Archivo para abril, 2018

ACCIDENTES DOMÉSTICOS

  (ENTRADA 541)

 

Ha sido una buena semana, considerando que la anterior había puesto punto final a una tensión acumulada durante seis meses. Para las pruebas complementarias que me quedaban, para poder cambiar la medicación, comencé a retomar las rutinas de correr, añadiéndolas a las de natación. Sin embargo, tuve un accidente doméstico con mi minipimer, que a punto estuvo por dejarme sin dedo pulgar.

 

El lunes retome la natación y tuve la suerte de coincidir con una socorrista de lo más amable que me saludó y preguntó por mi entrenamiento. Como todo principio de semana, realicé una exhaustiva limpieza de mi habitación. También comencé con un nuevo juego llamado “Assassin’s Creed II”, que me ha ido enganchando bastante.

El martes fue cuando volví a correr de nuevo. Lo añadí a la rutina de nadar, para lo cual decidí ir a nadar más temprano de lo habitual, y luego ir a correr de nuevo. Acudí al Retiro, como era lo habitual, y la verdad es que lo agradecí bastante. Eso sí, el doble esfuerzo me dejó completamente agotado.

Fue el miércoles cuando tuve el accidente doméstico. Estaba limpiando la minipimer para prepararme un batido, con la mala suerte de que no me fijé de que seguía enchufada. De forma accidental presioné el botón de encendido y me hice un tajo bastante profundo en la yema del dedo pulgar izquierdo. La verdad es que sangró de forma bastante copiosa, y al meter el dedo en agua oxigenada casi pude ver unicornios de colores. Así que para seguir las instrucciones precisas, solo podía hacer una cura al día durante la primera semana, y mantener el dedo secó. Así que tuve que aparcar la natación, aunque eso no me impidió seguir acudiendo a correr.

El jueves tenía demasiadas agujetas por la vuelta a mis carreras habituales, por lo que decidí descansar. Aproveché para hacer una compra para casa, y como hacía un día precioso fui andando para sacar entradas para poder ir al cine al día siguiente. Por la noche salí con Juanito para tomar unas cervezas, aunque nos tocó aguantar a Ramón en un estado particularmente impertinente. La verdad es que cada día me cuesta más aguantar su prepotencia.

El viernes fue un día genial, en el que Juan y yo quedamos para ir al cine. Por la mañana llegué a correr seis kilómetros, que me dejaron francamente satisfecho. Fuimos a ver “Vengadores: Infinity War”, que no nos defraudó en absoluto. Como era de esperar el cine estaba completamente lleno, pero la película fue formidable y lo pasamos genial.

 

Tras la película fuimos al bar habitual, que estaba bastante flojillo de gente. Vi brevemente a Fran, que me saludó con un pico, y por fortuna Ramón ya estaba de retirada. Así que tomamos algo rápido y nos retiramos.

El sábado tocó ir a comer con mi padre, ya que la familia de mi prima había ido al norte por el puente de mayo de este año. Antes de comer fuimos a tomar un aperitivo. Ya de vuelta a casa eché una siesta, y volví a salir con Juan. Vi brevemente a los Javis, y también estaba Ardilli, a quien no veía por allí desde hacía tiempo, muy guapo con una camiseta negra Conocimos mucho mejor a Rafa, la pareja de José, que estaba por allí. La verdad es que fue una noche muy entretenida, aunque el bar estaba absolutamente repleto. Ya al cierre nos retiramos.

De esta forma llegamos al domingo, día en el que quedé de nuevo con mi padre para comer. La tarde la pasé jugando a la consola, y la verdad es que el tiempo había empeorado considerablemente. Juan no se animó a salir, así que lo hice solo. Sin embargo, el bar estaba bastante matado y no había nadie conocido, por lo que la verdad es que fue bastante aburrido. Solo vi brevemente a Paul, que aunque siempre me saluda cariñosamente, no tiene verdadero interés en servidor. Así que a pesar de los accidentes domésticos, fue una buena semana que marcó el final del mes de abril.

 Saludos


NEGATIVO

  (ENTRADA 540)

 

Ha sido una semana que ha comenzado con tensiones acumuladas, pero por lo menos me he llevado las mejores noticias posibles a nivel de mi salud personal. Mis pruebas salieron bien y mis funciones hepáticas estaban perfectas. Añadido a esto he dado negativo en hepatitis, por lo que me he llevado un considerable alivio al poder quitarme ese agobio de encima de una vez por todas.

