Archivo para julio, 2014

UNA DURA DESPEDIDA

  (ENTRADA 345)

 

Llegó el momento que todos temíamos desde antes de Navidades. Mi querida tía falleció el viernes de madrugada, poniendo final a dos semanas en las que la pobre ya había dejado de poder de salir y apenas mantenía consciencia. De esta forma el fin de semana ha sido uno de los más difíciles que me ha tocado experimentar en mucho tiempo.

 UNA DURA DESPEDIDA 28-714

La semana había empezado bastante bien y con tranquilidad. Prácticamente salí todos los días a tomar algo con Bea y Pablo. El martes les acompañé para ir de merendero, a donde se sumaron los críos, como es normal. También vino Esteban más adelante. La verdad es que comimos muy bien, y pasamos una muy buena tarde. Ya de miércoles quedamos de nuevo con nuestros amigos Yogui y Mercedes para tomar algo en la Plaza Mayor. Después cenamos en el barrio de pescadores y también resultó ser un día formidable. El jueves fue un día lluvioso y me relegué a quedarme en casa tranquilo. Por otro lado, por fin pude estrenar la playa, aunque me quemé bastante la espalda, en compañía de mi madre. La rutina de correr parece ir bastante bien, y seguí corriendo cuatro kilómetros cada día con toda tranquilidad. Poco a poco, voy recuperando mi forma física.

El viernes fue el día fatal. Por la noche quedé a cenar en un mejicano, en compañía de Pablo, Bea, Luci y los críos. Tras comer decidí pasar por el Carmen para tomar una cerveza en compañía de José y Mónica. Mi tía ya llevaba un día sedada, con lo que algo me decía que tenía que volver a casa pronto. Es curioso como el instinto te ayuda en ocasiones, aunque pueda resultar escalofriante.

Debido al intenso calor no había sido capaz de dormirme, y a la tres y media de la madrugada sonó el teléfono. Se trataba de mi prima, para informarnos de que la tía había fallecido. Me tocó a mí despertar a mi madre y comunicarle la triste noticia. A las cuatro de la mañana acudimos a casa de mi tía, donde tuve el valor de entrar en la habitación de mi querida tía para darle mi último adiós. Una vez llegaron los médicos para confirmar el fallecimiento, regresamos a casa para descansar un par de horas.

Ya en sábado, llevé a mis padres y a mi primo Esteban al Tanatorio, para prepararlo todo para lo que sería un muy largo día. Antes de partir, me tocó observar como los responsables del Tanatorio sacaban el cuerpo de mi tía de su casa, algo que me dejó bastante tocado. A mí, personalmente, se me hizo eterno. Aparecieron infinidad de familiares, muchos de los cuales no había visto en largos años. Pablo y Bea también tuvieron la deferencia de aparecer para dar el pésame. Yo apenas había dormido dos horas la noche anterior, con lo que tuve que recurrir de forma intensa al tabaco para soportar un día desde las ocho y media de la mañana hasta las nueve de la noche. Debo decir que algunos familiares resultaron encantadores, particularmente mi tía Begoña, quien se mostró muy cariñosa. Mi tía Esther apareció bastante afectada, pero con la compañía de varios familiares, todo se le hizo más llevadero. Nunca había visto un ataúd tan acompañado de flores, lo cual me confirmó que mi tía era una persona muy querida por todos. Aparecieron familiares con los que en el pasado había tenido lugar un distanciamiento evidente, y de esta forma, acompañados del dolor todo quedó olvidado.

El domingo regresamos por la mañana para la incineración, y acudimos a una misa en el Tanatorio. El resto del día intentamos descansar, y yo quedé con mi amigo Ramón para tomar unas cervezas y desconectar un poco, lo cual era necesario.

Ya en lunes, tuvo lugar el funeral, donde todos mis esfuerzos de contención fueron un fracaso, y no pude evitar echar a llorar por quien había sido una gran mujer. El día fue nublado y muy bochornoso. Por la tarde acudimos a depositar las cenizas de mi tía en el columbario de San Pedro, donde tenemos un nicho familiar. De esta forma finalizó un fin de semana excesivamente largo y agotador.

