Archivo para May, 2017

RUTINAS TEDIOSAS

  (ENTRADA 493)

 

Parece que después del pequeño susto durante el quinto ciclo, hemos podido disfrutar de una semana mucho más tranquila, caracterizada por los intensos calores que nos han invadido. Mi madre ya estaba mucho más descansada y se enfrentó a la rehabilitación sin problemas durante la semana. Por lo demás, para mí ha supuesto un necesario descanso sin problemas añadidos que le agobiaran. Sin embargo todas las rutinas de nuestra cambiada vida me parecen bastante tediosas.

 

El lunes, mi madre todavía estaba algo cansada. Sin embargo fue a rehabilitación y no tuvo mayores problemas durante la misma. Últimamente tenemos bastantes problemas con los Eurotaxis. Llegan tarde a pesar de que los pedimos con horas de antelación, y tienden a ser bastantes descorteses. En esa ocasión nos tocó uno majo, pero que conducía bastante mal abusando del freno de mano. Yo intenté armarme de paciencia, pues esa semana me tocaba llevar a mi madre tres veces a rehabilitación.

El martes fue un día más bien tranquilo. Acudí a natación, donde ahora me saluda siempre un monitor de mí mismo nombre. Tras esto fui a comer con mis padres hasta que mi hermano llevó a mi madre a rehabilitación. Yo pasé la tarde en casa intentando desconectar y refugiado del calor.

El miércoles me tocó llevar a mi madre, y nos tocó un taxista bastante borde tanto de recogida como de vuelta, llegando diez minutos tarde en cada una de las ocasiones. La verdad es que resulta francamente frustrante que factores que deberían contribuir a que nuestra carga fuera más leve, insistan en lo contrario. Tras llevar a mi madre de regreso a casa, yo volví a la mía. Ese mismo día abrían la piscina de mi casa, y ahí estaba el mismo joven socorrista del año pasado. Me di un chapuzón rápido para despejarme y pasé la tarde tranquilo.

El jueves tenía el día libre, así que tras comer con mis padres y despedir a mi hermano me retiré a casa. Me volví a dar un baño rápido y más tardé quedé con Juan para tomar algo. Nos encontramos con Juan Carlos, un tipo algo excéntrico que conocíamos del antiguo bar y que se nos colgó un rato. La verdad es que echamos unas risas tomando algo y desconectando de distintas cosas.

Ya el viernes, llevé de nuevo a mi madre a rehabilitación. Allí nos encontramos con Inés, una paciente que me cae muy bien y que había tenido problemas de riñón. Parecía que estaba mejor aunque cansada debido a la quimio. Mi madre tuvo su sesión y regresamos a casa acabada la semana. La verdad es que cada vez estoy más convencido de que no vamos a avanzar lo suficiente para visitar nuestra tierra natal en verano. La verdad es que este proceso es lento y frustrante. Al regresar a casa realicé una muy necesaria limpieza de todo. Por la noche quedé con Juan y fuimos a tomar algo al bar. Como estaba de bastante buen humor, accedí ir a la disco a tomar algo. Sin embargo, nos la encontramos prácticamente vacía por lo que nos fuimos tras tomar algo rápido.

El sábado toda la familia comió en la tasca cerca de nuestra casa. La verdad es que estuvo bastante bien, y mi madre aguantó sin problemas aunque la verdad es que el sitio estaba bastante lleno. Tras la comida fui a hacer la compra y le hice el recado a mi madre de llevar su reloj a que le cambiaran la pila. Regresar a casa fue algo más complicado debido a una manifestación cercana. La tarde la pasé acabando un juego de “Sherlock Holmes” que me ha tenido bastante entretenido. No quedé con Juan debido a que éste tenía una cena y había acabado a las dos menos cuarto. Así que opté por acostarme temprano.