 

La semana comenzó con un lunes en el que amanecí agotado, porque mi amigo Adolfo se había quedado a dormir en casa. El tiempo había mejorado considerablemente, pero no me dio tiempo de hacer deporte, ya que estaba agotado y tenía pendiente una limpieza de mi dormitorio considerable que tuve que dividir en varios días de la semana.

El martes fue el peor día en que mis tensiones se dispararon durante la natación. Un gilipollas me empujo en plena calle al adelantarle, asegurando que le había dado un codazo. Encima fue a quejarse a una socorrista con la que pude razonar al explicarle lo que había ocurrido. Otro imbécil que nunca deja pasar cuando va a nadar se quiso meter en mi contra, pero por fortuna la socorrista se dio cuenta de que ninguno llevaba razón. La situación es cada vez peor en la piscina, con demasiada gente que masifica la instalación, la mayoría inútiles con pretensiones de nadadores rápidos. De todas formas no era solo la tensión acumulada por las pruebas, debo reconocer que llevaba una temporada un tanto tristón por múltiples razones. Para aliviarme decidí salir a tomar algo de forma excepcional para relajarme un poco. Allí coincidí con el amigo de Juan, que tuvo el detalle de invitarme a una cerveza.

El miércoles fue el día de mayor tensión ante los nervios finales por las inminentes pruebas. Por la mañana quedé con un chico mexicano llamado Manu, que resultó ser muy majo, pero opté por no ir a nadar para evitar más situaciones tensas. El resto del día terminé con el juego de los Vengadores de Lego que tenía, y me tomé un orfidal para poder ayudarme a dormir.

El jueves madrugué y acudí al médico para llevarme las mencionadas buenas noticias después de seis meses de tensión y preocupación. Aunque había tenido un blip, mi médico no le dio demasiada importancia y preparamos una serie de pruebas para poder cambiar mi medicación, después de doce años, por otra mucho menos tóxica. Tras esto decidí ir a misa con mi padre, sintiéndome muy agradecido por el alivio, y después fui a realizar unas compras. También borré mis aplicaciones de contactos, harto de ellas y decidido a no volver  a pasar un periodo de tensión como el vivido. Comí con mi padre y con mi hermano y después regresé a casa, donde estrené un nuevo juego de “Star Wars”. Por la noche quedé con Juan para celebrar las buenas noticias, y tomamos algo aguantando a Ramón que sigue estando muy pesado últimamente. Hubo un momento en el que Paul se puso a bailar detrás de mí de forma cariñosa.

El viernes volví a nadar, aunque la verdad es que la piscina estaba bastante relajada en términos de cantidad de gente. Por la noche volví a salir y coincidí de nuevo con Juan, que llegó unos minutos después que yo. La noche estuvo más bien tranquila, algo que supusimos se debía a que el fin de semana siguiente tendríamos un largo puente.

De sábado tuvimos comida familiar y nos despedimos del encargado del restaurante habitual al que íbamos, que se marchaba para trabajar en una empresa de transportes. Tras la comida recuperé mi coche, ya que finalmente mi garaje había sido sometido a una intensa limpieza. Tras dormir una siesta salí solo por la noche, porque Juan tenía un compromiso. La verdad es que me aburrí bastante porque no había nadie conocido, aunque mi camiseta de “V” causó bastante sensación.

El domingo comimos con mi primo Pablo y familia, aunque mi hermano no vino con nosotros. Por la tarde decidí quedar con Luis, ya que era algo que tenía pendiente. Sin embargo debo reconocer que no lo pasé demasiado bien. Por la noche salí de nuevo con Juan y la verdad es que nos echamos unas risas. Clark Kent estaba por allí, y le vi muy cariñoso conmigo. Cada vez me cae mejor ese chaval. También apareció mi tocayo con un elemento que le triplicaba la edad, lo que nos hizo sospechar bastante a Juan y a mí. De esta forma acabó una semana que ha tenido elementos de muchísima tensión, pero que por lo menos ha traído unas muy buenas noticias que eran necesarias. Ahora solo falta embarcarse en la cuenta atrás al verano y ver si puedo cambiar de medicación por otra que me sentará mucho mejor. 