No quiero concluir estas líneas sin señalar que la falta de mi tía se ha de notar en el futuro. Ella fue como una segunda madre para mí. Cuando mis padres se mudaron a Madrid, yo me tuve que quedar con seis años hasta que todo estuviera preparado, y viví con ella unos meses. Cuando acudía siendo un preadolescente, de vacaciones de verano, siempre residía con ella durante las primeras semanas. El año que viví en mi ciudad natal tras finalizar mis estudios universitarios, comía con ella todos los días, y además acudía al teatro en su compañía. Fue quien me ayudó a salir del armario ante mi madre, brindándome todo su apoyo, así como cuando estuve gravemente enfermo. Siempre tuve una conexión especial con ella, ya que parece haber sido la única que me entendía de verdad entre todos mis familiares. Su ausencia será notada, aunque siempre he creído que las buenas personas nunca mueren del todo.

 

Besoides


DIFICIL REGRESO AL DEPORTE

  (ENTRADA 344)

 

Esta semana ha supuesto el regreso a la actividad deportiva desde que sufriera mi episodio de costocondritis. Dicho problema me había dejado un mes y medio sin poder hacer ejercicio, y era consciente de que me iba a costar un gran esfuerzo regresar a mi rutina de correr. Para no forzar demasiado la máquina y comprobar si estaba recuperado del todo, decidí comenzar con unos simples cuatro kilómetros diarios; y menos mal que tuve dicha prudencia. De esta manera he vuelto a correr.

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La verdad es que agradecí el empezar con tan poco énfasis, pues estuve tres días con unas agujetas tremendas. Pero por lo menos, me sentí bien comenzando de nuevo y noté como el catarro que me había acompañado durante el último mes me abandonaba rápidamente.

El lunes quedé con un chaval de Avilés. La verdad es que estaba un poco grillado, no parecía callar nunca, y la cosa no fue para tanto. También quedé con un chaval rubiales, quien intentó pasarse de listo, aunque no se lo permití, por primera vez en mi vida. Esto fue todo lo que pude aprovechar en la semana en la que estuve solo antes de que vinieran mis padres.

El martes por fin pude quedar con Pablo y Bea, encontrándome también con sus niños Sara y Nico. Aunque estos dos últimos se mostraron algo reacios hacia mi persona, debo admitir que no tardé en hacerme con ellos una vez más. Pasamos una buena tarda tomando unas sidras cerca de casa, lo cual fue de agradecer. Di rienda suelta a mi lado más infantil comprándome un álbum de cromos de Spiderman, y debo admitir que me lo pasé genial pegando cromos como cuando era solo un renacuajo. El miércoles fue un día bastante tranquilo, y simplemente llamé a José para felicitarle por su cumpleaños. El jueves me perdí una gran mañana de playa pues venían a instalar el nuevo micro en casa, y tuve que estar allí.

Ya el viernes, llegaron mis padres a la ciudad. Quedamos con mi tía y mi prima, y se quedaron espantados al ver como solo en un mes se había caído en picado debido a su enfermedad. Sus últimos análisis eran desastrosos, y todo parece indicar que nos dejará en algún momento de este verano. De hecho ya no puede ni salir de casa. También llamé a mi vecina Ana, pues era su cumpleaños y había que felicitarla. Ese mismo día, me animé a ir al cine para ver “El Amanecer del Planeta de los Simios”, película que me pareció simplemente sobresaliente.

 EL AMANECER DEL PLANETA DE LOS SIMIOS

Pasé por el bar de Mónica, donde tomé algo antes de pasar por el bar de ambiente, que estaba completamente matado. Ya de sábado fuimos a comer a “Viñao”, y tras dormir una necesaria siesta quedé con Ramón en el bar de Mónica. Ramón estaba más sosegado, y pasamos una buena noche echando unas risas. Ramón y yo continuamos la noche en el bar de ambiente, el cual estaba curiosamente bastante animado. Sin embargo, no me animé a triunfar ni nada por el estilo, aunque alguna mirada de interés sí me llevé por algunos de los presentes.

Lo peor fue el domingo, que sufrí un fuerte corte de digestión que me dejó con treinta y ocho de fiebre, y varado en el sofá toda la tarde. Afortunadamente, al día siguiente ya estaba completamente recuperado. Mi padre fue a pescar, y yo acompañé a mi madre a la playa, logrando pisarla por primera vez. Tuvimos la suerte de tener bandera verde, y me pegué un par de baños formidables. Comimos en la playa y tuve que ejercer de intérprete para ayudar a una niña extranjera que se había perdido. Así que quitando el malestar del domingo debo admitir que no he pasado una mala semana.

