Archivo para octubre, 2012

CAMBIOS DESACERTADOS

  (ENTRADA 254)

 

Con esta semana ha comenzado la época del año que más detesto. Siempre que tenemos que cambiar la hora, y comienza a oscurecer antes, me vengo un poco abajo. Añadido a ello hemos sufrido una bajada de la temperatura radical. Por otro lado, ya he recuperado mi coche con sus retrovisores replegables, lo cual facilita enormemente mi maniobra de aparcamiento en el garaje. También intente un cambio de aires, que no acabó de convencerme.

 

He seguido con mis carreras, y este año ya llevo 1395 kilómetros recorridos. La semana transcurrió con normalidad, y llegado el fin de semana, me animé a salir como de costumbre. Sin embargo, no puedo destacar gran cosa. Estuve tomando algo en nuestro bar habitual, pero la noche se mostró más bien monótona y apagada, con lo que me retiré pronto.

El sábado fui a comer con mis padres y mis tíos, que habían regresado de sus vacaciones en Portugal. Se unieron mis primos y su hija, y la verdad es que la comida estuvo bastante bien, ya que me encanta la compañía de mi tío, hermano de mi padre, cuyo sentido del humor siempre esta en sintonía conmigo. Tras la comida pude recoger mi coche, con sus nuevos espejos replegables, y conduje de regreso a casa.

La salida nocturna del sábado estuvo algo mejor, y por lo menos tuve la oportunidad de divertirme en compañía de conocidos como Paco, y amigos como José Luis y Fermín, El momento más divertido de la noche llegó cuando un habitual conocido por todos por su ligereza sexual, y por ignorarnos cuando trae alguna presa atractiva al bar, se llevó al de turno al baño para dichos menesteres. Después de media hora, ambos salieron, y todos aplaudimos de manera espontanea ante su sorpresa.

Llegado el domingo fui a comer con mis padres, y por la tarde-noche, me decidí a intentar un cambio, acudiendo a un bar donde presentaban un espectáculo Drag. La verdad es que el cambio fue desacertado. Me sentí completamente fuera de lugar, y acabé objeto de alguna que otra broma de alguna artista en referencia a mi estatura, las cuales encajé con una sonrisa, pues al contrario de lo que muchos puedan pensar, soy una persona flexible, nada prepotente, y con sentido del humor. Sin embargo, siempre he estado en contra de ese tipo de humor que se me antoja burdo y fácil. Así que quizás, en cierta forma, esto me halla servido para percatarme de esa sensación de no encajar se deba a mi capacidad de aceptar tanto mi edad como madurez.

 Besoides


DETALLES HOGAREÑOS

  (ENTRADA 253)

 

La semana se ha presentado con días intercalados de lluvia, que la verdad no me ha molestado en absoluto. Sigo con mi rutina de correr, y ya llevo 1376 kilómetros en lo que va de año. Llegado el fin de semana, salí como era costumbre para tomar algo, y el domingo mi buen amigo Javi me echó un cable ayudándome a colgar algunos detalles más en casa, como este genial colgador de llaves.

 

Empezando por el viernes, salí a mi bar habitual, y la verdad es que lo encontré muy animado. Estuve de charla con Paco, quien se ha convertido en un buen amigo, y cuya compañía siempre es divertida. También me sorprendí al ver como un asturiano que ha empezado a salir con el plasta del bar, siempre hay algunos en cada bar, comenzó a mostrar cierto “interés”, de hecho, al día siguiente apareció solo. Pero en fin, tampoco es algo que me preocupara mucho. Como es costumbre, al cierre acudimos al otro bar al que solemos acudir, donde echamos unas risas.

El sábado me tocó comida familiar, ya que mis tíos habían llegado desde Gijón, para partir este lunes de viaje con mis padres a Portugal. Allí estuvieron también mis primos, y la comida estuvo muy bien, a pesar de que estaba bastante cansado. De vuelta a mi casa, por fin pude finalizar mi último videojuego “matazombies”, y llegada la hora salí a tomar algo, encontrándome con Javi en nuestro bar habitual. Aunque el bar estuvo más bien flojo, lo pasamos bastante bien, aunque al cierre opté por marcharme a casa al encontrarme demasiado cansado.

El domingo quedé a comer con Javi, y después me acompañó a casa para ayudarme a poner los últimos detalles de mi casa. Me colgó el colgador de llaves, que pronto llené de todas las llaves que tengo. En mi habitación colgó un cuadro de una acuarela de  la playa de mi ciudad natal, y finalmente en el salón las dos torres para CDs que había comprado. Con esto la casa quedó finalizada por fin, aunque todavía me planteo unos estores para las ventanas, pero ya veremos.

