)

 

Lo más destacable de la semana ha sido el descubrir que quizás no perdamos el bar que se ha convertido en habitual nuestro. Nos habíamos venido abajo al descubrir que se vendía y, aunque no hay nada seguro todavía, hay grandes posibilidades de que un conocido nuestro coja las riendas del negocio. Solo espero que tengamos suerte.

 

Por otro lado la semana nos ha devuelto el ruido, porque han retomado la obra de la rampa del garaje vecino. He seguido acudiendo a nadar y correr, aunque a finales de semana ha sido verdaderamente complicado debido a las altas temperaturas. También he estado bajando a nuestra piscina, donde tenemos a un chaval muy morboso de socorrista, pero que además parece ser muy efectivo y educado. Las noticias de la marcha de nuestro portero se han extendido, y ya se han enterado varios inquilinos que han venido a recriminármelo, como si la cosa la hubiera decidido yo. Las obras de peatonalización continúan, y tuve un enfrentamiento con un gilipollas de “Deliveroo”, que no solo circulaba en dirección prohibida, sino que además no quiso parar para dejarme cruzar en una calle peatonal.

El miércoles me dio por salir a tomar algo, lo cual era poco habitual en un servidor. La verdad es que acabé charlando con un chaval llamado David, al que veíamos a menudo por allí. Aunque algo creído, resultó ser bastante majo. Al día siguiente volví a salir, y Juan no lo hizo porque había tenido un día muy complicado. Apareció por allí Oscar Daniel y estuvo charlando conmigo, aunque no tardó en distraerse y desaparecer. También encontré una cartera que entregue en la barra, y el dueño resultó ser un americano que se pasó toda la noche dándome las gracias ante un divertido Ramón que también estaba por allí.

Llegado el fin de semana volví a salir, y en esa ocasión Juan se quedó dormido, por lo que no apareció por el bar. Fue entonces cuando charlé con ese conocido que tenemos en común, y que me comunicó que estaba negociando para hacerse con el bar. Me pidió la opinión sobre varias cosas, y yo estuve encantado en dársela. También me autorizó para que se comunicara a Juan.

El sábado por la mañana hablé con Juan y le conté todo, ante lo cual se alegró mucho esperanzado para que se llevara a cabo. Volví a salir esa noche, y Juan también lo hizo encontrándonos ambos con Ramón. También estaba por allí Ardilli, aunque no logré captar su atención. Aunque al verle charlar con Nines acudí a la chica para que averiguara su nombre por mí. Ya al cierre nos retiramos.

De domingo había muchos cortes por una organización de patinaje, por lo que me costó llegar a Misa con mi padre. Después de comer con él decidí bajar a la piscina, donde había bastante gente y alguna comiendo, lo que va en contra de las normas. El socorrista buenorro se había dado cuenta y me indicó que hablaría con ellos al final del día. Por la noche volví a salir y coincidí con Paul, que estaba bastante provocativo. También llegaron Juan y La Rusa, aunque también una petarda del antiquísimo bar, que le dio por echarme parte de su copa por la espalda. No hay que decir que estuve a punto de enviarle al otro lado del bar. Y es que estoy harto de que tengamos que aguantar borrachos. Ya al final de la noche nos retiramos a casa, y lamentablemente Paul se fue solo por ahí para seguir la fiesta. Veremos cómo sigue esta cuenta atrás antes del verano.

 Saludos


PROBLEMAS DE PORTERÍA

  (ENTRADA 548)

 

Parece que no he podido elegir peor momento para formar parte de la junta directiva de mi comunidad, y es que esta semana nos hemos enterado de que nuestro portero nos abandona. La verdad es que me ha dado rabia, porque yo noté un cambio radical cuando el anterior impresentable nos dejó, y llegó el nuevo que me ha parecido excepcional.

 

La semana se ha caracterizado por la esperada llegada del buen tiempo y el calor, que se nos había resistido. Por lo demás continué luchando contra el insomnio, aunque por lo menos no hizo falta que hiciera uso del odiado orfidal, y un par de días prácticamente logré dormir de un tirón. De hecho el martes me tocó una eco para ver cómo estaba funcionando todo, y parece que no hay problemas. Lo único que tenía el hígado un poco graso, pero el médico me señaló que no me preocupara porque al haberse estabilizado mis transaminasas terminaría por desaparecer la poca grasa que había. Ese mismo día decidí quedar con mi padre para cenar en plan picoteo. También he seguido yendo a correr, aunque reconozco que con la llegada del calor ha resultado bastante más complicado de lo habitual. Pero lo curioso es que me estoy dando cuenta de lo mucho que echaba de menos ir a correr. Fue el miércoles cuando nos enteramos de que el portero nos dejaba, y al parecer a raíz de una oferta de una propietaria de algunos pisos en nuestro edificio, pero que los tiene en alquiler y vive en otra casa cercana. Personalmente me ha disgustado porque creía tener una excelente relación con él, y no ha intentado hablar del tema conmigo antes de tomar una decisión. Así que antes de las inminentes fiestas nos vemos sin portero. Aunque parecía posible que hiciéramos una contraoferta, la presidente se negó en rotundo, lo cual es posible que sea un error… pero yo no quiero movidas, que bastante he tenido en el último año.

