(ENTRADA 110)

Sobre el primer amor he escuchado todo tipo de opiniones. Hay quien dice que es el que te acompañará toda la vida, otros que tiende a ser irreal, algunos mantienen que un desastre que merece ser olvidado, o incluso el resultado de la infatuación carente de realismo. En mi caso fue un primer amor leal, vivido en el absoluto silencio.

A la edad de quince años era un muchacho bastante introvertido, aunque había iniciado mis andaduras con una pandilla de amigos que mantengo a día de hoy. Esto era durante mis veranos en Gijón, que siempre esperaba con ansia, ya que en Madrid regresaba a mi habitual introversión durante el curso escolar.

Los sábados de verano solíamos ir a una discoteca llamada “El Jardín”, donde en los inhabitúales días de sol y calor, se podía disfrutar tomando algo. Fue así cuando, en un sábado de agosto conocí a LJ. Decir que era un muchacho que llamaba la atención era quedarse corto. Era verdaderamente guapo, de aquellos que provocan torticolis ajena. Y sin embargo, lo que más recuerdo de ese momento es su sonrisa, siempre que me acuerdo de él, lo primero que viene a mi mente, es aquella deslumbrante sonrisa. Si a esto le añadimos un cuerpo perfecto, un rostro angelical, y una voz desgarradora, no resulta difícil entender que era el objetivo de múltiples adolescentes. Me lo presentaron en aquel momento, y me llamó la atención no solo por guapo, sino porque era modesto, y en términos generales, un buen tipo. Se dedicaba a dar clases de vela durante el verano, y como teníamos gustos más o menos parecidos, encajamos bien. Aquel verano nos volvimos inseparables, y yo descubrí, y enterré en un recién estrenado armario, sentimientos muy confusos, de atracción física, pero de cariño, que crecían exponencialmente. Por otro lado, y como algo divertido, observé como me convertí en el amigo del tío bueno, que todas las chicas querían conocer en la discoteca. Nunca se me habían acercado tantas tías, eso sí, para pedirme que les presentara a mi amigo. La amistad se convirtió en correspondencia cuando yo no estaba en mi ciudad natal.

El segundo verano, LJ se quedó prendado de una chica Nuria, que no le hizo demasiado caso, y se quedó hecho polvo. Recuerdo con toda claridad el inicio de algo complicado, a los dieciséis años, mientras animaba al chico, mientras mis huesos se derretían por él. El paso del tiempo aceleraba la atracción, y hacia las cosas más difíciles todavía. La amistad de ambos sufrió el primer golpe debido a causas externas, de las que no voy a entrar en detalles, líos de chavales típicos en una pandilla, pero hubo suerte, y salió fortalecida. Sin embargo LJ era inteligente y sabía que algo me pasaba, y que con el tiempo se abrían inevitables brechas en la amistad. En una de nuestras últimas conversaciones me pidió que le explicara que pasaba, a lo que contesté: “no lo entenderías”. Todavía me acuerdo de su respuesta: “Ponme a prueba”. No lo hice, el miedo el rechazo, las inseguridades, y el paso del tiempo pusieron el inevitable freno. LJ se marchó a estudiar Medicina, y servidor a los Estados Unidos a cursar antropología, poniendo fin a un primer amor vivido desde el silencio y la lealtad, por lo que me puedo arriesgar a considerar que fue verdadero.

La última vez que vi a LJ, fue hará unos doce años, iba con su novia que me pareció muy maja, yo le saludé con efusivo abrazo, y comprobé como apenas había cambiado. De mi primer amor, me quedan mis recuerdos, sus cartas, y aquella indescriptible sonrisa.

Besazos y Abrazazos

 (ENTRADA 109)

Este viernes me encontré con mi colega Mike tomando unas cervecillas, y nos pusimos al día sobre nuestras vidas, ya que hacia bastante que nos veíamos. Siempre me ha gustado disfrutar de una buena discusión mezclada con risas en la barra de un bar.

Mike me lleva unos cuantos años, así que conoce el ambiente desde hace más tiempo todavía, y me reconoció que en los últimos años, le daba pereza salir, pues las cosas no le parecían igual que antes. Me encontré mostrándome totalmente de acuerdo, y es que siempre he mantenido que el ambiente, con los años, ha evolucionado a peor. Antes se respiraba mejor rollo, parecía que al ser miembros de una minoría, hacíamos un mayor esfuerzo en pasarlo bien, y en disfrutar de nuestra compañía. Rara era la noche en la que no terminabas hablando con algún desconocido de cualquier cosa… y no me estoy refiriendo al sanísimo arte de ligar.

Tanto Mike como servidor reconocimos que la creciente popularidad y moda que ha invadido Chueca, ha ido en detrimento del barrio. La gente deja salir su prepotencia, y en ocasiones no hay ni una sola razón para tenerla, y disfruta siendo hiriente, y mala. Si bien esto antes también existía, ahora lo veo más concentrado. Los bares están llenos de gente que sale a tomar algo sola, y nadie habla con nadie.

