Archivo para noviembre, 2012

DOS AÑOS EN CASA

  (ENTRADA 258)

 

Lo más relevante es que mañana hará ya dos años que me independice instalándome en mi nueva casa, lo cual me parece increíble. Es curioso lo rápido que pasa el tiempo. Lo aún más curioso es que esta semana se ha caracterizado por eventos relacionados con mi nueva casa, aunque por fortuna todos han sido buenos, y en definitiva han arreglado pasados problemas. Por otro lado, he seguido con mis carreras, y ya llevó 1460 kilómetros corridos este año.

 

El lunes acudí a mi primera junta de vecinos anual, ya que con anterioridad me había visto obligado a delegar al no poder asistir. La comunidad siempre reserva el salón de actos de una iglesia cercana para la junta. Allí acudimos el administrador y su abogado, la vicepresidenta y su marido, el constructor, que tiene varios pisos, y servidor. Vamos que fue una reunión pequeña considerando que somos un total de 38 viviendas. Esto me decepcionó bastante, ya que esperaba conocer a más vecinos. En fin, la verdad es que pronto estuvimos de acuerdo en todo, y lidiamos con las acciones a tomar con un “moroso cabrón” que tenemos. La reunión acabó pronto, y regresé a casa para descubrir que volvía a sufrir de goteras. Como al día siguiente la situación se repitió, subí al piso de arriba, donde logré contactar con mis vecinos. Son un matrimonio británico, ella de origen hindú, que por fortuna fueron muy agradables. La chica me recibió de modo muy cordial, y su marido se encontraba dándose un baño, lo que hizo evidente que el problema venía de su piso. Al rato, la pareja bajó a mi casa, y el chico señaló estar seguro de que el problema procedía de las juntas y desagüe de su bañera. Me prometieron tener cuidado y contactar con el propietario, ya que ambos están de alquiler. No he vuelto a saber de ellos, aunque desde el martes no he vuelto a tener problemas. Tratándose de una reparación sencilla, me imagino que ya se habrán encargado del problema. Vamos, o es eso, o han dejado de bañarse.

Llegado el fin de semana fui con mi madre de compras al Corte Inglés, y me he agenciado un Portal de Belén para las figuras del misterio que mi madre me regaló. Por lo demás salí a tomar algo a mi bar habitual. De allí partí con mi colega Paco a explorar un nuevo bar, que aunque estaba bien, solo albergaba tres clientes, así como un camarero nada sociable. Luego se quejan porque cierran los negocios. El sábado estuvo más divertido, y echamos unas risas en mi bar habitual, aunque sin eventos destacables. El domingo quedé con mi amigo Javi para una de nuestras habituales sesiones de “Cinepizza”, donde vimos la película “Komodo”, y luego “En lo Profundo del Bosque”.

 Besoides


LA GOTERA

  (ENTRADA 257)

 

Buenas y malas noticias para esta semana. Completamente recuperado de mis lesiones, he podido comenzar mis carreras con asiduidad una vez más, y ya llevó 1427 kilómetros corridos este año. También ha ayudado ver como el clima ha mejorado considerablemente, sobre todo para tratarse de Noviembre, algo de lo que yo no me quejaré. Sin embargo, el jueves surgió el primer problema domiciliario. Me apareció una mancha en el techo del baño, síntoma de una gotera.

 

Caían gotas entre la capa de hormigón y el techo de mi baño de manera intermitente. Sin embargo, hubo algo de suerte con el incidente. Primero, que después del jueves dejó de gotear, sin que gota alguna cayera de mi techo; y segundo que la mancha, ya seca, estaba encima de mi bañera, con lo cual no hay riesgo de inundación. Todo indica alguna fuga de arriba el jueves, día en el que no pude contactar con mis vecinos. Así que siguiendo el consejo de mi padre, esperaré un par de semanas para asegurarme de que no pasa nada más, y entonces tocará pintar el techo. Esperemos que no surjan problemas adicionales.

Llegado el fin de semana, este se presentó bastante tranquilo. Mis predicciones parecen adelantarse, y nuestro bar habitual estuvo bastante vacío. Entre tanto aburrimiento, mi colega Paco y yo decidimos irnos a otro sitio a tomar algo, pero de todas formas opté por marcharme bastante pronto, pues la verdad es que estaba cansado, y no me apetecía seguir la noche.

Ya de sábado, quedé con mi amigo Javi para ver la última película de la Saga Crepúsculo, “Amanecer, Parte 2”. Bueno, la verdad es que la expresión más adecuada sería que arrastré a mi amigo Javi, pues siempre ha aborrecido la saga. La película me pareció la mejor de toda la saga, con una esplendida batalla final con alguna que otra sorpresa. Lo que más emocionó a Javi, fue que era la última película de la mencionada saga.

 

Tras ver la película nos fuimos a nuestro bar habitual, una vez más bastante muerto, aunque nos echamos unas cuantas risas con algunos de los conocidos. Al cierre, opté una vez más por irme a casa, ya que tenía comida familiar al día siguiente.

Hoy he ido a correr al Retiro, donde he vuelto a ver a un corredor alto, moreno con barba, que me inspira considerablemente para adquirir velocidad. La verdad es que para ver hombres de verdad, uno tiene que ir a hacer deporte, porque lo que es en los bares…

 Besoides


CINCO AÑOS DE FORTALEZA

  (ENTRADA 256)

 

Ayer fue una fecha especial para servidor, pues hizo exactamente cinco años que inauguré esta  “Fortaleza de la Soledad”, para narrar mis andanzas pasadas y presentes. La verdad es que ayer me quedó un tanto sorprendido, ya que mantener un blog durante cinco años denota cuanto menos dedicación y perseverancia, Muchas cosas han pasado desde entonces, buenas y malas, y tengo toda la intención de seguir con este trabajo, que a mi me ha dejado muy satisfecho.