Saludos


NERVIOS DE LA ESPERA FINAL

  (ENTRADA 539)

 

Y después de seis meses de cierta angustia, llegó la semana para comenzarla rutina de mi analítica y descubrir que ha pasado de una vez con mi hígado. Solo espero que solo haya sido un problema puntual, algo que descubriré esta semana ya que solo acudí a que me sacaran sangre. Quiero pensar que aquella transaminasa elevada se debiera al estrés de la enfermedad y fallecimiento de mi madre, y a lo mal que había comido durante aquel mes sin hacer ejercicio. Así que esta semana pasada se ha caracterizado por los nervios de la inevitable espera ante la cuenta atrás.

 

La semana se caracterizó por el mal tiempo, aunque a medida que nos acercábamos al fin de semana la cosa fue mejorando. También pude acabar con todo el trabajo de la temporada, con lo que he podido disfrutar de la consola una vez más. Antes del verano había abandonado un juego de los Vengadores de Lego, que la verdad estoy disfrutando una vez más. Por otro lado, mi hermano partió para participar de nuevo en el maratón de Boston. También tuve una reunión con la junta directiva de la comunidad, debido a que no daba tiempo a realizar la monumental obra del jardín. Así que acordamos semillar el césped y realizar algunos arreglos en la tarima, y posponer la gran obra hasta septiembre, después de la temporada de piscina del año.

El jueves acudí a que me sacaran sangre, y después quedé para desayunar con mi padre. Aproveché para pasar por el Corte Ingles y comprar algunas películas que tenía pendiente. También me llegó la herencia de mi madre, algo que me dejó algo tocado, porque sigo echándola mucho de menos. A menudo pienso en mi gran familia que se reunía para múltiples eventos, y ya quedamos poco más de la mitad. Como echo de menos aquellos tiempos y que mal he llevado siempre los cambios. Ya por la noche salí a tomar algo con Juan en el bar habitual, donde también pudimos ver a Ramón. También charlamos brevemente con Paul, pero Juan estuvo animándome convencido de que todo iría bien con mi analítica. Solo espero que tenga razón y la semana que viene marque un nuevo comienzo lleno de luz y de cara al verano.

El viernes acudí a nadar y después de comer seguí disfrutando de mi juego en la consola. Volví a salir, y aunque inicialmente había bastante gente en el bar, acabó por vaciarse pronto. Juan y yo estuvimos de charla con su amigo. Parecía ser que tenían la intención de abrir el Parque Jurásico en un local cercano que había sido bar de lesbianas, pero al final no se había llegado a ningún acuerdo. Todo esto nos lo contó un encargado llamado Fausto al que conocíamos, pero que desde mi punto defendía mucho aquel negocio de forma poco objetivo. Desde mi punto de vista aquel local había descuidado mucho a los clientes y era ahora cuando pagaba esos errores.

El sábado acudí a tomar el aperitivo con mi padre. No solo tenía los cómics, sino que además por fin recibí el último de los siete libros de Kásperle, logrando completar la colección finalmente. Tras el aperitivo fuimos a comer cordero con mi prima y su familia. Acudí a nadar donde tuve una confrontación con un pesado que me adelantaba en un largo y luego iba más lento frenándome. La socorrista vino a poner orden, pero tampoco se había enterado demasiado bien de la situación. Por la noche salí y el bar estaba lleno con una cola bastante amplia en la entrada, pero el portero me coló. Una vez dentro estuve acompañado por Josito hasta que llegó Juanito y se nos unió. También apareció por allí Daniel, pero en esa ocasión tuvo el buen gusto de no molestar y se pasó la noche flirteando con un viejo y con el camarero. Ya al cierre, todos nos retiramos a nuestras respectivas casas.

Ya de domingo acudí para ir a misa con mi padre, a tomar un aperitivo y a comer. Aproveché para dejarle el coche, ya que durante la semana realizarían la necesaria limpieza del garaje. Tras dormir una siesta volví a salir y me encontré con Juan y con Omar, aunque este último se retiró más bien temprano. La gran sorpresa la marcó la aparición de Adolfo, al que hacía mucho tiempo que no veíamos. Estuvimos escuchando canciones eurovisivas, y para mi sorpresa Adolfo acabó por acompañarme a mi casa. Así finalizó una semana que marcaba el comienzo de la espera. Para cuando vuelva a escribir aquí, ya tendré mis resultados. Con esperanza de que todo haya ido a mejor.