 

Por la noche salí con mi amigo Pedro, y la verdad es que fuimos a un bar que frecuentaba años atrás, y estuvo muy divertido. Había una actuación con Drag Queens, y echamos unas risas. Además pude ver a un camarero al que solía ver cosa de dos años atrás cuando trabajaba en otro bar. De ahí fuimos al bar que frecuentamos los fines de semana, tras el cierre del nuestro, donde charlamos con otro camarero muy majo llamado Carlos, y además guapísimo, aunque ains… comprometidísimo. Y así finalizó una buena semana.

 Besoides


LAS NUBES ESCAPAN

  (ENTRADA 252)

 

La semana se ha presentado mucho más tranquila, parece que ya voy dejando atrás ese mal comienzo de temporada, que me dejó tan decaído. Entre otras cosas retomé con más ilusión mis carreras mañaneras, y ya llevo 1350 kilómetros corridos este año. Mientras la semana comenzó con unos calores insoportables, para el puente por fin llegó un poco de lluvia y las temperaturas bajaron bastante. Y sin embargo, yo siento que por fin las nubes escanpan.

 

Llegado el puente salí bastante, pero opté por retirarme pronto los tres días del mismo. Ya con mi adoptado nuevo look de barba, decidí estrenar la ropa nueva que me había comprado durante la semana anterior. La verdad es que a veces el cambio de algo tan sencillo como el de la ropa o el aspecto son suficientes para que a uno le suba la moral considerablemente.

Y sin embargo encontré el ambiente tan ajado como de costumbre. La verdad es que me empujé a salir para no quedar completamente aislado durante toda la semana, y porque viene bien socializar un poco. Pero la verdad es que, sin ánimo de parecer presuntuoso, me siento bastante por encima de todo lo que suele frecuentar mi bar habitual. Muchas veces me planteo conocer otros lugares, pero al final siempre tira de mi el acudir al bar, en el que por lo menos conozco gente, y tengo alguien con quien hablar. Aparte de esto, siendo puente, muchos de los habituales no estaban allí. Aunque no fueron unas noches destacables, servidor se sintió muy estrenando ropa, que no me quedaba nada mal, cada una de las noches que salió.

Por otro lado, mis padres no se fueron de puente, con lo que quedé para comer con ellos un par de días, y me enteré que mi coche estará listo para ser recogido el veintisiete de este mes. También ha sido la semana de los zombies. Estoy enganchadísimo al nuevo juego de Resident Evil, y el domingo quedé con mi buen amigo Javi para ver “Resident Evil: Venganza”, película que disfrutamos mucho. Por otro lado, ayer se estrenó en Estados Unidos la tercera temporada de la genial serie “The Walking Dead”, cuyo primer episodio ya pude disfrutar hoy.

 

Y sumido en esta monotonía, la semana concluyó sin nada en particular, pero la verdad es que me conformó con la tranquilidad mental que he logrado recuperar, sobre todo en lo relativo a mi decepción con David, al cual saludo cuando veo, pero cuya presencia ya logra pasarme desapercibida.

 Besoides


SEMANA AGOTADORA

  (ENTRADA 251)

 

Esta ha sido la semana de la locura, con un montón de cosas que había que quitar de en medio. La verdad es que ahora mismo me siento mucho más relajado. La semana terminó con la celebración del aniversario del bar al que suelo acudir, y con algún encuentro inesperado, que personalmente no necesitaba. En definitiva, una semana agotadora.

 

El martes por fin acudí a renovar el domicilio en mi DNI, tras lo cual aproveché para realizar unas compras en compañía de mis padres, para comer después con ellos. Me hice con una llave de hierro para colgar las llaves en la pared, una plancha de cocinar nueva para sustituir la que ya tenía deteriorada, dos torres para mis CDs, una estantería nueva, y tras esto llegó el momento de comprar ropa. Y es que tras una cosa y otra, me percaté de que en el último año no había renovado el vestuario. Así que me compré un par de pantalones vaqueros, dos jerséis, unas camisas, unas botas negras, y un par de camisetas. Tras esto comí con mis padres, y partí para mi casa en coche, viaje en el que estuve a punto de tener mi primera multa. Y es que estaban reparando un semáforo, y no vi al guardia que dirigía el tráfico, con lo que me acerque al cruce para ver si podía cruzar sin peligro. Por fortuna, me tocó un guardia comprensivo, y no hubo multa alguna.

