Archivo para febrero, 2014

BAJONAZO ESTOMACAL

  (ENTRADA 323)

 

La verdad es que en estos momentos estoy algo pachucho, con el estómago revuelto desde el viernes tarde. Sin embargo, la semana había comenzado de forma muy optimista. Había incrementado mis carreras a nueve kilómetros diarios, comenzado a machacarme más a pesas y la verdad es que también había logrado evitar el tabaco. Sin embargo, la semana ha terminado siendo de altibajos, aunque en términos generales positiva.

 BAJONAZO ESTOMACAL 24-2-14

De esta forma, ya llevo 177,8 kilómetros corridos este año. Para animarme más, he decidido cambiar el trayecto habitual que recorro en el Parque del Retiro, y la verdad es que ha resultado ser una buena táctica. Las carreras se convierten en una experiencia más animada, y las disfruto mucho más. También he comenzado a machacarme más con las pesas, y en el propio parque consigo incrementar poco a poco las dominadas. Además la semana quiso cooperar con un poco de buen tiempo, y el miércoles hizo un día particularmente bueno.

El miércoles quedé con un chaval andaluz, que resultó todo un desastre. La gente confunde el ser pasivo con el no moverse en ningún momento ni molestarse en nada. Personalmente nunca he logrado disfrutar acostándome con una especie de fiambre, es lo perfecto para que a uno le baje todo el lívido. Por otro lado, charlé por teléfono con el isleño que me visitará a mediados de marzo. A parte de estar muy bien, el tío es bastante agradable y compartimos afición por varias series y películas de animación. La verdad es que ha resultado ser toda una sorpresa, y tengo ganas de conocerle, entre otros motivos porque me va a pasar una de mis series de la infancia favoritas, “Bajo la Montaña”. El jueves, mi buen amigo Javi se vino a cenar a casa, y juntos vimos el concurso “Tu Cara me Suena” con el que nos reímos bastante.

Llegado el viernes fue cuando empecé a sentirme mal, justo después de limpiar la casa. Opté por no salir, pues sentía el estómago bastante revuelto. El sábado acudí a comer con mis padres, y al volver me encontré algo peor, y llegué a devolver. Tras esto me encontré bastante mejor, e incluso me animé a salir a tomar un par de cervezas. Sin embargo terminé por retirarme pronto. El domingo por la mañana, y para mi sorpresa, Carlos contactó conmigo. Como había pasado una semana de sequía accedí a que viniera a casa, y la verdad es que me lo pasé bastante bien. Tras esto fui a comer con mis padres, y la verdad es que por la tarde me encontré bastante mejor.

A pesar de esto esta mañana temprano el estómago me dio la brasa durante un rato, así que hoy he optado por no salir a correr, no vaya a ser que apresure demasiado las cosas. Joder…. Que ganas tengo de que se acabe el maldito invierno.

 Besoides


LA FRAGILIDAD DE LA AMISTAD

  (ENTRADA 322)

 

Entrado en la cuarentena, existen determinadas cosas que he aprendido y que he logrado aceptar en lo relativo a la amistad. A menudo está sobrevalorada, y quien es capaz de ser sincero aprende a aceptar que los amigos son muy escasos, y en ocasiones sobran dedos de una mano para contarlos. Todo esto viene a una decepción que se ha llevado mi nueva amiga Ana, y que yo me veía venir tarde o temprano. Y es que la amistad a veces decepciona.

 AMISTAD FRAGIL 17-2-2014

Comenzando por el principio, la semana se ha presentado un tanto lluviosa, aunque la temperatura no me ha parecido demasiado fría para la fecha en la que nos encontramos. He continuado con mis carreras habituales, y hoy lunes casi he llegado a los nueve kilómetros, expandiendo un poco más mi rutina. La verdad es que aunque me cuesta arrancar, siempre acabo por agradecerlo. De esta forma ya llevo 141,7 kilómetros corridos este año. El único día que no corrí esta semana fue el martes, día en que recibí la visita de un tío dedicado a los estilismos, con quien la verdad pasé un rato bastante muy agradable.

Curioseando por los “interneses”, di con el amigo de mi vecina Ana, el que me había ignorado el día de Reyes en mi ciudad natal. Deduje que debido a la proximidad, debía estar visitando a Ana, aunque me quedé impresionado al verle conectado a altas horas de la noche prácticamente toda la semana. Llegado el viernes, asqueroso día de San Valentin que tanto odio por toda la hipocresía que representa, acudí a recoger los resultados de mis pruebas. Para mi grata sorpresa, todo está perfecto, incluida mi ecografía.