Llegado el fin de semana, las cosas estuvieron bastante tranquilas, aunque pudimos volver a Paul, en este caso el jueves. Alocado como siempre, estuve bailoteando un buen rato con él. También me encuentro siempre en la puerta con Giaco, que me saluda muy cariñosamente. La verdad es que nos va a dar mucha pena cuando el bar cierre sus puertas finalmente. El viernes acabé reconciliándome con Oscar, aunque sigo con las defensas levantadas cuando estoy con él. De hecho acabó medio liándose con un tío algo mayor por una mera cerveza, pero en fin. Supongo que lo que más me disgusta es que el último año solo parezco ligar con tíos a los que les va cualquiera… y eso no es muy halagador hacia mi persona que digamos. Como siempre, Juan estuvo acompañándome y el sábado también coincidimos con Ardilli una vez más. A pesar de haberme esforzado por ponerme guapetón, no me llevé ni una mirada lastimera. Por otro lado Ramón sigue estando bastante pesadito, pero no queda otro remedio que armarse de paciencia. El domingo el bar estuvo más bien tranquilo, y al final acabamos estando solos Juan, Paul y servidor de charla y echando unas risas. También estaba por allí la Rusa, pero pasó bastante de un servidor.

Por otro lado nos hemos embarcado en el Mundial, y por fin he estrenado la piscina de mi casa. Allí he coincidido y hablado con el resto de la Junta acerca del problema al que nos enfrentamos, y que espero que tenga buena solución.

 

Saludos


SUPERMAN CUMPLE OCHENTA AÑOS

  (ENTRADA 547)

 

La semana ha sido una prolongación de mi lucha contra el insomnio, aunque he podido dormir mejor algún que otro día. De hecho, solo he usado orfidal en un par de ocasiones y en el resto me he obligado a dormir. Por otro lado, he querido señalar que este mes Superman, mi personaje favorito, cumple ochenta años. Esto ha coincidido con la publicación del cómic número mil de su título de cabecera, “Action Comics”.

 

Y es que siempre he sido un gran fan de este personaje, y como he comentado en más de una ocasión, está Fortaleza que es mi blog, se inspira en gran parte en el Hombre de Acero. El primer cómic del personaje se publicó en junio del año 1938, y es el que se ha vendido por el precio más alto hasta la fecha. En 2014, una copia en muy buen estado se vendió por 3207852 dólares. Evidentemente yo me he tenido que conformar con una reedición.

Una vez realizada esa importante reseña a mi héroe favorito, debo decir que el lunes y el martes dormí bastante bien, aunque a trompicones. El miércoles y el jueves tuve que hacer uso de orfidal,  porque no había manera. A pesar de todo esto logré salir a nadar y correr tres días seguidos hasta el viernes, y con bastante buen resultado a nivel físico. De hecho logré llegar a los cuatrocientos kilómetros. Eso sí, el viernes tuve que obligarme bastante a hacerlo, aunque luego me sentí fenomenal por hacerlo. Durante la semana también quedé con Luis, al que ya me estoy planteando no volver a ver porque no disfruto nada de las quedadas. También realicé una exhaustiva limpieza de mi casa, la cual era más que necesaria. Por lo demás, seguimos sometidos a un clima asqueroso y parece que el solo y el calor se resisten a venir.

El jueves salí a tomar algo con Juanito, y la verdad es que el bar seguía bastante matado. Ramón vuelve a hacer acto de presencia tras una temporada ausente, y sigue tan impertinente como siempre. El viernes llegué primero al bar donde el camarero tenía un nuevo admirador. Era un chico joven, moreno y alto, que además era increíblemente guapo. Así que estaban todos alrededor como moscas a la miel, incluyendo al asqueroso de Gollum que pasó por allí. Y a falta de uno, vino otro Gollum que nos deleitó con bailes exóticos con un arnés y camiseta de leñador abierto. Por lo menos nos echamos unas risas ante el grotesco espectáculo.

El sábado fui a comer con mi padre, mi prima y su marido. Tras dormir una buena siesta reponedora volví a salir y el bar estaba considerablemente lleno. Estuve de charla con los Javis, y una vez más pude ver a Ardilli a lo lejos, aunque sin resultado alguno. Me hizo gracia como sus amigos le despeinaban, pues tiene el tic de pasarse siempre los dedos por el pelo. Juan llegó bastante tarde, y el bar ya estaba bastante vacío para entonces. Solo quedaba “el Richard” por allí, con una buena castaña. Aunque aguantamos y nos retiramos al cierre.