 

Por lo demás, el invierno ha comenzado a asomarse con lluvias y una bajada notable de la temperatura, y antes de que nos demos cuenta tendremos la Navidad encima. Este año opté por no asistir al Festival de Cine Gay. El año pasado me quedé muy descontento con la organización del mismo, cuando me tuve que comer el bono que me había comprado al no quedar entradas. Como las salas elegidas este año no se caracterizaban por su aforo, pasé de intentarlo, pues no me apetecía gastar dinero para quedarme sin poder ver las películas que deseaba ver. Así que ya las conseguiré por muy cuenta.

Por otro lado, aquí en Madrid tuvimos puente. El jueves salí, pero todo parecía muerto, aunque el viernes y el sábado se animó un poco. Mi bar habitual me esta empezando a cansar, por lo que consideró malas elecciones de sus nuevos propietarios. Estos parecen conformarse con hacer caja, sin darse cuenta de que están recibiendo mucha clientela heterosexual, que por otra parte no se convierten en clientes habituales, algunos de los cuales están empezando a desaparecer. Yo creo que a la larga esto puede ser peligroso para un negocio, que además nos somete a la misma música insufrible una y otra vez. Como parece que la opinión de un cliente de más de diez años molesta más que otra cosa, he optado por mantener la boca cerrada.

A pesar de eso yo sigo acudiendo, más que nada porque siempre hay alguien a quien conozco con el que puedo charlar y echarme unas risas. Aunque este fin de semana se dieron problemas sentimentales de rupturas entre parejas, que para mi nunca lo fueron, y una pequeña confrontación entre el pesado del local y el insoportable “quiero pero no puedo”. Todo a raíz de una broma del primero, al segundo que no conocía. Sin aprecio hacia ninguno de los dos, siempre me ha molestado la gente que gasta “bromas” a gente que no conocen de nada. La gente parece olvidar que quien lo desee, tiene todo el derecho a no tener sentido del humor.

Un año más la Tremenda fue voluntaria en el festival de cine, y el sábado apareció caracterizada ya que había ejercido de presentadora en una gala. La verdad es que el pobre ha debido de tener una semana ajetreada. Por lo demás, veo el ambiente cada vez más apagado. No se si será la crisis, o que la gente se ha cansado de los precios abusivos del barrio, pero a veces considero que si no reaccionan, las cosas se pondrán peores. Y es que me parece abusivo que en la mayoría de los locales te claven seis euros por un tercio de cerveza.

En fin, que cinco años después de iniciar este blog ha pasado un poco de todo, pero que lo importante es que servidor continúe caminando, siempre deseoso de aquellas sorpresas agradables que aparezcan a la vuelta de la esquina.

 Besoides


HALLOWEEN DE TRANCAZO

  (ENTRADA 255)

 

Pues con los cambios de temperatura, la semana me regaló un trancazo monumental. No llegó a ser una gripe, a penas unas decimas por encima de treinta y siete, pero estuve constantemente sonándome, y tuve que dejar mis carreras habituales. El miércoles llegó Halloween, y no tuve tiempo de disfrazarme, pero eso no me impidió salir con la Tremenda, que como de costumbre hizo justicia a su nombre.

 

Antes del día del terror, recibí un encargo de la Tremenda, que le encontrara una fusta para su peculiar disfraz. Así que me acerqué a una tienda de juguetes sexuales, donde pasé por una situación que me dejó colorado. Entré en la tienda para solicitar la famosa fusta, ante lo que el vendedor, un paisano mayor y cojo, me indicó que debía tener cuidado con la fusta. Rápidamente le señalé que la fusta era para un amigo, que se disfrazaba en Halloween. El vendedor me observó con escepticismo contestando: “ya, eso es lo que dicen todos”. Y así me marché un tanto colorado, tras una situación cuanto menos divertida.

Así partí para echar un cable a mi gran amigo en su transformación, en casa de un amigo mutuo, para encontrármela atrapada tras la verja del piso que un vecino había cerrado. Una vez solucionados todos los contratiempos partimos a nuestro bar habitual, cuya fiesta era tal solo por tener el local decorado. La verdad es que la fusta de la Tremenda tuvo un éxito arrollador, ya que todos querían utilizarla. Yo me retiré pronto, ya que estaba cansado del trancazo del que ya me estaba recuperando. A día siguiente quedé a comer con Javi, y en menos que canta un gallo ya había llegado el fin de semana.

Salí, aunque sin pena de gloria. Las mismas caras, los mismos gilipollas, la misma música. La verdad es que últimamente nuestro bar me esta aburriendo bastante, y de hecho el sábado estaba bastante apagado. Por lo menos con el fin de semana, me recuperé del trancazo, y espero reanudar mañana mis habituales carreras. Algo que me agradó fue la visita de un colega venezolano que era de nuestra pandilla hará unos ocho años, y que por aquel entonces había regresado a su país. Le llamábamos afectuosamente la Cotorra, por su afición a hablar. Aquellos si que eran buenos tiempos en los que nos divertíamos una barbaridad, y en los que nuestro bar habitual era francamente divertido.

Durante el fin de semana comí con la familia, y volví a manejar mi estupendo coche, con el cual me siento cada vez  más cómodo. Ahora ya casi se puede decir que estamos en la cuenta atrás a las Navidades, y nos vamos sumergiendo poco a poco en el odiado invierno. De hecho esta semana nos han invadido las lluvias. En fin, que más vale ir aceptándolo.

 Besoides