Esa misma tarde hablé con mi amiga Ana, que se encontraba bastante alterada. Le pregunté que le había pasado, y me comentó que efectivamente su amigo estaba de visita hasta el sábado. Sin embargo, a pesar de que Ana le había acogido en su casa, el tío había pasado la semana saliendo a encuentros casuales sexuales, drogándose e ignorando su amistad. Esto había dejado a Ana bastante hecha polvo, y las cosas no habían acabado muy bien. Quedamos en reunirnos el domingo para pasar la tarde y noche en compañía, e intenté tranquilizarla.

Tanto el viernes como el sábado las cosas estuvieron más bien tranquilas, y el neozelandés con quien había quedado resultó ser otra decepción, por lo que procedí a bloquearle para no saber nada más de él. El sábado noche conversé un poco más con el peluquero, aunque observé que le encantaba picar de flor en flor, por lo que decidí no aventurarme demasiado con el personaje. Apareció un muchacho de cuerpo impresionante por el que todos los presentes babeaban, aunque evidentemente inasequible.

Ya el domingo quedé con Ana, que estaba algo baja de moral. Le recordé mi encuentro con su colega en Reyes, y como ella se había empeñado en creer que no me había reconocido. Evidentemente, sí lo había hecho, pero era de esos petardos que van de divinos por el ambiente disfrutando de la atención, y que no se rebajan a saludar a gente común como servidor. El personaje en cuestión me había visto y reconocido perfectamente. El contraste de la tarde tuvo lugar cuando fuimos a un bar por el que había pasado en varias ocasiones, pero en el que no había entrado nunca. Estuvimos allí tomando unos vinos, y observando. El bar estaba lleno de los chicos más atractivos, pero todos estiradísimos, aburridísimos, y en plan de “no me mires mucho que molestas”. Los camareros eran modelazos, pero atendían perdonando la vida, y siendo incapaces de dedicar la más mínima sonrisa. En definitiva, un auténtico aburrimiento. Después fuimos a mi bar habitual, donde había poca gente, ninguna persona atractiva, pero bastante buen rollo. Ana conoció a varios habituales, charlamos y bailamos. Nada que ver con el nido de divinas que habíamos visitado. Tras esto cenamos algo en la hamburguesería cerca de nuestra casa, y terminamos por retirarnos tras pasar un gran domingo.

Mi amiga Ana entra en la década de la treintena, donde grandes cambios de nuestras vidas tienen lugar. Muchos amigos se van, otros vienen temporalmente, y también es una época de grandes decepciones que acaban por definirnos. Yo, con el paso del tiempo, he aprendido a lidiar con estos aspectos. Mucha ha sido la gente que ha pasado por mi vida para decepcionarme, y he aprendido a seguir adelante con entereza, y dejar que esas decepciones me hagan más fuerte. Ana está comenzando una etapa de desengaños, aunque tiene la suerte de vivir felizmente en pareja. A veces me da verdadera pena ver cómo nos hemos cargado el ambiente.

 Besoides


AUTOESTIMA

  (ENTRADA 321)

 

Este fin de semana he dado un paso que hacía tiempo que no daba, y es que me veo cada vez más decidido a no permitir que me cuelguen como una chaqueta que se pueda utilizar a gusto de uno. Es una cuestión de autoestima, de saber analizar las cosas, y no permitir que nadie te haga sentir por debajo de lo que verdaderamente vales. 

 AUTOESTIMA 10-02-14

Comenzando por el principio, la semana no ha estado mal, aunque no ha sido tan emocionante y activa como la anterior. He incrementado un kilómetro más mis carreras habituales, y ya llevo 110,8 kilómetros corridos este año. Quizás no sean tanto como los del año pasado a estas alturas, pero por lo menos he evitado sufrir lesiones importantes.

El martes mi vecina Ana me invitó a tomar unos vinos y charlar de nuestras cosas. Le comenté mi encuentro con Carlos el lunes, y como el muchacho se había mostrado interesado en que nos volviéramos a ver. Mi amiga Ana se emociona con facilidad, y ya me estaba viendo emparejado, pues evidentemente este chico se había interesado en mí en mi bar habitual, sin que servidor se percatara de nada en absoluto.

El miércoles quedé con mi buen amigo Javi para hacer uno de nuestros habituales cinepizzas. De esta forma disfrutamos viendo el remake de la película “Carrie”, que, si bien no estaba al nivel de su predecesora, tampoco nos pareció tan mala como la había puesto la crítica. También me informó de que su padre había tenido una recaída, pero que ya se encontraba bastante mejor.