El domingo me levanté y me reuní con mis padres para ir a misa. Tras esto comimos en el restaurante habitual acompañados solamente por mi hermano. Por lo menos la temperatura había bajado algo y al estar nublado no fue tan difícil acudir allí. De hecho, de camino al restaurante nos llovió un poco. Me hizo gracia ver al hijo de los dueños del restaurante fumando fuera. Es curioso ver cómo pasan los años. Ya por la noche quedé con Juan para tomar algo. Aunque el bar estaba bastante vacío, nos sorprendió ver a gente como Luismi, su colega de la perrita, John, o la propia Marichu. La verdad es que pasamos un rato muy agradable de risas con José y José Manuel, antes de retirarnos a descansar.

Así que en general no ha sido una mala semana, aunque algo monótona. Yo me conformó con que no surjan más problemas.

 

Saludos


QUINTO CICLO

  (ENTRADA 492)

 

Llegada la semana del quinto ciclo, se nos ha confirmado que las cosas van bien tras ver el informe comparativo de los tumores de mi madre. Aunque la verdad es que tuvimos otro susto cuando durante la sesión de quimioterapia mi madre volvió a atragantarse. La verdad es que por lo menos todo quedó en el mencionado susto, y las cosas continuaron bien. Supongo que tras dos meses de relativa tranquilidad tocaba un susto menor.

 

El lunes fue festivo en Madrid, y nos animamos a ir al restaurante de siempre a comer. Yo llegué antes para acompañar a mis padres a misa. Mi madre aguantó bastante bien y como vino la familia de mi prima, la velada estuvo entretenida. Tras esto acudí a nadar y por la noche tomé algo con Juan. De esta forma acabó el puente y tocaba regresar a la rutina una vez más.

El martes no me tocaba llevar a mi madre a rehabilitación, pero fui a comer a casa de mis padres. Así que aproveché y acudí a realizar un encargo de mi padre, que estaba buscando unos plumeros extensibles. También fui de compras a por algunos cómics y actualicé mi colección de discos de eurovisión.

El miércoles me tocó llevar a mi madre a rehabilitación y la llevé solo, ya que mi padre tenía una comida con unos amigos y le habíamos animado a que fuera para desconectar de todo. Yo estuve en el mesón y aproveché para leer un poco mientras me tomaba un par de cafés. Sin embargo, mi padre acudió a recogernos justo cuando salíamos de la rehabilitación. Por lo menos lo había pasado bien comiendo con los amigos, que era lo importante. Ya por la noche, quedé con Juan para acudir al aniversario del bar al que vamos ahora, donde todos fueron muy amables como siempre. De hecho, uno de los camareros me había enviado una invitación al Facebook, y luego nos regalaron un CD de la música que ponían allí.

El jueves no tenía que llevar a mi madre a rehabilitación y aproveché para ir al Fnac a realizar unas compras. El día se caracterizó por sus tormentas y no pude salir con Juan ya que al día siguiente teníamos madrugón para el quinto ciclo de quimioterapia de mi madre. Para asegurar que me dormía me tomé un somnífero y acosté pronto.

El viernes el oncólogo nos confirmó que uno de los tumores parecía haber desaparecido y no se tomó el informe comparativo demasiado en serio. La analítica también reveló que todo estaba muy bien, por lo que mi madre tuvo el quinto ciclo de quimio. Sin embargo, las cosas se complicaron cuando al comer un sándwich vegetal volvió a quedar atragantada con un trozo en el esófago. Como podía respirar perfectamente, esperaron a que completara el ciclo y luego la llevamos a urgencias. Allí le inyectaron un medicamento para que ayudara a tragar el trozo atascado, y tras tres horas de espera logró tragarlo. Entre una y otra cosa nos pegamos nueve horas de hospital. La verdad es que hay veces en que mi madre no es capaz de controlar esas ansiedades, que son las que nos han llevado ya tres veces a urgencias. A pesar de estar agotado acudí a nadar por la tarde y después quedé con Juan para ir al cine. Fuimos a picotear a un bar que estaba bastante bien, donde charlamos y pude desahogar el frustrante día que había pasado. Picamos unas croquetas, unas patatas bravas y una ensaladilla rusa que estaban muy bien. Tras esto fuimos al cine, donde vimos “Alien: Covenant”. A Juan no le gustó la película y yo tuve sentimientos encontrados. En lo que coincidimos fue en que la trama se volvía excesivamente trascendental.