 Saludos


ANSIADO FIN DE OBRAS

  (ENTRADA 538)

 

Lo más destacado de esta semana ha sido la culminación de las obras de nuestra calle, que nos han tenido desesperados durante un total de tres meses. Calle y aceras ya están completas con sus árboles y farolas nuevas. Aunque quedan pendientes los bancos y bolardos, pero el tráfico ya vuelve a ser normal en la calle, aunque no en todo el barrio al faltar algunas calles que pasen por el suplicio de la nuestra.

 

El lunes fue el cumpleaños de mi padre, así que acudí para comer con él y mi hermano. Le regalé unas cuantas películas que le había comprado, y la comida estuvo bastante bien. Sin embargo me molestó mucho saber que mi primo político había denegado su invitación a comer porque quería llevar a mis sobrinas a ver a su madre. Son detalles que me cabrean constantemente, pero por lo menos pasamos un buen cumpleaños con mi padre. Antes iba ido a nadar y coincidido con el socorrista atractivo al que hacía tiempo que no veía en sus clases de aquagym. También vi a mi tocayo moreno que me saludó.

El martes pasó sin mayores acontecimientos, y el miércoles acudí a la reunión de la Comunidad con el Presidente y el nuevo encargado de la piscina. Curiosamente la Presidente no se presentó, así que me tocó a mí abordar todo el tema que tampoco tuvo mayores complicaciones. La nueva empresa que se encargará de la piscina nos pareció bastante fiable, y también acordamos una reunión con él y el socorrista que nos asigne al final.

El jueves llegó el momento de salir a tomar algo, y quedé con Juan al que le entregué todas las películas de superhéroes que le había descargado. Como siempre que volvía de su tierra, me había traído una botella de aceite.  Estuvimos de charla y apareció por allí Fran, con el que acabé a besazo limpio una vez más. Y es que casi siempre que me ve acaba por besarme y la siguiente vez disculpándose por haberlo hecho. Llegó a decirme que quería dormir conmigo antes de que se casara. Eso sí, Paul que estaba presente se quedó bastante sorprendido ante los eventos.

El viernes fue el día más aburrido y flojo del fin de semana. Aunque salí a tomar algo, el bar estaba bastante matado y no había nadie conocido. Apareció por allí el amigo de Juan, que ese día no salía porque había quedado con su sobrina. Estuve charlando un  rato con él, y reconozco que con el tiempo me ha ido cayendo bastante mejor.

El sábado regresó el mal tiempo y también la lluvia que al parecer nos acompañaría durante toda la siguiente semana. Parece que regreso del buen tiempo se nos resiste, y ya empiezo a estar desesperado porque llegue el calor. Por otro lado, ese mismo día señaló la finalización de las obras en mi calle, que nos habían invadido con ruidos, polvo y suciedad insoportables durante prácticamente tres meses. Al ir a nadar coincidí con mi tocayo, tan atractivo, que estaba de socorrista. Por la noche salí y me encontré con los Javieres, con los que charlé, finalmente contándoles nuestra movida con el antiguo bar. Resultó que también habían dejado de ir por otra historia acerca de una supuesta deuda de dos euros de mierda. Daniel andaba por allí y se colgó durante un rato, porque estaba solo, pero pasé de él. Juan también pasó por allí y estuvimos de charla en un día que fue animado a pesar de la presencia inoportuna

El domingo fui a comer con mi familia al restaurante habitual, donde los dueños nos invitaron a toda la comida para gran sorpresa nuestra. Tras esto fui a nadar una vez más y por la noche a tomar algo con Juan. Daniel volvía a estar por allí, y llegó a saludar a Juan para invitarle a tomar un chupito. Creo que lo hacía por molestarme, pero yo pasé de él. Fran estaba por allí y volvió a disculparse alegando que no recordaba nada, aunque no sé si era para creerle pero me hizo gracia. La Rusa también apareció e intentó ligarme, pero fracasó porque yo era su segunda opción. Fue gracioso porque otro cliente empezó a acosar a Juanito, que se puso nervioso y se agarraba a mi como si su vida dependiera de un servidor. Al irme me llevé otro beso de despedida por parte de Fran, que no deja de hacerme gracia. Así acabó una semana más.

 Saludos


SENTIMIENTOS QUEBRADOS

  (ENTRADA 537)

 

Después de una semana de sorpresas que me dejaron entusiasmados, llegó la semana en la que la decepción fue el sentimiento imperante. He mencionado en muchas ocasiones que a menudo me he sentido como el chico substituto, a menudo utilizado. Aunque con el paso del tiempo esto ha ido ocurriendo menos a menudo, de vez en cuando llega un recordatorio. Esta Semana Santa ha sido la de los sentimientos quebrados, la de la rueda quebrada que te frena en ocasiones.

