FIESTA EUROVISIVA 2015
(ENTRADA 388)
Pues ha sido una semana de lo más movidita, en la que ha tenido lugar el Festival de Eurovisión, cita que como siempre no me he perdido. Sin embargo, por primera vez en muchos años, he cambiado de destino a la hora de ver el espectáculo. De esta forma, acudí al nuevo bar a ver el festival, siendo la primera vez en más de una década que no acudía al bar habitual para disfrutar del mismo. Aunque la actuación de Edurne me pareció bastante lograda, nos tuvimos que conformar con un mísero puesto 21 en la clasificación.
Pero volviendo al comienzo de la semana, esta se mostró bastante movida, entre otras cosas porque el domingo también teníamos elecciones locales. Pero la semana comenzó con mi primera visita anual a extracciones para mi control de salud, esperemos que el odiado colesterol siga bajo control, de lo cual me enteraré mañana. Al día siguiente acudí a comer al italiano cerca de casa, donde presencié una situación que me afectó profundamente. La encargada del restaurante se fue apoyada en una compañera y un miembro de emergencias llorando desconsoladamente. No sé qué había pasado exactamente, pero la escena me provocó verdadera lástima y empatía.
El jueves acudí al nuevo bar para asistir a una fiesta Eurovisiva en preparación para el festival del sábado. La verdad es que pasamos un rato de lo más divertido, en el que la pareja de Miguel se disfrazó de Salomé para diversión de todos los allí presentes. Fue una velada de lo más divertida, y terminé por marcharme al cierre. Ya el viernes acudí nadar, como el resto de la semana. Solo coincidí brevemente con Greñas en las escaleras un día, y como siempre nos saludamos con una sonrisa. La verdad es que el viernes estaba agotado, pero terminé por salir de nuevo a tomar un par de cervezas. Me encontré con una chica muy maja llamada Mari, la cual había conocido a través de José el Canario. Terminé por retirarme a las tres, verdaderamente agotado.
El sábado llegó el gran día. Tras comer con mi familia y hacer mi compra habitual, me dirigí al bar H. Allí estuve de charla con Juanma, así como con Manolo y Luis cuando llegaron. Pronto me retiré para recoger unos sándwiches que había comprado para compartir con los asistentes al festival. Allí nos pusimos a ver el evento, y poco a poco el bar se fue llenando de gente, entre los que estaba Stefan. Los dueños organizaron una porra en la que teníamos que escribir quien creíamos que iba a ganar, y en que puesto pensábamos que iba a quedar España. Yo fui demasiado optimista, otorgando un cuarto puesto para nuestro país, aunque prácticamente todo el bar apostó por que Suecia sería la ganadora. Y efectivamente “Heroes” fue la canción ganadora interpretada por el guapísimo Måns Zelmerlöw, y con una de las puestas en escenas más chulas que he podido ver.
Tras el festival, y la decepcionante posición de Edurne, seguimos tomando algo. Un antiguo empleado de un bar de espectáculos al que había acudido, apareció por allí bastante perjudicado y me planto un besazo. Curioso cuando siempre había sido algo borde con un servidor. También conocí a una pareja amigos de Stefan. Uno de ellos, de pelo largo y canoso aseguró haberme conocido hace ya casi once años. La verdad es que era bastante majo, pero como siempre con pareja. Nos sacamos unas fotos, y luego bailoteamos un rato hasta que llegó la hora de marcharse, de una excelente y divertida velada.
El domingo fallé en mi acostumbrada natación porque estaba francamente agotado. Acudí a comer con mis padres, a los que dejé en coche en su colegio electoral. Tras esto, regresé a casa, acudí a votar, y me dirigí al Bar H. Allí apareció David, quien me sorprendió regalándome chucherías. También acudieron Manolo y Luis, pero lo que más me sorprendió fue la presencia de Carlos, de quien no sabía nada desde hacía tiempo. En un momento que estábamos solos me contó que había perdido la agenda y me volvió a pedir el número. Acabamos en su casa, donde la verdad que pasamos el mejor rato desde que nos conocemos. De camino a casa pasé a saludar a Miguel y tomar un par de cervezas. Tras esto, me fui a dormir después de una semana de lo más agitada, pero formidable.
Saludos
PUENTE DE ALTIBAJOS
(ENTRADA 387)
Ha sido una semana corta, debido al puente, ya que el viernes era festivo. La verdad es que en términos generales ha estado bastante bien, y continuó en esa rutina de conocer gente, participando en dos cumpleaños de nuevas personas, aunque desgraciadamente también tuve una seria bronca con mi madre que me dejó bastante afectado. Así que bien se podría decir que ha sido una semana de altibajos.
En mis rutinas “piscineras” he coincidido poquísimo con Greñas, lo cual también me ha provocado un poco de bajón, ya que debo admitir que su presencia me alegra. Pero en fin, por lo menos sigo con mis rutinas, las cuales debo reconocer que me vienen muy bien. Además, hubo un día en el que sí coincidimos, yo llegaba y él se iba. Yo estaba dejando mi toalla para ir nadar y él me saludó cuando pasaba por detrás de mí.