 

Como estábamos demasiado cansados, y Juan no se encontraba del todo bien, optamos por no salir y fuimos a nuestras respectivas casas.

Llegado el sábado y aunque mi madre se había negado el día anterior, fuimos a comer a un pequeño restaurante cerca de casa. Mi padre había hablado seriamente con mi madre, cuya actitud de negativa el día anterior nos había frustrado a todos. La verdad es que aguantó perfectamente y tuvimos una buena comida. Tras esto fui a hacer la compra y a nadar. También me animé a salir con Juan, pues en el fondo lo necesitaba. El bar estaba bastante lleno y me encontré con Orlando y su pareja, conocidos del bar al que solía ir tres años atrás. También pude contemplar que seguían muy aficionados a la bebida. Tras pasar un rato divertido con Juan me retiré.

El domingo me levanté a las once para ir a misa de doce con mis padres. La verdad es que nunca podría haber imaginado que la religión pudiera volver a mi vida, o darme fuerzas para embarcarme en esta pesadilla que sufre mi madre. Y es que si he aprendido algo, es que las cosas no son blancas o negras… en ocasiones hay que fijarse en los tonos grises, ser críticos con lo negativo y abrazar lo positivo. Tras esto, comimos en casa y acompañé a mi padre a recoger unas gambas que había encargado. Curiosamente mi madre estaba bastante cansada esta vez por la quimio, mucho más que las anteriores. Tras la comida fui a nadar de nuevo, y la verdad es que lo hice bastante bien. Ya por la noche quedé para tomar algo con Juan una vez más, y debo reconocer que terminó por ser una noche bastante divertida aunque el bar estaba bastante vacío debido a las celebraciones de futbol en Cibeles. Así acabó una semana un tanto estresante, pero supongo que las cosas tienden a ir mejor tras estos sustos esporádicos.

 

Saludos


FIESTA EUROVISIVA 2017

  (ENTRADA 491)

 

Estabilizadas las cosas durante estas últimas semanas, y con la esperanza de que siguieran así, me permití disfrutar de algo que siempre me ha gustado… Eurovisión. Sin embargo fue un poco extraño, ya que  por primera vez deseaba que quedáramos en último lugar. Era lo merecido tras un tongo descarado y una actitud chulesca de nuestro representante dándole un corte de mangas a los que así lo declaraban. La vida tiende a devolvernos algunas actitudes, y Europa le devolvió el corte de mangas a Manel Navarro, que por sus declaraciones entiendo que no ha aprendido nada.

 

Durante la semana continuamos llevando a mi madre a rehabilitación, y llegaron a ponerla de rodillas por primera vez. También tuvieron un leve percance cuando el Eurotaxi que había acudido a recogerla un día, que estaba acompañada por mi padre y mi hermano, pinchara antes de poder partir. Mi madre también tuvo un detalle para mí, comprándome unas sartenes nuevas bastante buenas. Por lo demás las cosas continuaron desarrollando sin más novedades. Mi padre recogió el informe de comparativa de imágenes de Tac y Pet Tac que no nos clarificó nada, y se reducía a dos párrafos que denotaban poco interés por realizar el informe. Así que tendremos que esperar a ver que nos explica el oncólogo la semana que viene cuando acudamos al quinto ciclo.

El martes realicé compras, pues Juan acudiría a mi casa donde veríamos la primera Semifinal de Eurovisión. Compré unas bandejas de sándwiches y una tarta de chocolate. La verdad es que nos reímos bastante viendo la primera Semifinal, aunque nos pareció que en su mayoría contenía canciones lentas y algo aburridas. Como podíamos votar, opté por la animada y pegadiza canción de Moldavia con sus bailes y coristas vestidas de novias, aunque ya nos llamó la atención la balada de Portugal. El jueves pudimos ver la Segunda Semifinal, que contó con canciones mucho más animadas como la de Israel, Rumania u Holanda. Tras el festival salimos a tomar algo durante un rato.

