Archivo para febrero, 2009

LA SEGUNDA ESTRELLA A LA DERECHA

 

 (ENTRADA 64)

  

Un año más llegó Carnaval, y por una vez parece que el tiempo acompañó parcialmente, y no hizo tanto frío como otros años. Asín que sin ningún tipo de vergüenza ni complejo, servidor y su buen amigo, la Tremenda, se disfrazaron de Peter Pan y Campanilla.   

SEGUNDA ESTRELLA...

La verdad es que encontrar el disfraz de Peter Pan fue bastante más complicado de lo que me esperaba, ya que siempre nos intentaban colar el de Robin Hood, que es marrón. Yo no se cuentos ha leído la gente, pero yo siempre he diferenciado a ambos personajes perfectamente. Robin Hood va de marrón, y Peter Pan de verde… de toda la vida. En fin que tuve que acabar por encargar mi Peter Pan, y eso si… encontré una peluca divertidísima, con la que como podréis apreciar tenía una pinta completamente infame. Pues lo peor de todo es que al final acabaron llamándome Robin Hood hasta en tres ocasiones, y eso que no llevaba arco, sino el característico puñal de “Nunca Jamás”.  

Pero quien de verdad iba mundial, como siempre, fue mi buen amigo Javi, más conocido por todos como la Tremenda. Fue él quien de verdad triunfó como una peculiar Campanilla. Y de esta guisa partimos ambos a realizar un recorrido por distintos sitios que tuvimos que recortar, pues “La Campa” tuvo un extraño accidente con los cosméticos que casi le cuartea la piel, pero que fue corregido por fortuna justo a tiempo.

Comenzamos tomando un café en “La Troje” con buenos amigos, y fue ahí donde comenzaron las risas varias, y yo descubrí que los leotardos verdes son victimas de la gravedad. Lo que observamos es que cada año se disfraza menos gente en Madrid, o que quizás ya no frecuentan Chueca tanto como antes. No hace mucho el barrio se llenaba de disfraces. También me parece importante señalar que hay dos tipos de personas que se disfrazan. Los que lo hacen en un intento absurdo de lucirse, y los que lo hacer para divertirse y echarse miles de risas. Creo poder hablar por mi amigo Javi y desde luego por mi, al decir que estamos en ese último grupo. En fin que fuimos de bar en bar para acabar en “Picardías”, donde el concurso de disfraces lo ganó una merecidísima Isabel de Inglaterra.

Nosotros pasamos por algún que otro bar adicional, donde vimos genialidades como Epi y Blas, y descubrí que no era el único Peter Pan suelto por ahí. Ya desechos volvimos de vuelta para cambiarnos y dar por finalizada la noche. La verdad es que al día siguiente estábamos hechos polvo, pero pasamos una noche de risas y buen rollo. Asín que ya sabéis, a veces solo basta con tomar la segunda estrella a la derecha… y volarás, volarás, volarás.

  Besazos y Abrazos


TAL Y COMO DEBERÍA SER

 (ENTRADA 63)

 

 No me gusta San Valentín, creo que nunca me ha gustado, ni siquiera cuando era un chaval en plena adolescencia. Uno podría argumentar que en el fondo es un reflejo de ser el eterno soltero, y yo no voy a ser un hipócrita y negar cierta verdad en dicho argumento. Sin embargo no puedo evitar ver un aspecto algo materialista detrás de la fecha, así como un intento de imponer un aspecto romántico que no siempre refleja la realidad.

TAL Y COMO DEBERÍA SER

Como buen observador he llegado a la conclusión de que hay básicamente dos tipos de parejas. Están aquellas que de verdad se quieren, y en unidad se enfrentan tantos a los buenos como a los malos momentos que la vida les presenta. Este tipo de parejas no precisan de fechas especiales ni de pruebas constantes de lo formidable que su relación es. Luego esta el otro tipo que consiste básicamente en la pareja que te restriega constantemente su felicidad y la perfección de su relación. A menudo añaden que no hay mejor cosa que vivir en pareja e intentan imponer su “modelo de perfección”. Pero lo más gracioso es que ese tipo de parejas tienden a ser todo menos ejemplares, en sus relaciones hay cuernos, engaños mentiras y el más absoluto pánico a la soledad. La ecuación desemboca en la imposibilidad de enfrentarse a la vida solo, lo cual yo siempre he pensado que es requisito para que una relación funcione.

Y para empeorar las cosas se inventó el nefasto día de San Valentín, entre otras cosas diseñado para que los que no tienen pareja se sientan incompletos.

Cuando era un estudiante de EGB, más concreto en el octavo curso, le tenía especial manía al señalado día. En anteriores años había observado como “San Valentín” servía para que las chicas populares y guapas junto a sus ideales novios, siempre atléticos, restregasen sus relaciones a los que tenían ninguna. No tengo ningún reparo en admitir que fui lo que se podría definir como un inadaptado durante mis años escolares. Era introvertido, no me relacionaba demasiado con gente de mi edad, y los fines de semana los pasaba en el Zoo de Campo con amigos, que prácticamente me doblaban la edad, y delfines.