El viernes fui a comer con mis padres, y la verdad es que mi madre tenía uno de esos días francamente insoportables. Hacía tiempo que no teníamos una bronca, pero esta vez se puso francamente insoportable, y terminé por marcharme cuando estaba tomando el café. Aproveché para ir a lavar el coche, y comprar unas gafas de natación nuevas, ya que se me había roto la correa de las mías. Decidí pasar por el Bar “H”, donde se encontraba Chema. Me comunicó que iba a invitar a algunos habituales a tomar algo en el bar de al lado, y tuvo la cortesía de invitarme. Entre otros, acudieron Luis y Manolo. La verdad es que fue agradable, aunque me temo que el bar de al lado no tiene mucho futuro, porque éramos los únicos que nos encontrábamos allí. Después de la celebración pasé por el nuevo bar, pero no duré demasiado porque estaba verdaderamente cansado.
Al día siguiente tocaba comida familiar una vez más, a la que también acudían mis primos y mis sobrinas. Aunque no era yo el que debía hacerlo, me disculpé con mi madre para evitar más conflictos. Ella no solo no se disculpó, sino que además aceptó mis disculpas. La verdad es que era para haber montado otro pollo, pero opté por dejarlo pasar. Por lo menos las cosas volvieron a la normalidad. Por la tarde pasé por el Bar H, donde supe el nombre de un habitual con el que ya había hablado. Se llamaba David, y estuvimos charlando sobre cine de los años ochenta. La verdad es que nos echamos unas buenas risas. Aunque hubo algún que otro pesado que nos interrumpió. Terminé por marcharme, porque esa noche tenía otro cumpleaños en el nuevo bar. Un tío muy majo llamado Stefan me había pedido que pasara por allí, y tuvo el detalle de invitarme a un par de cervezas. No sé cómo fue la cosa, pero terminé besándome con uno de sus amigos, aunque lamentablemente terminó por marcharse. Ya cansado, terminé por marcharme yo también.
El domingo volví a comer con mis padres y acudimos a un restaurante al que hacía tiempo que no íbamos, donde pude tomar algo de sidra. De regreso en el Bar H, seguí hablando con David, Luis y Manolo, y ampliando el círculo charlando con gente nueva. Nos reímos mucho viendo situaciones dispares como un paisano dándole la brasa a un chaval, ya que más mantener una conversación con él, profería un monologo. Luego había otro personaje de avanzada edad con un chaval, y la verdad es que estaban con las hormonas algo disparadas. Regresé por el bar perruno, donde nos reímos bastante cantando algunas canciones antiguas, pero terminé por marcharme algo agotado.
Está semana y la que viene toca sesión de control de salud, lo cual es un coñazo. Solo espero que el tabaco no me haya perjudicado en nada.
Saludos
NUEVOS CIRCULOS
(ENTRADA 386)
El calor intenso ha aparecido como marcador del inminente verano. Parece mentira, pero esta temporada está transcurriendo a gran velocidad. Mi nuevo proceso de integración continúa adelante, con sus cosas buenas y sus inevitables problemas. Como siempre, me he dado cuenta que en ocasiones tardo demasiado en efectuar cambios que son positivos en mi vida… pero todo llega para el que sabe esperar, y la paciencia siempre ha sido mi mejor virtud. De esta forma, me voy introduciendo en nuevos círculos.
La rutina semanal ha continuado incluyendo mis necesarias dosis de natación. No he coincidido tanto con Greñas, por cuestiones de horarios más que otra cosa. Aunque continuamos saludándonos, me da la sensación de que la situación está estancada en lo relativo a la trama, pero lo que daría por un beso suyo. Pero en fin, dejemos estas cursilerías tan propias de mí para pasar a otros menesteres. La paciencia seguirá siendo mi mayor arma, aunque me gustaría que por una vez uno de mis cuentos tuviera un final feliz.
Mis padres decidieron ir al norte este fin de semana, ya que el tiempo había mejorado considerablemente. Por mi parte, decidí salir el viernes a tomar algo y acudí al nuevo bar. La verdad es que Miguel y su pareja están haciendo un trabajo encomiable como propietarios. Cuidan a sus clientes con esmero, y tienen detalles hacia ellos sin dar nada por sentado. Además Miguel y servidor intercambiamos números de teléfono, ya que compartimos afición por el mundo de los superhéroes. El bar se llenó rápidamente y opté por retirarme.
Al día siguiente, me desperté tarde al no tener la acostumbrada comida familiar, y tras mi natación y compra habitual me dirigí al bar H, donde me encontré con Luis y Manolito. La verdad es que cada vez encajo más, habiéndome metido un grupo que cada vez incluye más gente como Chema, Paula, y otros cuyos nombres no logro centrar. Resultó que al lado del bar habían abierto otro donde regalaban camisetas promocionales, con que decidimos ir allí en bloque para obtener unas camisetas y tomar algo. El bar estaba bien, pero había ciertos detalles que me hicieron pensar que el negocio no iba a funcionar. Chema venía acompañado de un muchacho interesante, y que me pareció que se fijaba en mí, pero nada ocurrió. Como la gente empezó a retirarse, yo opté por acudir solo al nuevo bar, donde conocí a un habitual llamado Stephan, bastante majo, aunque algo grillao. Tuvo el detalle de comunicarme que el siguiente sábado celebraría su cumpleaños en el bar, y me invitó a que acudiera. La verdad es que no sé cómo, pero aguante hasta el cierre en el bar, donde hacía mucho calor.