De domingo fui a misa con mi padre, donde nos acompañó un batallón de monjitas muy majas. Eso sí, el sacerdote invitado no me gustó nada, con un sermón algo anticuado para mi gusto. Tras comer algo, ver como nuestro equipo se quedaba en segunda un año más, y dormir una siesta, salí otra vez. Me encontré con Clark Kent, que me estuvo dando unas clases de baile, algo provocativas, pero con quien no pasó absolutamente nada una vez más. Además se ausentó durante un buen rato, y cuando volvió ya no estaba tan divertido y flirteante. Juan y yo nos reímos bastante con Richard, que seguía con una castaña considerable. De todas nos echamos unas risas cuando José nos puso una serie de chistes doblados sobre una escena de “Titanic”. Una vez más retiré solito a casa, tras una semana relativamente tranquila.

 Saludos


LUCHANDO CONTRA EL INSOMNIO

  (ENTRADA 546)

 

Acostumbrarse a un cambio de medicación es difícil, de hecho mucha gente suele rendirse con demasiada anticipación. Mi cambio ha traído el efecto secundario del insomnio, contra el cual he luchado durante toda la semana. Después de diez días de agotamiento, e incapacidad para descansar, el efecto ha comenzado a remitir de una vez por todas.

 

Al principio de la semana todavía perduraba mi catarro, y dormir se convirtió en un verdadero suplicio. El miércoles fue el peor día, pues me dieron las seis y media de la mañana sin poder dormir. De esta forma, los tres primeros días de la semana me vi obligado a tomar orfidal para dormir un total de tres o cuatro horas. Esto es curioso porque el miércoles fue el único día de la semana que hice ejercicio. Fui nadar cincuenta largos y corrí solo cuatro kilómetros para no forzar la máquina demasiado. Aunque la verdad es que me sentó bien, el catarro se me reactivó y fue el día que peor dormir.

Así que el jueves decidí dejar el deporte durante el resto de la semana, para así poder dar tiempo al cuerpo a recuperarse. Por la noche salí a tomar algo en plan tranqui con Juan, aunque el bar estaba bastante desértico. Encontramos por allí  a Ramón, a quien  aguanto cada vez menos, aunque hubo suerte y se retiró pronto. Esa noche tuve problemas para dormir, pero como no hubo ruidos por obras y no tenía que madrugar, me obligué a dormir aunque fuera a trompicones hasta las dos de la tarde. Esa misma noche volví a salir y el bar seguía bastante matado, de hecho como llovía, Juan no se animó a salir y optó por quedarse en casa. Todo el fin de semana, el camarero histriónico estuvo de baja, y Tony regresó para sustituirle momentáneamente. Me retiré para dormir, y por primera vez logré dormir prácticamente de un tirón.

Gracias a eso, el sábado pude ir a comer con mi padre bastante descansado. Mi coche había pasado la ITV, por lo que fuimos a picar algo y luego a comer con mi hermano y mi sobrina Cova. Regresé a casa sin necesidad de echar una siesta, y pasé la tarde entretenido viendo la reacción de una familia muy maja a las pelis de “El Señor de los Anillos”. Luego salí, y aunque el bar estaba más animado, no lo estaba tanto para un sábado. Saludé a Giacomo y Juan no tardó en aparecer. Estuvimos un rato con los Javis de charleta, y también apareció Ardilli por allí, muy guapete con un jersey. Sin embargo, no hay manera de pillarle solo. La verdad es que esa noche me sentí muy animado, e incluso bailoteé un poco hasta que nos marchamos al cierre.

Volví a dormir bastante bien, aunque no de un tirón, y al día siguiente fui a misa y a comer con mi padre solo. Tras la comida decidí echar una pequeña siesta, y por la noche volví a salir encontrándome de nuevo con Juan. Nos echamos unas cuantas risas y pudimos ver a Clark Kent por el bar. Sin embargo cada vez me parece que es más un artista del flirteo que otra cosa. También andaba por allí Daniel, con una curiosa cogorza y retozando con… “algo”. La nota graciosa la puso la aparición de un tío muy alto, guapo y cachas que se llevó la mirada de todos provocando múltiples torticolis. Nica estaba al cargo de la música, y nos sometió a constante reguetón que tanto odiamos. Ya al cierre nos retiramos para dormir.

Ahora solo queda enfrentarse a otra semana con la esperanza de que el insomnio siga remitiendo, y con la esperanza de que el tiempo mejore de una vez por todas.

 Saludos