Ese último año en EGB decidí hacer algo osado, pero que me parecía correcto. Toda chica de mi clase recibiría un pequeño obsequio, evidentemente algo que mi presupuesto me permitiría, de manera que por una vez todas serían iguales. Diseñé algo simple pero efectivo, una pequeña bolsa de gominotas junto a una figurita de un pitufo y un pequeño cómic de Garfield. La verdad es que consumí todo mi presupuesto anual ya que en total eran quince “minipacks”. De esta manera llegué por la mañana a clase, y deposité cada pack en el pupitre de cada compañera. La reacción fue tal y como esperaba. Las chicas populares de clase se mostraron agradecidas porque era lo correcto, aunque percibí cierta falsedad en sus reacciones. Las que no eran demasiado o nada populares si se mostraron agradecidas con el detalle. Supongo que sentirse incluido en una fecha en la que siempre has estado excluido produce una grata sensación. Sin embargo a aquellas que siempre habían destacado por recibir en “San Valentín”, no les hacía demasiada gracia que dicho privilegio se hubiera extendido.

Pero curiosamente los que más se molestaron fueron los chicos, peculiar porque si de mi hubiera dependido, el regalo lo hubiera recibido Ignacio que estaba como un queso… En fin que a mi dio igual me quedé con las reacciones agradecidas de determinadas chicas, las menos agraciadas y populares, de mi clase, y continué con mi vida y amigos fuera del ambiente escolar. Pero lo curioso de mi idea con tal solo trece años de edad, fue ver las reacciones, y como un día que se suponía de los enamorados resultaba en egoísmo, estratificación social y distensión.

Cuando recuerdo algunos de los experimentos sociales que realizaba con mis compañeros de clase, queda claro porque acabé por licenciarme en Antropología, siempre fascinado por el comportamiento social del ser humano. Pero aquel día volví a casa pensando que por una vez las cosas eran tal y como deberían ser. Por lo demás, Javi y yo quedamos para ver el remake del clásico de terror «Viernes 13», que la verdad es que no estuvo nada mal.

VIERNES 13

Besazos y Abrazazos

 

 


SOBRE MARAVILLAS Y CLASE

 (ENTRADA 62)

 

Me encantan las comedias románticas, pero mucho más las de los años ochenta. Crecí siendo un gran de Molly Ringwald y sus películas, y me enamoré como un loco de Eric Stoltz, después de ver “Una Maravilla con Clase”.

una maravilla con clase

 

La película tenía un tema muy común de comedia romántica, pero al mismo tiempo el encanto de la década de los años ochenta. La trama consistía en chico pobre y poco popular (no logro entender por qué, pues era bien guapo), se enamora de chica pobre, pero popular gracias a lo guapísima que es. Chica pobre guapa sufre los constantes cuernos de chico guaperas, rico al que deja aceptando salir con chico pobre, que no se lo puede creer. Pero luego tenemos a chica pobre, y algo machote la pobre (jovencísima Mary Stuart Masterson), que esta enamorada de chico pobre. Chico pobre triunfa demostrando su clase, pero se da cuenta de que siempre ha querido a chica pobre que era su amiga, mientras que chica pobre abandona a su clan de “amigos ricos” para empezar desde cero.

¿Os habéis enterado de algo? Da igual, lo importante es que en el año 1989 en el que se emitió la película, y tenía dieciséis años y me quedé fascinado con el guapísimo Stoltz. Por aquel entonces a  mi me gustaba mucho (aunque a día de hoy me daba alguien a quién denominare como “pretty”. Pues  resulta que Pretty salía con un estúpido monumental, que tal y como ocurría en la película mencionada, le ponía los cuernos constantemente. Asín que siendo moi un romántico incurable pensé: “¿Por qué no intentarlo? Quizás Pretty también estaba a disgusto con los constantes cuernos y apreciaría a alguien como Danny Boy.

Pues bien, el plan salió completamente al revés. Mi declaración fue rechazada, y a demás me costó un disgusto con mi madre debido a determinadas mentiras sobre las que no voy a entrar, porque con el tiempo, y teniendo en cuenta mi adolescencia, fueron perdonadas. Hoy en día me hace gracia la situación absurda en la que me metí, pero entonces, como buen adolescente, me sentí al borde del precipicio.

 Sin embargo, los eventos alrededor de este impulso romántico que tuve me hicieron reflexionar mucho sobre relaciones y sentimientos, y sobre la importancia de que “estar solo por los motivos correctos, es mejor que estar acompañado por los erróneos”. Pretty decidió que prefería vivir una mentira y se quedó con su pareja, y sus infidelidades. No hará un par de años me los encontré, casados y viviendo la mentira de su relación. Curiosamente yo había sido el oído amable de Pretty, escuchando siempre sus problemas, secando las lágrimas de las infidelidades de su pareja, y acudiendo cada vez que surgía una nueva crisis. Y es que, como he mencionado en más de una ocasión en este blog, siempre he sido el clásico chico substituto. Quizás los eventos alrededor de dicho triangulo supusieron mi origen como tal.