Ya el sábado llegó el día de la Final del Festival, donde España hizo el ridículo esperado por todos quedando en último lugar y siendo el único país en recibir cero puntos por el jurado, y solo cinco por el televoto. Mi favorita era Italia, que acabó en un segundo puesto. Pero de todas formas me llevé una gran alegría al ver como Portugal se hacía con la victoria por primera vez. La verdad es que la balada era preciosa, si bien el cantante Salvador Sobral parecía algo excéntrico. Quién sabe si tendré la oportunidad de acudir a ver el festival el año que viene. 

Vimos el festival en el bar al que ahora vamos, que al principio tuvo problemas de conexión para iniciar la emisión. Allí nos encontramos con Euge, que se mostró muy simpático a pesar de ser perfectamente consciente de los problemas que habíamos tenido. Parece que no todos creen las calumnias vertidas en las últimas semanas. Tras el festival continuamos tomando algo y ya al cierre nos retiramos.

Volviendo a otros eventos de la semana, el sábado salimos a comer algo fuera, y el viernes quedé con Juan para ir al cine a ver “Guardianes de la Galaxia Vol. 2”, con la cual nos reímos un montón, aunque a mí se me cayeran todas las palomitas al suelo.

 

Así que la verdad es que fue una gran semana, y por primera vez en cinco semanas y media logré desconectar de nuestras tragedias y pasarlo verdaderamente bien. Ahora toca regresar a una nueva semana de rutinas y seguir teniendo fuerzas para ayudar a mi madre.

 

Saludos


DÍA DE MI MADRE

  (ENTRADA 490)

 

Han pasado ya ciento cincuenta y siete días desde que empezó todo, aunque esta semana se ha tornado tranquila con sus más y sus menos. Después del puente, la semana de rutina resultó más bien corta. A pesar de esto, Juan y yo seguimos siendo víctimas de los escupitajos de odio de Miguel y comparsa. Sin embargo, yo me conformé por el día de la celebración del Día de la Madre, que para mí fue el “Día de MI madre”.

 

El lunes comenzó el mes de mayo y continuábamos de puente, y como era el día del trabajador la piscina no abrió sus puertas. Yo partí pronto a casa de mis padres con los que salí a tomar algo a un bar llamado farmacia que visitábamos a menudo. Tras tomar algo tuvimos comida familiar una vez más con la familia de mi prima. Más que otra cosa, esto se debía a que su suegra estaba fuera por motivos de salud. Así que el lunes fue más bien tranquilo, tras lo cual quedé para tomar algo con Juan, aunque de forma muy breve.

El martes no logramos que mi madre se animara a salir a comer fuera. A mí no me gustó eso, ya que siendo fiesta no había tenido rehabilitación y podría haber hecho el esfuerzo. Se lo hice saber, y después partí para ir a nadar. En Internet, observé como Santiago nos insultaba una vez más. Cuando quedé con Juan esa misma noche le comuniqué lo ocurrido. La verdad es que hay gente que ni siquiera sabe ganar y dejar las cosas estar.

El miércoles regresamos a la rutina después del puente. Me tocó llevar a mi madre a rehabilitación, donde la atendió por primera vez un hombre, que además era de inmenso tamaño. La verdad es que fue cómico ver la cara de terror de mi madre al ser recibida por él. Sin embargo, fue un terror infundado ya que el hombre fue muy atento y ejerció de forma excelente sus funciones. La verdad es que solo me tocaba ir a rehabilitación aquel día, así que tras esto me retiré a descansar. El día solo se caracterizó por más difamaciones, esta vez por parte de Miguel actuando como un niño pequeño.