 

Besoides


VERANO DE CAMBIOS

  (ENTRADA 343)

 Tras la tradicional semana del Orgullo, las cosas volvieron a la normalidad y la tranquilidad por el barrio. Se notó el bajón de gente por las calles, y esto una vez señaló el final de temporada y comienzo del verano. Acudí a despedirme de José, Pedro, y también pude ver a Carlos y su José. También apareció por el barrio Gustavo, quien me chuleó bastante. José y Pedro me animaron bastante, y decidí que no volvería a ocurrir más. Ya el jueves partí en coche a Gijón a pasar el que espero sea un buen verano.

VERANO DE CAMBIOS 14-7-14

El viaje fue muy tranquilo y sin incidente alguno. Al llegar realicé la primera de muchas compras para ir abasteciendo la casa. Ya por la noche acudí a ver a Mónica a su bar para tomar algo, pero con la intención de retirarme pronto. Me encontré con que al final Mónica y José se habían dejado de hablar con Javier y Ana. Esto no me gustó demasiado, pues ya es preludio de mal rollo durante este verano. También pasé por el bar de ambiente, pero solo se encontraba el camarero Ramón más pendiente de su teléfono que de otra cosa.

Ya el viernes el día amaneció nublado. Sin gran cosa que hacer me aventuré a ir al cine por la tarde, y por fin vi la película “Maléfica”, la cual no había logrado ver hasta la fecha. Aunque me gustó la interpretación de Angelina Jolie, no quedé demasiado convencido con los cambios en la historia.

 MALEFICA

Después de la película tuve un par de encuentros. Uno fue con un tío con el que había estado el verano anterior, y que no supuso gran cosa. El segundo con un nadador de cuerpazo imponente que sí resultó espectacular. Tras esto acudí al bar de Mónica, donde pude ver a José y Nico y estuve tomando unas cervezas y picando algo para cenar. Tras esto volví al bar de ambiente, donde se encontraba la Abuela, a quien saludé. El bar estuvo algo más animado, pero a pesar de eso no tarde en marcharme. Antes de hacerlo pude ver a Poli, tan pagado de sí mismo y absurdo como siempre, y su fiel escudero.

El sábado acudí a visitar a mi tía, a quien vi tremendamente desmejorada con su enfermedad. Allí se encontraba mi primo Jorge, y estuve tomando un café con ellos y charlando. La verdad es que al marcharme me quedé bastante hecho polvo. Siempre he tenido un cariño especial hacia mi tía, y me dejó muy triste verla así, y además pasándolo tan mal. Tras esto quedé con mi amigo de verano, Ramón. Y fuimos a cenar algo al bar de Mónica. Tras esto fuimos al bar habitual donde pude ver a otros conocidos como Rubio y su peculiar pareja. Ramón estaba un poco cansino, quejándose constantemente del trabajo y estando un poco perjudicado por el alcohol.

Al día siguiente quedamos para ver la final del Mundial, marcando la cuarta victoria de Alemania, el equipo por el que había apostado. Lo vimos en un bar al lado de mi casa, donde acudieron José, Mónica y Nico. Sin embargo, también aparecieron Javier y Ana. Aunque les saludé efusivamente, me pude percatar de la inmensa tensión entre ambos grupos, estando Ramón y servidor atrapados en el medio. Pase a ver a la Abuela y a tomar algo, teniendo un breve encuentro con Mario el chapista, que solo fue de paso para marcharse.

Hoy quedé con un chaval de Avilés, y aunque no estuvo mal del todo, era bastante acelerón con la manía de charlar durante todo el encuentro, algo que resultaba bastante antimorbo en ocasiones. Así que los primeros días en mi ciudad natal han resultado un tanto agitados. Veremos cómo se desarrolla el resto del verano.