Conclusión: Hay gente que no quiere que les ayuden, simplemente prefieren engañarme a si mismos e inventarse un mundo, vida, y relaciones falsas. ¿Por qué? Porque no saben estar solos.

No me considero un experto en relaciones ni mucho menos… pero si me considero un experto observador. Si hay algo que he aprendido a base de observar es que quién no sabe estar solo, esta destinado a fracasar en cualquier intento de involucrarse en una relación de pareja.

Nunca entenderé a la gente aficionada a complicarse la vida…. Pero allá cada cual  ¿No?

  Besazos y Abrazazos 


SOBREVIVIENDO AL INVIERNO

  

 (ENTRADA 61)

 Observo que con la edad desarrollo una animosidad destacada hacia el invierno. Hoy he emergido de mi sarcófago a la una de la tarde, y estaba nevando otra vez. La primera vez tiende a ser divertida, bonita, la segunda uno ya no puede evitar el pensar, “¡Ya vale!”. Soy, y he sido siempre “animal de verano”. Tú dame 35 grados que ya me las apañaré para sobrevivir. Pero esto de los fríos, y el tener que ir vestido como una cebolla… a capas, no lo puedo soportar.

 

  Lo peor de todo son estos cambios de clima tan bruscos que hemos tenido, en particular esta semana, y que han provocado que servidor sufra un ligero catarro, del que afortunadamente ya me he recuperado.

Desde la gripe que pillé antes de navidad, he estado superando diferentes obstáculos físicos uno tras otro, pero por fin parece que ha quedado atrás.

Comenzar a correr de nuevo en Enero ha supuesto todo un esfuerzo, ya que la tendinitis no pasa de un día para otro. Primero a penas podía correr, pero poco a poco volví a empezar, aunque sin poder hacer los diez kilómetros acostumbrados. Durante un tiempo solo pude hacer la mitad, pero el lunes pasado logré hacer la distancia completa de nuevo (aunque quede hecho polvo). Es curioso como correr se ha vuelto algo adictivo en mi vida. Solo después de ese esfuerzo masivo alcanzo un estado mental que podría describir como absoluta harmonía.

Pues bien justo el día después me dio un repentino catarro, probablemente debido a estos cambios de clima tan radicales que estamos teniendo, asín que hubo que parar después. Quizás por todo esto ya estoy deseando que llegue la primavera…

Sin embargo las cosas parecen haber comenzado bastante bien.

Últimamente me he enganchado bastante a los cafés (en mi caso té) “pre-nocturnos”, en “La Troje”. Costumbre que he recuperado gracias a mi buen amigo “La Tremenda”. La verdad es que la ventaja de un día frío bien pudiera ser la de compartir determinados momentos de risas en compañía de buenos amigos.

La noche estuvo salpicada de sucesos “temporales extraños”. Siempre me ha fascinado la idea del viaje temporal, y como hay sucesos que parecen saltar de un punto a otro en la línea del tiempo.

 Hará unos seis años iba por “Rimmel”, el bar a donde yo suelo acudir, un tipo que era bastante pesado, y al que evidentemente le gustaba. Era bastante raro, mucho más raro que yo (y eso ya es decir), y cargante. De repente, y como quien no quiso la cosa desapareció para no volver. La verdad es que ahora que lo pienso, de aquellos habituales del bar hace ya casi una década, pocos quedan que sigan yendo. El caso es que de repente, el susodicho reapareció en el bar, e igual de pesado que siempre. Fue como si hubiéramos saltado de un punto en el tiempo a otro, y no hubiera sucedido nada entre ellos… y la verdad es que eso fue lo único interesante del encuentro, la curiosa paradoja temporal. Lo cual por lo menos me dio material para devanarme los sesos un rato (que eso también me gusta bastante).

El domingo, venga a nevar otra vez… y eso que nos habían prometido un invierno seco y cálido. Asín que la Tremenda y servidor decidimos compartir una pizza mientras veíamos una pelí de zombies, que siempre resulta algo divertido. Pues bien esta era la nueva película de animación generada por ordenador de “Resident Evil”, y no estuvo mal aunque echamos de menos más zombies. Ahora bien, si los dos estuvimos de acuerdo en algo fue que en caso de ataque de zombies, nos encantaría ser rescatados por Leon S. Kennedy… aunque sea un dibujo animado.

 Por lo demás, mi primer control del año dio todo en orden excepto el colesterol que se me ha puesto en 239. Pero considerando los atracones de Navidad, y que encima no he podido ejercitarme debido a la dichosa tendinitis, esperaremos a ver si en cuatro meses se pone todo en orden de nuevo.

  Besazos y Abrazazos