El jueves fue mi día libre, pero me llevé una gran sorpresa. Al conectarme en las redes, descubrí un perfil de Miguel en el que se revelaba que volvía a trapichear. Tanto yo como Juan nos quedamos perplejos, ya que esto mostraba hasta donde su “formidable” pareja le había cambiado. Como Juan se iba de fin de semana a una comunión, quedamos para tomar algo. Juan había mantenido varias conversaciones vía mensaje con Miguel, que parecía dispuesto a dejar de difamarnos, alegando que estábamos muertos para él. No cejo en mi asombro al comprobar como todo esto se ha ido al garete, y es que el que una vez fue un amigo ya no tiene nada que ver con la persona que una vez fue.

El viernes recibí un mensaje de mi hermano pidiéndome que llevara a mi madre a rehabilitación Yo accedí a cambio de que fuera el siguiente, sin problema alguno. Quiso el destino que me tocara un día de marrones varios. Llovía mucho y hacía mucho tiempo. El Eurotaxi llegó con veintidós minutos de retraso para acudir a rehabilitación, y encima el conductor resultó ser un impresentable que nos tocó de ida y vuelta. Ya de regreso limpié mi casa y pasé la tarde y noche relajado, ya que sin Juan no iba a salir.

El sábado me levanté temprano y acudí a nadar, estando la piscina llena de niños, para luego ir a casa de mis padres. La verdad es que me enfadé un poco al ver que mi madre no salía de la cama hasta la una de la tarde, y el cómo mi padre pasaba un poco del tema. Por lo menos les convencí para salir a dar un paseo y tomar algo. Tras esto tuvimos la comida familiar, y después acudí para comprar un regalo para mi madre, ya que al día siguiente era el día de la madre. Acabe por encontrar un bolso de mano muy majo, ya que es lo que utiliza ahora que esta confinada a una silla de ruedas. Tras hacer la compra regresé a casa y pase el resto del día en tranquilidad.

El domingo fue el “Día de mi Madre”. Tras madrugar para ir a nadar acudí a casa para acompañar a mis padres a misa. Tras el servicio le di el regalo a mi madre, que se emocionó y puso a llorar. La verdad es que me alegró ver que el regalo le encantaba. Por primera vez desde que esto empezó cinco meses atrás, comimos fuera en el restaurante habitual al que siempre habíamos ido. Aunque habíamos llamado para reservar el día anterior, nos hicieron un hueco a pesar de estar ya llenos. La verdad es que todo el personal salió a recibir a mi madre, y la cosa se presentó bastante emocionante. La comida estuvo muy bien, y fue un agradable cambio en la rutina que habíamos adquirido. También ayudó el hecho de que hacía un día estupendo. Al marcharnos, todos los trabajadores del restaurante volvieron a salir a despedirse de mi madre. Ya por la noche, quedé con Juan que ya había regresado. Estuvimos tomando algo y nos encontramos con Pedro, quien nos invitó a tres chupitos que no nos sentaron nada bien, por lo menos a mí. Invité a Juan formalmente a ver las Semifinales de Eurovisión en mi casa a lo largo de la semana siguiente. Solo espero que todo siga yendo bien, especialmente para mi madre.

 Saludos


CUARTO CICLO

  (ENTRADA 489)

 

Finalmente, ciento cincuenta y un días o cinco meses, después de que empezara todo, llegó la semana en la que comprobaríamos si tanto sufrimiento nos daría alguna esperanza. La semana fue larga, con múltiples pruebas, mi revisión bianual, y los esperados resultados. Sin embargo, parece que las noticias que nos aguardaban eran buenas después de todo, por lo que nos embarcamos en el cuarto ciclo de quimio de mi madre.

 

El lunes comenzó la semana temprano, ya que tuve que acompañar a mis padres al hospital, para que le realizaran un tac y una radiografía a mi madre. Allí pasamos toda la mañana y nos encontramos con otra paciente de quimio muy maja que ya lleva más de seis sesiones, y con la que coincidimos en repetidas ocasiones. Pasamos toda la mañana allí, hasta que regresamos a casa. Como tenía que pasar toda la mañana en el hospital con mi madre, intercambié el día con mi hermano para llevar a  mi madre a rehabilitación. Yo ya regresé a casa a descansar.