Ya de domingo, seguí mi rutina de nadar y comer fuera solo, tras lo cual regresé al Bar H, donde me encontré de nuevo con Luis y con Manolo. Tomamos unas cervezas y conocí a David, otro habitual bastante majo aunque de forma de ser bastante peculiar. Tiene una sonrisa muy dulce, pero en ocasiones me dio la sensación de que iba algo de sobrao. Regresé al nuevo bar, donde me encontré con Dioni, el Canario, y curiosamente Miguel y el cantante, ambos amigos de Vázquez. Una amiga del Canario celebrara su cumpleaños, y todos pasamos un rato muy divertido. Curiosamente apareció Pedro, del bar habitual al que he dejado de ir, pero aparte de un saludo inicial, se mostró bastante distante, una verdadera pena. Ya cansado, opté por retirarme. Aunque me da pena que haya que dejar aspectos del pasado atrás, reconozco que por primera vez he escogido ser yo mismo mi prioridad, y el cambio me está otorgando aspectos muy positivos.
Saludos
MONTAÑA RUSA
(ENTRADA 385)
La semana se ha caracterizado por un ascenso de la temperatura gradual, así como por el puente de mayo, algo más corto este año de lo habitual. Si tuviera que descubrir los eventos del último mes, los definiría como una montaña rusa de emociones. Esto conlleva tanto aspectos positivos como negativos, aunque por lo menos siento que mi vida empieza a cobrar un nuevo sentido. A donde me llevará, eso solo lo puede decidir el paso del tiempo.
Y es que el verano ya está de nuevo a la vuelta de la esquina, lo cual parece mentira, señalando lo rápido que ha pasado este nuevo año. La semana ha transcurrido con bastante rapidez. Sigo cruzándome con Greñas y seguimos saludándonos, pero todo parece indicar que todo se va a quedar ahí. Reconozco que en ocasiones me monto unas películas monumentales, pero al mismo tiempo tengo que reconocer que eso ha sido siempre un aspecto de mí mismo que me ha gustado.
Llegado el fin de semana, la piscina cerró en el día del trabajador, por lo que me animé a salir el jueves y viernes noche. Acudí al nuevo bar, donde me encontré de nuevo con Dioni. Sin embargo, debo admitir que su falta de iniciativa ha terminado por aburrirme, y que la conversación me deja francamente anestesiado. No niego que parece ser un buen tío, pero debo admitir que he perdido todo el interés que pude tener en un momento dado. Mi familia optó por permanecer en Madrid durante el puente, por lo que acudí a comer con mis padres todos esos días.
No fue hasta el sábado que opté por pasar por el Bar “H”, donde tuve la gran sorpresa de encontrarme con mi antiguo amigo Sabino, a quien no veía desde que nuestro enorme grupo de amigos terminó por disolverse. Estuvimos charlando un buen rato y recordando viejos tiempos, y le presenté a uno de los habituales del bar, David, que estuvo charlando con nosotros un buen rato. Más tarde llegaron otros habituales como Manolo y Luis. El primero no es mala gente, pero me da la sensación de ser algo aficionado a las copas. Luis es un hombre de avanzada edad bastante amigable, y con el que he conectado sin mayores problemas. Ambos quedamos prendados con un cliente, que también parece ser habitual, de pelo largo. Lo que más rabia me dio fue que conocía a David, y que en un momento en el que estaba solo no tuvo la cortesía de presentarme, tal y como yo había hecho con mi amigo Sabino. En fin, pasada la tarde, decidí ir a por una pizza para cenar, y después acudí al nuevo bar. Sin embargo, estaba demasiado cansado por lo que decidí retirarme tras tomar una cerveza más.
El domingo fue el día de la madre, y a la mía le regalé una taza con la frase “Mi mamá me mima”, y unos libros que le gustaron mucho. Tras la comida acudí de nuevo al Bar “H”, donde me reencontré con Manolo y Luis, y conocí a otros habituales. Las verdad es que lo pasé muy bien, y voy notando como voy encajando, bastante mejor que en el bar nuevo.
Hoy lunes ha supuesto un regreso a la rutina. He acudido a nadar de nuevo, y después decidí salir a comer y acudir por la tarde al cine para ver “Los Vengadores: La Era de Ultrón”, que no había podido ir a ver durante todo el fin de semana. La película fue simplemente formidable.
Ahora solo queda volver a la rutina de una nueva semana, suspirando por mi Greñas, y soñando con un final feliz, aunque probablemente no tenga lugar nunca.
Saludos
FORTALEZA DE LA SOLEDAD 