 

Besoides


RISE LIKE A PHOENIX, ORGULLO 2014

  (ENTRADA 342)

 

Se acabó la temporada con la llegada del Orgullo, el cual no disfruté por diversas razones que analizaré más tarde. Por segundo año consecutivo, mi buen amigo Javi no pudo estar aquí para celebrarlo, y tampoco disfruté de otros detalles. La verdad es que la temporada ha tenido altibajos, y no ha sido todo lo que esperaba, pero tengo esperanza de poder pasar un buen verano.

 ORGULLO 2014

El martes, como favor hacia José, le llevé a él y sus amigos canarios a recoger unas rosas “arco iris” que querían vender durante el orgullo en mi coche. Ya el miércoles supuso el comienzo de las fiestas con un pregón a manos de Conchita Wurst y Ruth Lorenzo. Ya entonces me percaté de lo masificado que iba a estar el Orgullo. Para el bar habitual fue una necesaria inyección económica, la cual les vendrá muy bien. El jueves resultó ser un día lluvioso, pero aun así acudió bastante gente a las celebraciones. También recibí una llamada de Pedro para invitarme a su boda dos días después. No puedo concebir como alguien te puede invitar a una boda dos días antes de su celebración. Además había quedado en llamarme el viernes 28 de junio para que le confirmara mi asistencia, y no lo había hecho. Le expliqué que ya había realizado mis planes, y no podría asistir deseando que tuvieran un día muy feliz.

Llegado el fin de semana las fiestas se intensificaron como no lo habían hecho en años. La verdad es que no logré pasarlo demasiado bien, aunque me encantó poder ver a muchos conocidos y amigos con los que compartí muchas charlas y risas. También les eché un cable a José y Pedro (el del bar, no el de la boda) recogiéndoles los vasos del bar, ante lo que se mostraron muy agradecidos. El sábado acudí a cenar a Pedro, y no acudí a la manifestación pues sin la Tremenda, estaba seguro de que iba a ser un auténtico coñazo para un servidor. Pedro me comentó como la Trágica había montado todo un numerito en el bar, lo cual no me sorprendió en absoluto considerando lo caprichoso que ha demostrado ser con los años. En el bar apareció también Victor, una petarda a quien no veía desde hacía tiempo, muy amigo de José y aficionado a llamar la atención a costa de una actitud insoportable.

Aquí es donde entro en mi análisis del Orgullo, el cual creo que se ha echado completamente a perder. La masificación consistía mayoritariamente en niñatos heteros de botellón, que no sentían respeto alguno para la fiesta y lo que representa. En eso se ha convertido el Orgullo, y dudo sinceramente que un servidor vaya a regresar a esas fiestas en plena decadencia. El barrio quedó hecho una mierda y apestando a meados, incluyendo la casa en la que vivo (muchísimo más que otros años). Mucho me temo, que finalizó la era de una celebración que antes era envidiable. Por supuesto, espero equivocarme, pero los tres últimos años señalan lo contrario. Para matar la noche, llegó el Pedro de la boda bastante bebido indicándome que mis formas al rechazar la invitación, las cuales habían sido de plena educación, no le habían gustado mis formas. Yo ignoré semejante estupidez, aunque reconozco que hay gente que no me deja de sorprender.

Ya de domingo llegó el clásico día de la resaca. Fui a cenar de nuevo con Pedro, y luego nos reunimos con José Luis, José y Fermín, pues era el cumpleaños de este último. Tras celebrar y brindar, me retiré a casa realmente agotado.

Ya hoy lunes he acudido a comer con mis padres, con los que no había estado en dos semanas. Tras esto, bajé a la piscina, donde Ana trajo de invitado al Israelí atractivo que vivía en nuestro edificio el año pasado. La verdad es que sigue estando cañón, pero me sigue pareciendo bastante creído, aunque me saludó afablemente con un par de besos.

Y así acaba una temporada más. Tengo la sensación de que se me ha pasado completamente el arroz, y que mi juventud se ha esfumado con la cuarentena. Quizás sea el bajón de un final de temporada bastante chafado, pero es así como me siento. Esta temporada pareció presentarse la oportunidad de una relación con Carlos que se vino completamente abajo, y mis lesiones me apartaron del deporte, acabando de nuevo en el tabaco. Sin embargo, como siempre, intento concentrarme en los aspectos positivos. José se ha convertido en un buen amigo, y me he acercado más a otras personas. Solo espero que este sea un buen verano, que culminé con un mejor inicio de temporada.

 

Besoides