El martes me tocó llevar a mi madre a rehabilitación al haber cambiado el día con mi hermano. Le entregamos una copia de la radiografía a la directora de la clínica, que seguía como una malva conmigo. Tras regresar a casa fui a correr de nuevo, aunque noté un gran dolor en la espalda que se debía  a una mala postura al pasar a mi madre a la camilla del tac el día anterior.

El miércoles me tocó volver a llevar a mi madre a rehabilitación, y me alegré al enterarme que había ido a tomar algo con mi padre a una taberna a la que solían ir a menudo. Tras la comida salí de nuevo a correr, y lo llevé bastante mejor aunque seguía notando molestias en la espalda.

El jueves me tocó acudir a recoger los resultados de mi análisis. Aunque todo estaba bastante bien, el virus había salido a dar un paseo, y había sido detectable por primera vez en seis años. Esto me entristeció en el sentido que verificó que seguía en mi cuerpo. Sin embargo, mi médico aseguró que se trataba de un blip, que a veces ocurría y que no tenía nada de lo que preocuparme. Curiosamente, y con todo el estrés acumulado, el colesterol me había bajado. Mi médico se mostró muy compresible con todo lo que habíamos pasado, y para que me quedase tranquilo me programó una prueba para controlar mi carga viral en dos meses. A mí me da igual… lo único que me importa ahora es mi madre. Tras la consulta, fuimos a recoger el tac de mi madre, y aunque no entendía del todo el informe me dio la impresión de que la cosa había mejorado. Esa noche, me costó mucho dormir, solo lo hice durante tres horas, preocupado por lo que nos dirían al día siguiente.

El viernes fuimos a ver al oncólogo, que nos confirmó que los tumores habían menguado y que la analítica de mi madre era espectacular. El tumor del pulmón había pasado de dieciocho a quince milímetro. El del hígado de treinta y siete milímetros había pasado a treinta y tres; y el del hígado de veintitrés mm había desparecido. Pendientes de una comparativa de imágenes, el oncólogo determinó que todo iba bien y mi madre procedió a recibir el cuarto ciclo de quimio. Tras cuatro horas y media, regresamos a casa y yo fui a nadar. Mi madre estaba emocionada por las buenas noticias y no pudo evitar llorar. Por la tarde dormí una necesaria siesta, ya que estaba agotado. Por la noche salí con mi gran amigo Juan, con quien bebí algo antes de retirarme bastante cansado. Ese mismo día mi primo David tuvo a su primer hijo.

El sábado tuvimos comida familiar con la familia de mi prima, y nos echamos unas risas viendo viejos álbumes de fotos, sobre todos los del servicio militar de mi padre. Ese día fui a hacer la compra y comprarme unos videojuegos de “Uncharted”, “Sherlock Holmes” y “Resident Evil”. No salí por la noche ya que al día siguiente quería ir a misa  con mi madre, a la que tuve que convencer para que acudiera.

El domingo me desperté temprano y fui a nadar, para ir luego a misa con mi familia. Mi madre se había animado a ir a pesar de que era un día lluvioso. Tras la ceremonia regresamos a casa y la familia de mi prima volvió a visitarnos para comer todos juntos. Tras cinco horas con mi madre, regresé a casa para descansar. Por la noche quedé con Juan, y la verdad es que me divertí como hacía tiempo que no lo hacía. Comenzamos en el bar, que estaba bastante lleno, donde nos encontramos con Ramón. Después fuimos a la discoteca, y aunque estaba demasiado vacía pasamos un buen rato bailoteando. Conocimos a un grupo muy majo con el que bailamos. Entre ellos había un paisano algo mayor, pero que me pareció me hacía ojitos. La verdad es que lo pasé bastante bien, y percibí que llevaba tiempo sin divertirme tanto. Ya cansado me retiré, agradecido de una buena semana y con la esperanza de que este sea solo el comienzo del rumbo hacia la verdadera esperanza.

 

Saludos