El jueves me encontré chateando con un chaval de diecinueve años, bastante majo la verdad. No esperaba que fuera a conocerle, pero me sorprendió haciéndome una visita que agradecí profundamente. Aunque parece que últimamente imperan los bordes en las redes, de vez en cuando uno se encuentra con gente no solo agradable, sino que también muy atractiva. Esto me vino bien, pues durante la semana había contactado con Carlos en dos ocasiones, una ese mismo día, y para mi sorpresa me había dado evasivas. Mi confianza en él se quebró cuando comprobé que estaba conectado a un chat, pero me decía que estaba cansado para quedar en un mensaje. Cada vez entiendo menos a gente, son ellos los que muestran interés, y luego te dan largas.

Llegado el viernes me animé a salir a tomar algo, pero el barrio estaba prácticamente vacío. Me tomé unas cervezas y regresé a casa pronto, pues era absurdo quedarse. El sábado estuvo bastante mejor, y hasta mi bar habitual estaba bastante lleno. Estuve de charla con varios conocidos, y me sorprendió ver a Carlos, a quien saludé, aunque se mostró bastante distante. Esa misma noche, conocí a un chaval chateando y decidí quedar con él el domingo a las cinco de la tarde, extendiendo la invitación a un colega suyo. 

Al día siguiente me desperté para encontrarme con un mensaje del chaval en cuestión, cancelando la quedada, porque le habían invitado a ir a la nieve, y prefería ese plan, y señalando que podríamos quedar otro día. Hace unos años habría cedido, pero decidí que esos tiempos se habían acabado. Le señalé que no me molaba la gente que te aparcaba ante un plan mejor, y que conmigo ya no contara para nada. Cuando uno queda, ejerce un compromiso; y una persona con un mínimo de respeto y educación hacia el prójimo, lo mantiene, y no deja a los demás colgados ante la aparición de un plan mejor. Así que de esta forma, opté por no ser la chaqueta que se cuelga hasta que uno decida cuando ponérsela. Eso es autoestima, y las personas que utilizan al prójimo no lo entenderán nunca, pues solo piensan en su egoísmo.

 Besoides


TRIUNFOS

  (ENTRADA 320)

 

Como quien no quiere la cosa, ha finalizado el mes de enero, y ya solo quedan dos meses para que finalice en trimestre que más odio del año. Durante la semana he regresado a la rutina de las pesas, y he seguido corriendo, llevando ya 75,43 kilómetros este año. Aunque no es mucho comparado con otros años, he preferido seguir tomándome las cosas con tranquilidad. Aparte de estos eventos, he de destacar que ha sido un fin de semana de triunfos a nivel de atracción, los cual he agradecido mucho.

 TRIUNFOS 3-02-14

El jueves se acercaron mis padres a casa para comer una buena paella. Mi padre aprovecho para echarme un cable en la reparación de una lámpara que se había quedado descolgada, y para colgarme el genial cuadro que me había regalado Javi por mi cumpleaños, y que ha quedado estupendo en mi hall. Por lo demás la semana fue ajetreada en cuanto a atracciones se refiere. Quedé con un tío de metro noventa bastante… digamos agraciado, pero con quien todo fue más bien normal. Coincidió ese día con la mudanza de mis vecinos, los cuales ya han abandonado su piso. Ya el viernes por la mañana quedé con un chaval de diecinueve años que sabía latín, y la gran sorpresa me la llevé el sábado. Contactó conmigo un italiano de cuerpo escultural. Puedo decir literalmente que hacía años que no le atraía a alguien que estuviera tan sumamente bueno.

Por lo demás, el viernes salí a tomar algo, y acabé acompañando a Paco y David a un bar nuevo, que resultó no estar nada mal. Solamente nos tomamos un par de cervezas, y mientras ellos siguieron de marcha, yo opté por retirarme a dormir, estando ya bastante cansado. El sábado salí por mi bar habitual, después del italiano buenorro, donde me reuní con varios conocidos, pasando un rato agradable de muchas risas. En particular me cae cada vez mejor Manuel, con quien siempre tengo ese rollo de reírnos de todo. Siempre me ha caído bien la gente divertida en ese sentido. Sin embargo, me percaté de que varios supuestos amigos del bar estaban organizando una comida, y que no habían contado con un servidor, lo cual voy a reconocer que un poco me ha molestado.

Hoy la semana ha empezado particularmente bien, con una de esas extrañas cualidades. Estaba a punto de salir a correr, cuando contactó conmigo un tío que vivía cerca de mi casa. Acudí a su encuentro, y en seguida me percaté de que su cara me sonaba bastante. Pasamos juntos dos horas estupendas, y tras charlar descubrí que a veces iba a mi bar habitual. Efectivamente, le había visto alguna que otra vez, y me había llamado bastante la atención (Carlos). De esta forma regresé a casa, donde me encontré con mi amiga Ana, con la que estuve charlando un rato. Así, que esta vez puedo decir que la semana ha estado muy bien para servidor, que ha acabado con el ego bastante inflado.

 Besoides