El viernes acudí a mi revisión y todo fue bien, añadiendo que mi colesterol había bajado; y tras esto me vacunaron para el Neumococo. La verdad es que para cuando llegó la tarde, me encontraba agotado, con lo que solo salí para tomar un par de cervezas, y me retiré pronto. Llegado el sábado acudí a comer con mi familia y dejé mi coche para que me arreglaran el rayonazo que la había provocado tras regresar de Gijón. Procedí a pasar la tarde matando zombies con la consola, algo que siempre consigue relajarme. Llegada la noche acudí a mi bar habitual, que celebraba su aniversario. Aunque acudió mucha gente, me encontré con muchos que no conocía. Pude saludar a Paco, a quien no veía desde antes del verano. Salimos a la puerta, donde apareció alguien a quien no veía desde hacía año y pico, Edu. Me armé de compostura y le saludé, así como a su “lo que sea” (que me revolvió las tripas como de costumbre), y también a Sergio. Les saludé brevemente, y siguieron su camino, aunque debo reconocer que fue un encuentro que no necesitaba. La fiesta prosiguió, y la verdad es que había especímenes bastante perturbadores, como un chaval lleno de drogas, cuya lengua pasó por varias bocas, a cada cual más perturbadora, del local. Una pena, porque el chaval era bastante guapo. Para cuando la fiesta finalizó, estaba agotado, por lo que opté por retirarme. Por lo menos me he quitado unas cuantas cosas pendientes de encima.

 Besoides


RECOBRANDO FUERZAS

  (ENTRADA 250)

 

La semana ha sido bastante monótona, y poco a poco voy surgiendo de este bajón postvacacional en el que me sumí durante el mes de septiembre. Mentiría si admitiera que me he recuperado plenamente de la decepción que me llevé con David, pero es necesario que comience a recuperar fuerzas, sobre todo si he de enfrentarme con fuerza al ya cercano invierno.

 

Mientras la semana transcurrió sumida en la rutina de salir a correr y volver a mis deberes habituales, el jueves  Javi me llamó para renovar nuestra habitual noche de “cinepizza”, en la que compartimos pizza, chucherías, y una película de terror que nos gustó mucho, “La Maldición de Rookford”. Javi vino en compañía de su perro Blacky, y la verdad es que pasamos una noche entretenida.

Llegado el viernes, tocó hacer una limpieza a fondo de mi casa, en especial el baño. Tras tres horas de duro trabajo, todo quedó muy bien. Por la noche me decidí a salir a tomar algo en mi bar habitual. Saludé a David afectuosamente, pero me mantuve distante. Le observé mientras estaba en compañía del hombre mayor de quien parece enganchado, y me sorprendí al ver como este se marchaba para la desesperación del joven. Tras el cierre, acudimos en grupo al bar al que solemos ir, donde un amigo y yo observamos como David estaba sentando al otro lado de la calle, llorando bajo la lluvia que ha caracterizado el fin de semana. La verdad es que no puedo evitar sentirme mal cuando veo a alguien pasarlo mal, así que acudimos ambos a intentar animarle un poco. Después de todo, no era alguien tan especial, sino un veinteañero descentrado, y sumido en un ambiente que yo por fortuna he dejado atrás hace ya mucho tiempo.

El sábado volví a salir, aunque la verdad es que me encontraba algo descorazonado, fuera de lugar. De nuevo estuvimos tomando algo, donde observé a David rodeado de sus admiradores, y pasándolo en grande por ello. Me sentí francamente ridículo, y fue entonces cuando me percaté que yo ya no encajaba para nada en las altas horas de la noche, rodeado de extraños que carecen de interés alguno. Me marché a casa e intente desconectar en la medida de lo posible.

Ya el domingo me encontré con un conocido llamado José, el cual también se había sentido defraudado por David. Y sin embargo no me gusta la escusa de “solo tiene veinticuatro años”, a esa edad ya se puede exigir madurez. También me enteré de que David era la tercera persona en la ya establecida relación entre el hombre maduro y su pareja. Vamos, todo un desorden emocional, en el que no tengo intención de indagar más.

Ya con ese conocimiento, solo queda recobrar fuerzas y seguir adelante, pues es necesario estar preparado para el invierno que tanto aborrezco. A pesar de ello, me encuentro en una posición en la que no se si debo esperar algo en el horizonte.

 Besoides