 

El lunes quedé con mi padre para comer una paella en mi barrio, y acabar ciertos trámites de la herencia de mi querida madre. Papá aprovechó para ayudarme a colgar un cuadro que me habían regalado hacia un año y tres meses en mi cuarto de baño. El jovencito atractivo seguía de portero, y me enteré que el padre de nuestro portero regular había fallecido. Lo sentí muy sinceramente por él, porque sabía bien como era ese tipo de pérdida. Daniel seguía enviándome algún mensaje de vez en cuando. El martes me despedí de Juan, que se iba de vacaciones, no pudiendo quedar con él debido a lo agotado que estaba.

Fue el miércoles cuando me animé a escribirle para que quedáramos a tomar algo. Las cosas no empezaron bien porque mi idea era ir a la plaza al lado de mi casa, y él quiso ir a otra. Hacía un buen día y yo tuve la suerte de que cagara un pájaro en la camiseta. Además le notaba distante, y me molestó que quedara con otra persona haciendo tiempo de espera el que pasaba conmigo, cuando me había dicho que pasaríamos la tarde juntos. Por otro lado su móvil se había descargado y estuvimos de plaza en plaza buscando quien se lo cargara. Al final fue en el bar de la plaza al lado de mi casa donde se lo cargaron. Como había quedado, se despidió de mí en mi portal, y fue entonces cuando le dio por intentar besarme. Esto me molestó bastante, y se lo hice saber. Así que volví a casa pensando que esto era un juego del cual tenía que salir, aunque decidí dar el beneficio de la duda.

El Jueves Santo ya teníamos la calle completamente abierta. Faltaban algunos detalles, pero todo parecía apuntar a que las obras habían finalizado casi por completo. Al salir en coche para comer con mi familia, me encontré a un coche aparcado en dirección contraria y bloqueando la calle. Salió marcha atrás queriendo dejarme a salir para volver a aparcar, pero no le dejé. Estoy harto de los jetas que creen que pueden hacer lo que les viene en gana. El me retó a que llamara a la policía y así lo hice, obligándole a marcharse del lugar. La policía me dijo que enviaría una patrulla a asegurarse de que no repetiría el incidente. Aunque salí como hacía normalmente, me encontré bastante solillo y la verdad es que eché a Juan mucho de menos. Pero por lo menos, le pude enseñar a José el USS Enterrprise ya completamente restaurado, dejándole bastante impresionado por el cambio.

USS ENTERPRISE 02-04-18

El viernes no ocurrió nada en particular y aunque salí, regresé a casa bastante pronto. Me sorprendió que era la primera vez que la piscina estaba petada durante la Semana Santa.

Fue el sábado cuando Daniel contactó para preguntarme si iba a salir esa noche. Le hice saber que lo haría y quedamos en vernos. Sin embargo, no apareció en toda la noche. Solo pude charlar un rato con Pedro, el de mi tierra, y al final opté por marcharme bastante abatido. Hacía mucho que no me daban un plantón en esas condiciones y mentiría si dijera que no me dolió mucho. Antes de acostarme le escribí un mensaje indicándole que no quería volver a saber de él.

Ya el domingo me escribió preguntándome el motivo de mi mensaje, y cuando le expliqué que no era rueda de repuesto de nadie y que me había plantado, le indicó que había quedado con una prima y había decidido no salir… como si tal cosa. Me dijo que no me molestaría más, como si yo hubiera hecho algo, y yo le indiqué que me parecía perfecto. Así que estuve todo el día muy triste cuando acudí a misa y a comer con mi padre. Tras dormir una necesaria siesta fui a tomar algo y me encontré con que Daniel estaba en el bar, aunque pasé de él. Él se acercó para intentar contactó solo le di la mano, y le indique que me dejará y así lo hizo. Intentó camelarme con una sonrisa, pero no funcionó. Al final, y curiosamente, acabé haciendo compañía a Paul, que acababa de ser dejado por su supuesto novio. Aunque la verdad, viendo sus actividades extramaritales, me sorprendió que no hubiera ocurrido antes. Tras tomar algo, me fui a casa bastante triste. No me dejan de sorprender las decepciones de la vida, aunque ya sé de buena tinta que hay cosas muchas peores.

Saludos