Pero de lo que estoy convencido es que una gran parte de la culpa proviene de los empresarios, que aprovechando la moda han inflado los precios de una manera brutal. Con esto, y ambos seguíamos coincidiendo, no quiero decir que deje de entender que el alquiler de locales, luz, y demás gastos asciendan, pero el beneficio sigue siendo considerable: básicamente, lo que no puedes hacer es clavar seis euros por una cerveza, y ofrecer un servicio que no esta a la altura de las circunstancias. Si quieres ser caro, tienes que ser excepcional. No puede ser que en una discoteca te hagan subir escaleras para buscar una cerveza, al no tenerla ellos, o te mareen en un ropero, o te contesten mal… y creo que ese es el problema. Se ha perdido la relación calidad, precio.

Mike es un tío inteligente, y lo observa, y se cansa de salir. Servidor tiene seleccionados una serie de locales, y rara vez sale de ellos, y aún así se nota que el ambiente ha evolucionado a peor. El buen rollo, la sensación de formar parte de algo con determinada solidez y seguridad, se ha convertido en puro negocio. Y el mayor problema, es que es un negocio basado en el nulo esfuerzo, y saqueo directo. El viernes había quedado con Javi para ver una versión algo moderna de «Sherlock Holmes», interpretada por un siempre genial Robert Downey Jr. Fue una película algo diferente a lo relacionado con el famoso detective, pero no estuvo nada mal.

Después de un par de cervezas y varias risas me despedí de Mike, y el resto del fin de semana se sucedió con monotonía.

 Besazos y Abrazazos

  (ENTRADA 108)

Un año más se ha sobrevivido a las Navidades, aunque tal y como están las cosas, bien podríamos acabar más congelados que Walt Disney. Menos mal que por lo menos ahora tengo mi Playstation 3 para “mataratodoloquemeencuetre” a lo largo del invierno.

Observo en los últimos años, que de la Navidad solo disfrutan los más pequeños, y que la familia más adulta parece que tiende a hacer surgir esas tensiones contenidas de todo el año. Como no me gusta ser un hipócrita, reconoceré que servidor también ha estallado bastante durante estas fiestas, que agradezco hayan quedado atrás. En fin, que independientemente de todo esto, los “Reyes Majos” vinieron cargaditos de regalos, pero claro es que servidor es siempre taaan bueno. Además de la Play, me vino un móvil nuevo de esos táctiles, que ya hacía falta, una chupa de cuero negro, camisa roja tipo leñador, tres juegos (para la Play of course), un par de libros, y la serie de dibus de “Las Guerras Clon”.

El principio del año también trajo alguna noticia buena, que habrá pasado bastante desapercibida. Estados Unidos por fin ha abierto sus puertas a los seropositivos, que antes no podían entrar en dicho país. Quizás se acerque el momento en que pueda poner mis pies en la ciudad de Charleston, y revivir tantas cosas buenas de aquellos que fueron los mejores años de mi vida. Y el último fin de semana en Gijón, decidí ir a ver la película «Solomon Kane», que fue toda una sorpresa.

El día siete regresé a Madrid, en tren. La verdad es que siempre disfruto mucho de mis viajes en tren, poseen un encanto difícil de describir. Atravesé Asturias observando infinidad de pueblos nevados, perdidos en medio de la montaña- La ventana del tren se convertía en una curiosa postal. Al salir del tren me recibió una ciudad completamente nevada, y un frío descomunal. Esto es señal de un invierno que se presenta bastante crudo. Los tres primeros meses del año, siempre me han parecido los más duros de todos. El clima no acompaña, no hay ni una sola fiesta, y se nota un evidente mal humor en la ciudad. A esto hay que añadir, que tras las fiestas, y teniendo en cuenta que estamos en crisis, la gente ha fundido mucha pasta, y la cuesta de Enero, se va ha extender mínimo dos meses.

El fin de semana salí y por lo menos pude observar que la buena racha que experimenté en verano y otoño parece no haberse extinguido. ¡Es que uno es tan majo! Ayer nos cayó una nueva nevada, y yo decidí irme a mi nuevo rincón a tomarme un par de cervezas relajado en mi soledad, que a veces es la mejor terapia que uno puede experimentar.Veremos como se presenta el trimestre invernal.

 Besazos y Abrazazos

(ENTRADA 107)

 Nada más bajar del tren, me di cuenta del cambio de temperatura. Gijón me recibía con doce grados, pues no se que ocurre la primera semana del año, que se forma microclima, y a pesar de la lluvia, hay una temperatura agradable. Asín me dispuse a recibir el nuevo año, que como ya es tradición, parte de la pandilla celebraría en casa de mis buenos amigos Pablo y Bea.